Paula Otero (A Coruña, 30 de marzo de 2004), una de las más sólidas promesas –ya casi una realidad– de la natación española, ha preparado en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sierra Nevada su participación en los Mundiales de Fukuoka (14 al 30 de julio), donde intentará seguir mejorando sus marcas, tanto de cara a ir codeándose en el certamen universal con las mejores del planeta como de continuar dando pasos en la ruta hacia los Juegos Olímpicos de París 2024.

¿Cómo llevas la preparación?
Bien, aunque está siendo duro aquí en Sierra Nevada, porque llevamos casi un mes.

¿Hay algún motivo especial para entrenar en altitud, siendo Fukuoka una ciudad al nivel del mar?
A nivel fisiológico, lo que es entrenar en altura, sobre todo para los nadadores de fondo, es mucho mejor para el rendimiento. De hecho venimos a aquí a preparar muchas competiciones.

Vas a nadar 400 libre, 1.500 y el relevo 4x1500 en aguas abiertas, una prueba poco habitual en tu programa. ¿A qué obedece esta decisión?
Yo antes sí que hacía más aguas abiertas. Pero el año pasado, en el campeonato que era clasificatorio para el Mundial de aguas abiertas, di positivo en Covid, no pude ir y me salí un poco de las aguas abiertas para centrarme en la piscina. El año pasado establecieron un nuevo criterio: el ganador y la ganadora del 1.500 en piscina del Campeonato de España iría en el relevo de aguas abiertas. Y ahí estoy.

¿Qué diferencias hay entre nadar 1.500 metros en piscina y 1.500 en aguas abiertas? Al margen del tipo de lugar que acoja la prueba, que no suelen ser todos iguales. Y del clima. 
Hay mucha diferencia si nadas en un río, o en un mar, o en un lago artificial. Entran en juego las posibles olas, las corrientes... En piscina, nadas por tu calle y no molestas a nadie ni te molesta nadie, y en aguas abiertas, al ir todos juntos, quizás es más estratégico.

Si me puedo acercar a las mínimas, me va a dar más confianza a la hora de afrontar la temporada que viene

¿Se prepara específicamente este relevo, o no es necesario porque el ‘testigo’ no se entrega con la misma coordinación y precisión que en piscina, donde las pruebas colectivas son mucho más cortas?
Al ser tantos metros no hace falta. La preparación no me influye en la de piscina, no me quita tiempo. A preparar el 1.500 para piscina ya tengo mucho trabajo hecho para aguas abiertas.

¿Con qué expectativas vas a Fukuoka?
Sobre todo, en piscina, que es lo mío, mejorar mis marcas, sin pensar en finales, porque es muy difícil. Si mejoro y me da para entrar en alguna, bien, porque es cierto que me gustaría empezar a acercarme ya a marcas que me sirvan para clasificarme para el Mundial de Doha del año que viene, que sería mi primera oportunidad para clasificarme para los Juegos Olímpicos.

¿Es París el principal objetivo, o la idea es ir competición a competición?
De momento no lo pienso, para nada, porque la temporada es muy larga, aún no ha acabado esta y todavía queda la siguiente. Creo que para llegar a los Juegos de París me faltan unos pasos: seguir compitiendo a nivel internacional, que es super importante, mejorar mis marcas, conseguir mínimas... Evidentemente, si me puedo acercar ahora a esas mínimas, me va a dar más confianza a la hora de afrontar la temporada que viene sabiendo que no estoy tan lejos.

¿Están ya establecidas las mínimas olímpicas?
Sí. En el 400, estoy a tres segundos, y en el 1.500, a siete.

¿Están a tu alcance?
Sí, sí, porque creo que tengo bastante margen de mejora. Siete segundos en 1.500, al ser una prueba tan larga, hay muchas cosas en las que se pueden rascar décimas, que las multiplicas por lo larga que es la prueba y te van saliendo las cuentas. Hay que trabajar mucho, pero no me digo a mí misma que no.

¿Has aparcado definitivamente el 800?
No. Al haber quedado tercera en el Campeonato de España, no lo puedo nadar porque para el Mundial se clasificaban dos. Tengo que esperar al del año que viene para hacer la mínima para Doha.

Tal vez sea la prueba donde tienes más competencia interna, con Ángela Martínez y Jimena Pérez. 
Sí, y la mínima para los Juegos es más complicada. O me lo parece a mí. Pero voy a intentarla, claro.

Creo que para llegar a los Juegos Olímpicos de París me faltan unos pasos

Pasaste del CGTD de Pontevedra al CAR de Sant Cugat. ¿Hay mucha diferencia?
Sí que se nota la diferencia porque es un grupo más grande, aunque con gente más joven, porque se compagina el deporte con los estudios. El año pasado, en Pontevedra, yo era la mayor. Se nota también en las instalaciones, aunque en Pontevedra lo pasé genial, fueron de los mejores años de vida, tanto en el entrenamiento como en los estudios. Pero tenía que dar ese paso, y estoy muy contenta.

¿Has coincidido, o coincides habitualmente, con alguna leyenda o referencia?
Sí. Mi entrenador de este año es inglés, estuvo muchos años en el equipo canadiense y vino una canadiense medallista olímpica a entrenar con nosotros porque quería seguir con él. Hay más chicas de varios países de Europa que consiguen resultados muy buenos, Mireia (Belmonte) sigue en el CAR... Ayudan mucho, porque suben el nivel del grupo; nos dan consejos y nos enseñan la experiencia que tienen. Es genial.

¿Entrenas más ahora?
No. Es muy parecido a Pontevedra. Lunes, miércoles y viernes doblo sesión. Unas dos horas por la mañana, y por la tarde una hora de gimnasio y otras dos de agua. Martes y jueves, sólo una sesión, de dos horas de agua. El sábado, una sesión por la mañana. Y el domingo, libre.