Ferenc Szabo es una de la personas más fundamentales del CH Coruña, sino la que más. El entrenador húngaro es uno de los encargados de preparar a los chicos y chicas para competir al máximo nivel nacional y alcanzar la gloria como hicieron este pasado fin de semana al ganar, por tercera vez consecutiva, la Copa del Rey y la Copa de la Reina.

Nada más conseguirlo, sus “chavales”, como dice, comenzaron a corear su nombre y no pudo contener las lágrimas. 
“Ellos, como saben que me emociono muy fácil, comenzaron a corear mi nombre y no me pude contener”, indicó y añadió que “somos como una familia y nos alegramos mucho los unos por los otros, al margen de las victorias, a las que también les damos importancia”.

Toda esa unión junto al trabajo que realizan desde el CH  Coruña, desencadena en los éxitos que están cosechando. Para el técnico húngaro “es una recompensa de todo el trabajo que hacemos, ya sea por nuestra parte como por parte de los chavales que se dejan aconsejar. Nosotros intentamos que se superen cada día que pasa”, afirmó.

La única pega es que no hay “competiciones internacionales por equipos como puede ser en el fútbol, pero seguiremos trabajando”, dijo Szabo.

Repetir éxitos

Como esa circunstancia corta un poco el crecimiento del club herculino, se marcan como objetivos repetir todos los éxitos cosechados y seguir creciendo en la base “porque van a ser el futuro de la halterofilia”.

Asimismo, el húngaro señaló que “ayudaremos a mejorar las marcas personales de todos y que sigan creciendo para afrontar de la mejor manera todos los campeonatos individuales que hay tanto a nivel nacional como internacional”.

Con todo, apuntó que “cada vez será más difícil porque el nivel ha crecido mucho y será complicado repetir éxitos pero confío en mantener la diferencia que hay a nuestro favor”.

Por último, a Ferenc le gustaría que alguno de sus “chavales” llegue a las Olimpiada pero es una tarea complicada de lograr “pero mantenemos esa ilusión a largo plazo”, zanjó.