En su última prueba en los Juegos Paralímpicos de París, Damián Ramos firmó un décimo puesto en la prueba de línea en carretera C4 (la clase del coruñés) y C5. “Competimos junto a una categoría que tiene menos discapacidad que yo y los C5 me han sacado los ojos. Son unos animales. Ha sido la carrera más dura que he corrido jamás. Lo he dado todo”, se sinceró el medallista de bronce en la contrarreloj.
 

Sobre el mismo circuito que en la crono, 14.2 kilómetros con salida y llegada en Clichy-sous-Bois, pero al que los participantes tuvieron que dar siete vueltas para completar los 99.4 kilómetros, se quedó pronto sin opciones de lograr otro metal.
 

Francia salió a por todas desde, provocando un peligroso corte en cabeza, controlando el grupo perseguidor y acabando con varios de sus rivales por las medallas. El movimiento de los locales, con Gatien le Rousseau entre los dos fugados, aceleró irremediablemente el ritmo de la prueba y Damián lo pagó, se quedó cortado y al paso por meta en la segunda vuelta ya era decimoquinto con casi tres minutos perdidos.
 

Ramos no entregó la toalla, se alió con el neerlandés Daniel Abraham Gebru, fueron dando caza a rivales agotados por la velocidad y los ataques en la lucha por las medallas y llegó al último giro en disposición de pelear por otro diploma. Sólo nueve segundos le separaron del quinto puesto.

“Me descolgaron en la primera vuelta. Pude agarrarme y remontar hasta cazar al grupo que luchaba por el quinto puesto, pero al esprint me reventaron e hice décimo. No tenía más. Ahora, a descansar un poco y a celebrarlo”, añade Damián.

Por delante, la apuesta de Francia, que metió a dos de los cuatro hombres que se jugaron las medallas desde la cuarta vuelta, se topó con el ucraniano Yehor Dementyev, que se impuso al esprint a Kevin le Cunff, campeón contrarreloj y en esta ocasión se tuvo que conformar con la plata. El bronce fue para Martin van den Pol, neerlandés que se fugó desde el inicio con Le Rousseau, cuarto.
 

Los dos franceses fueron los únicos de la categoría C4 que terminaron por delante de Damián, que ya nunca olvidará su paso por París y la medalla de bronce contrarreloj, tercera presea del deporte coruñés en la historia de los Juegos Paralímpicos tras la plata del judoca Pucho Boedo y el bronce del futbolista Juan Carlos Taibo, los dos en Atlanta 1996.