Diego Epifanio es un tipo que cae bien. Para muestra, las dos ovaciones que le regaló la afición del Breogán. La primera, espontánea, cuando el técnico del Básquet Coruña saltó al parqué del Pazo Provincial dos Deportes. La segunda, alentada por el speaker a través de la megafonía. El cariño es inevitable: por su cercanía, sinceridad y porque en 2021 devolvió al equipo lucense a la élite. Epi da la cara por sus jugadores antes y después de cada partido. Incluso en la peor racha del Leyma en la temporada de su debut en la ACB, el entrenador burgalés defiende lo suyo y a los suyos con un escudo que parece impenetrable. Y en el derbi gallego añadió otra muesca más a su bastión con el regreso de Phil Scrubb.
Ausente los cuatro últimos partidos tras sufrir una lesión muscular en Girona –allí logró el Básquet Coruña su última victoria–, el internacional canadiense volvió a la rotación como si nunca se hubiera ido, o mejor. Jugó 25 minutos y se fajó en defensa, además de sumar ocho puntos, seis rebotes y dos asistencias.
“Númericamente ha sido brutal. Después de varias jornadas sin él, ha jugado 25 minutos y tiene un más-menos de 19 (el mejor del equipo), pero creo que los números son injustos. Phil nos ha dado mucha solvencia y capacidad defensiva y, la mayoría de veces que el balón ha pasado por sus manos, criterio ofensivo. Si hubiese metido una más a lo mejor estábamos hablando de otra situación”, reconoció el entrenador en la sala de prensa del Pazo.
“Las derrotas duelen”, admitió Epi, que aún así es capaz de sacar el lado positivo a un tropiezo que, unido a la sorprendente victoria del Bàsquet Girona sobre el Baskonia, hunde al Leyma en la última posición de la tabla: “De las cosas buenas con las que me quedo de este partido es que cuando no hemos estado acertados hemos ido con mucha fe al rebote ofensivo [13-9 ganó su equipo en el apartado de capturas en el aro contrario]”.
Aún hay más: el coach naranja ensalzó el compromiso y el sacrificio de dos jugadores como Beqa Burjanadze y Álex Hernández, los más afectados por el virus que atacó al vestuario en las últimas semanas. “Beqa es un animal. Llevaba cinco días sin entrenar, el otro día con fiebre en la cama y hoy [por ayer] se parte la cara por todos; Álex ha perdido cuatro kilos... Ahora estamos en un momento difícil y seguro que esto no le vale de mucho a la gente, pero para el grupo es increíble que un jugador que no es capaz de levantarse de la cama venga aquí para ayudar al equipo”, valoró Epi, que también sacó su escudo para recordar de donde viene el Básquet Coruña.
“Estamos en una dinámica fastidiada porque venimos de unos años en LEB ganando mucho y ahora se complica. Pero cuando en Melilla celebramos el ascenso ya sabíamos que este año íbamos a sufrir y a perder mucho. Tenemos que seguir trabajando y creyendo”, zanjó.
El club desveló que Thomas Heurtel, flamante fichaje, llegará a las 11.45 horas de este lunes al aeropuerto de Alvedro. “Es un efectivo más para mejorar en el día a día porque llevamos semanas entrenando con siete profesionales. A ver si nos da un poco de confianza en el tiro exterior. Es un jugador que viene a sumar y estoy convencido de que, por lo especial que es este grupo, será bien recibido”, confió el técnico burgalés.
Pablo de Amallo, presidente del Básquet Coruña, y Charlie Uzal, director deportivo, remarcaron tras la marcha de LJ Figueroa y antes de la llegada de Heurtel la necesidad de reforzar la plantilla con un alero, capaz de jugar al ‘tres’ y al ‘cuatro’. ¿Es posible una segunda incorporación? “La obligación del club es estar atento al mercado para ver si podemos mejorar la plantilla, pero hay que ser paciente y trabajar con los que tenemos”, insistió Diego Epifanio, una vez más con su escudo para salvaguardar los intereses del club y el vestuario en un momento duro. Nadie dijo que fuese fácil.