“El Depor volverá a estar en una categoría que no es la suya. Hay que trabajar para que no sea así, pero con los pies en el suelo. Los procesos hay que seguirlos con calma y humildad”. Antes de comenzar sus vacaciones, a Imanol Idiakez le faltó tiempo en la rueda de prensa posterior al partido de vuelta de la final de campeones contra el Castellón para lanzar un aviso sobre la próxima temporada 2024-25. El técnico vasco advirtió de la dificultad que se encontrará el Deportivo en su esperado regreso a Segunda División, que en lo que va de siglo XXI se ha mostrado implacable con los equipos recién ascendidos desde el tercer escalón del fútbol español. De los últimos 96 clubes que lograron el salto desde Segunda División B (Primera Federación desde la campaña 2021-22), únicamente tres encadenaron otro ascenso hasta subir a la máxima categoría. Un dato lo suficientemente esclarecedor como para comprender el aviso de Idiakez ante una hipotética proliferación de mensajes exigiendo el ascenso a Primera División en el próximo curso.

Eibar, Granada y Mallorca, los tres clubes que lograron encadenar dos ascensos hasta la élite, son los espejos donde debe mirarse el Deportivo, aunque sin perder de vista la larga lista de víctimas que se ha cobrado la categoría de plata durante el siglo XXI, ya que 29 recién ascendidos, el 30%, tomaron el ascensor de vuelta a Segunda División B (o Primera RFEF). Otra advertencia para el equipo coruñés, que sin embargo contará con recursos superiores, tanto económicos como deportivos, a la gran mayoría de esos 29 clubes.

El Mallorca fue el último equipo en encadenar dos ascensos hasta subir a Primera División. El conjunto bermellón certificó su regreso a la élite precisamente contra el equipo coruñés en el playoff de ascenso de la temporada 2018-19. El Mallorca de Vicente Moreno, que había subido desde Segunda B el curso anterior, remontó la eliminatoria en Son Moix con una dolorosa goleada al Depor de Martí y creó una herida en el deportivismo que todavía no ha curado. 

Anteriormente, el Eibar había conseguido algo todavía más complicado. El equipo armero sigue siendo el único recién ascendido a Segunda División del siglo XXI que a la campaña siguiente logró el ascenso directo a la máxima categoría. Con un joven Gaizka Garitano en el banquillo, que daría el salto posteriormente a la entidad herculina, el equipo azulgrana realizó un impresionante curso 2013-14 para proclamarse campeón, por encima del Deportivo, que fue segundo.

El Granada completa la terna de clubes que encadenaron dos ascensos hasta Primera División durante el siglo XXI. El equipo dirigido por Fabriciano González ‘Fabri’ protagonizó una gran campaña 2010-11 en Segunda División sólo un año después de subir desde Segunda B. El cuadro andaluz finalizó la liga regular en la quinta plaza, que le dio acceso a un playoff de ascenso donde eliminó a Celta y Elche para conseguir el sueño de competir en la élite.

Tres más en playoff

Además de Granada y Mallorca, que lograron finalmente el ascenso, otros tres recién ascendidos a Segunda División consiguieron disputar el playoff durante el siglo XXI aunque sin obtener el premio final. El equipo nazarí fue el primer equipo en subir a Primera División con el actual formato de promoción, que se instauró en la campaña 2010-11. 

El siguiente recién ascendido en colarse en las eliminatorias fue el Nàstic de Tarragona de la campaña 2015-16. El técnico Vicente Moreno, que años después culminaría la hazaña con el Mallorca, lideró al Nàstic hasta la tercera posición al término del campeonato regular pero cayó contra Osasuna en la primera eliminatoria del playoff.

La temporada siguiente (2016-17) también se quedó el Cádiz con la miel en los labios tras acabar la liga en la quinta posición, mientras que el Albacete del curso 2022-23, tras quitarle el ascenso al Deportivo en Riazor en el curso anterior, es el último recién ascendido a Segunda División que consiguió disputar el playoff, aunque también sin suerte.

Sin prisa pero sin pausa

El Depor afronta el regreso a Segunda mirando de reojo hacia la máxima categoría. Jugadores como José Ángel Jurado o los canteranos Yeremay y Rubén López fueron sinceros en sus declaraciones tras lograr el ascenso y confirmaron su deseo de llevar al club coruñés de vuelta a la élite. 

“Yo nunca bajé a Primera RFEF, vine al Depor y soy ambicioso. Se ha dado un primer paso, pero esto sigue”, comentó José Ángel, en la misma línea que su compañero en el centro del campo, Rubén López: “Hemos dado el primer paso y ahora nos queda dar el segundo”. 

Sin embargo, tras el último partido de la temporada ante el Castellón, Imanol Idiakez quiso rebajar la euforia destacando la enorme competencia que tendrá el Deportivo durante la próxima temporada. El entrenador donostiarra reconoció que mantiene el punto de mira en Primera División pero recalcó que sería un error infravalorar la dificultad de la categoría y el potencial de los rivales. 

“No recuerdo una temporada fácil en el fútbol profesional. Y en el Depor nada es fácil, porque el Depor volverá a estar en una categoría que no es la suya. Los procesos hay que seguirlos, hemos encontrado el resultado, encontramos la flor en esa semilla, pero debemos tener los pies en el suelo. Calma y humildad. Repasad la Segunda División y la de candidatos que habrá (el año que viene) para todo”, dijo Idiakez a los medios de comunicación en la última rueda de prensa. 

El Depor tiene que estar en Primera División, pero hay que ganárselo

Lucas Péres, capitán del equipo coruñés, se mostró en sintonía con su entrenador de cara a la próxima campaña. “Siempre lo he dicho, el Deportivo merece estar lo más arriba posible y eso es lo que estamos intentando conseguir. La exigencia del Deportivo es máxima y el Depor tiene que estar en Primera División, pero hay que ganárselo, que nadie nos ha regalado nada este año ni nos va a regalar nada en los próximos años”, sentenció Lucas.

Esa mezcla entre ambición y cautela será el motor del Deportivo en el regreso a una Segunda División que, a pesar de su dureza, deja abierta una minúscula grieta para que los recién ascendidos sueñen con encadenar otro ascenso.