El Deportivo comenzará el sábado (16.15) en Cartagonova una nueva era sin Imanol Idiakez. El equipo coruñés visitará el feudo del colista de Segunda División en un contexto de necesidad después de haber sumado tan solo diez puntos en las primeras doce jornadas. Revertir la mala dinámica de resultados es el reto principal que afrontará el próximo inquilino del banquillo blanquiazul, pero no será el único.
Ganar. Resulta obvia la urgencia del Dépor en este sentido. El conjunto blanquiazul solo ha cosechado dos victorias en las primeras doce jornadas. A pesar de ser superior a un buen puñado de rivales, se le han escapado partidos por diferentes circunstancias hasta completar un nefasto inicio de campeonato con especial mención para un terrible mes de octubre con un balance de cero triunfos, tres empates y dos derrotas. La proyección actual de puntuación del Dépor de cara al final de temporada es de 35 puntos, una cifra insuficiente para salvar la categoría, el objetivo mínimo para un club con un músculo económico considerablemente superior a su actual posición en la tabla.
Ganarse la confianza del núcleo duro del vestuario. Imanol Idiakez se despidió del Deportivo a través de una carta abierta en la que dio gracias “en mayúsculas” a sus jugadores y dedicó un aparte a sus capitanes: “Sin vuestra guía hubiera sido imposible”, recalcó el técnico, quien la noche del martes, a modo de despedida, cenó con los cuatro portadores del brazalete: Lucas, Villares, Pablo Martínez y Jaime. Una muestra del respaldo de buena parte del vestuario hacia el técnico donostiarra. El nuevo inquilino del banquillo tiene la misión de reconstruir un vínculo firme con el núcleo fuerte de la plantilla.
Un ojo en la cantera. Abegondo es, en palabras de los altos cargos del Deportivo, un pilar fundamental en el presente y en el futuro del club. El próximo técnico blanquiazul tiene el deber de dejar entreabierta la puerta para que los jóvenes del club tengan la oportunidad de dar el salto. Yeremay, Mella, Dani Barcia, Rubén López y Martín Ochoa son algunos de los canteranos que, cada uno con sus evidentes contextos y diferencias, han tenido peso en la dinámica del primer equipo en la era Idiakez. El próximo técnico blanquiazul tiene la responsabilidad de ser receptivo ante cualquier irrupción de un canterano, además de contar con la determinación de mirar hacia Abegondo en caso de la aparición de contratiempos en forma de lesiones o sanciones.
Reenganchar a jugadores con menos minutos. Uno de los debes de Imanol Idiakez fue la utilización de toda la plantilla. El entrenador vasco se caracterizó por apostar por sus hombres de confianza y demostró ciertas reticencias a introducir cambios en las alineaciones. Del mismo modo, Idiakez levantó críticas por su habitual tardanza en realizar los cambios durante los partidos. El próximo míster blanquiazul encara el desafío de recuperar para la causa a los jugadores menos utilizados y, en definitiva, exprimir el potencial de la plantilla.
Mejorar las acciones a balón parado. Se trata de una de las sangrías de la presente temporada, a pesar de que el curso pasado fue una de las fortalezas del Deportivo. El equipo coruñés ya ha encajado ocho goles a balón parado (cuatro de córner, uno de falta lateral y tres de penalti), una debilidad “inadmisible”, según indicó Pablo Vázquez después del enfrentamiento a domicilio ante el Levante. Y el problema no solo atañe al área propia. El Dépor se ha mostrado incapaz en el balón parado ofensivo a pesar de ser, con amplia diferencia, el equipo de Segunda que más saques de esquina lanza por partido (7). El próximo inquilino del banquillo herculino debe poner el acento en la mejoría de esta faceta del juego, aunque gran parte de la responsabilidad final recae en la concentración y activación de los futbolistas.
El lastre de la falta de acierto. Otro apartado que es competencia casi total de los futbolistas es la finalización. El Deportivo ha dilapidado gran parte de sus opciones de estar fuera de los puestos de ascenso cómodamente situado en mitad de tabla debido a la ineficacia en los últimos metros. La mala toma de decisiones y los errores de ejecución han sido un lastre para el equipo en las primeras doce jornadas. No obstante, la tarea del próximo entrenador no es otra que crear un contexto propicio para el desbloqueo de los atacantes de cara a puerta.
Romper el bloqueo en Riazor. El Deportivo cumplirá mañana dos meses sin ganar en su estadio. La victoria del pasado 1 de septiembre frente al Racing de Ferrol (1-0) gracias a un solitario gol de Yeremay es un oasis en un desierto de oportunidades desaprovechadas en casa. “En Riazor tenemos una deuda”, señaló Idiakez antes del choque frente al Eldense (1-1). Paradójicamente, el técnico donostiarra fue despedido tras una nueva derrota como local ante el Racing de Santander (1-2). El balance del Dépor en su propio feudo en lo que va de temporada es de una victoria, dos empates y tres derrotas.
Encaje de los cuatro magníficos. Cambiará el dueño del banquillo, pero el gran debate del Deportivo en la 2024-25 seguirá inamovible. ¿Lucas, Yeremay, Mella y Soriano caben en el mismo once sin que el rendimiento colectivo e individual se vea mermado considerablemente? La difícil respuesta la debe encontrar el próximo entrenador, que además afrontará una ecuación todavía más compleja si añade a la fórmula la presencia de un ‘9’ puro.
Discurso. Idiakez aterrizó en A Coruña con críticas debido al enfado generalizado de la afición por la decisión del club de no renovar a Rubén de la Barrera. No obstante, el técnico guipuzcoano supo ganarse el beneficio de la duda y el apoyo inicial de la afición gracias a su discurso: sosegado, natural y cauto sin dejar de ser ambicioso. La forma de transmitir el mensaje es un punto importante a tener en cuenta para el próximo técnico. Sin ir más lejos, uno de los últimos entrenadores del Dépor, Óscar Cano, comenzó a perder el respaldo de parte de la afición en sus comparecencias públicas.