“Destacaría de Pablo la explosividad en todo lo que hace, se implica al maximo, es muy responsable, muy profesional. Es algo que no es habitual en entrenadores, jugadores... Él siempre quiere mejorar en todo lo que hace, no se cierra en banda y tiene la capacidad de aprender, de reciclarse, de querer estar constantemente aprendiendo”. Así recuerda José Ramón, exjugador del Deportivo y que fue técnico de Pablo López en el Montañeros entre 2009 y 2012, al entrenador del Ourense CF, rival copero de los blanquiazules esta noche en O Couto.
El coruñés, que jugaba de central en el ‘Monta’, tiene en su haber 353 partidos disputados en Segunda B. Militó también en las filas del Pontevedra, Celta B, el desaparecido CD Ourense, Cultural Leonesa y Ciudad de Santiago.
“Todos en cada una de nuestras profesiones queremos mejorar, en el apartado técnico, físico, táctico o mental. Pablo es de esas personas que están en constante aprendizaje, que no descarta cosas, que no cree que lo sabe todo”, admite José Ramón.
Con todas estas cualidades en su haber no le cogió por sorpresa que acabase cambiando de lado y pasando a ser entrenador. Una de sus primeras experiencias con los alevines, precisamente, del Montañeros. “Si un entrenador tiene pasión, si es profesional, es responsable, si se implica al máximo y tiene ganas de aprender ya cuenta con un potencial muy grande. Pablo ya reunía esas cualidades y habilidades y si tienes todo eso ya tienes muchas papeletas para acabar siendo entrenador. Porque al final tú puedes tener mucha pasión por el fútbol, pero si no quieres aprender, ni ser profesional... Él las tenía ya de antes y luego se ha visto que tiene pasión por lo que hace, que es entrenar”, zanja José Ramón. En la radiografía de quién es Pablo López tiene también mucho que decir Alberto Moscoso, que fue su compañero de equipo en aquel Dépor de División de Honor Juvenil. Esa escuadra, en la que Pablo era capitán, se alzó con la Copa de Campeones en el curso 1995-96.
“Siempre fue un currante, aunque solo tenía talento para defender. Nosotros lo vacilábamos con que era el pelota del míster. Entendía bien el fútbol, iba bien de cabeza, a pesar de que no tenía mucha altura y era más inteligente que otros. Han pasado los años, pero continuamos teniendo relación. Estamos sobre 15 en un grupo de WhatsApp y nos llevamos muy bien. Nos animamos, nos seguimos, tenemos relación y tratamos de juntarnos cada mes y medio para hablar de fútbol”, aclara Moscoso.
Reconoce que Pablo es un apasionado del fútbol y valora no solo al técnico, sino también a la persona. Una forma de ser que traslada al campo y que le hace ser muy valorado en los clubes por los que ha pasado, tanto por cuerpos técnicos como por jugadores.
“Es un friki del fútbol, trabaja más que duerme, le gusta analizar, ver... Recuerdo la época que trabajó con Seedorf, algo le vio para subirlo en Abegondo al primer equipo, él lo eligió. Ahora que parece que a la gente de Coruña no nos vale nada (en referencia a los cambios de entrenador), no sé, algo de fútbol sabrá. Para mí él sigue siendo el mismo chaval de antes, pero más formado”, afirma Moscoso.
“Nunca lo tuve como entrenador pero lo vi desde fuera y ves que inspira confianza en los jugadores. A nosotros como amigo nunca nos ha fallado, como persona transmite tranquilidad, cree en lo que hace y donde estuvo siempre fue muy bien valorado. Jugadores que estuvieron con él me hablaron muy bien y me dijeron que se involucra mucho con el grupo. Sabe mantener su rol, pienso que es una persona que empatiza con los jugadores y cuerpos técnicos. Y es igual como persona que como entrenador. Uno de sus hijos hace baloncesto, el otro fútbol, le gusta el judo por su mujer, y el beber de varios deportes y que tus hijos lo practiquen suma. El tipo de persona que es, seguramente es lo que transmite como entrenador”, puntualiza.
Estaba en el Juvenil B de la cantera cuando Clarence Seedorf, tercer inquilino del banquillo del Dépor en la campaña 2017-18, le llamó. Le habían hablado de sus innovadores métodos y quiso conocerle.
A pesar del descenso de los blanquiazules a Segunda División, el entrenador neerlandés lo reclutó para que fuese con él a integrar el cuerpo técnico de la selección de Camerún, como su segundo.
Antes de recalar en el Ourense CF había sido entrenador del As Pontes y en el curso 2020-21 se unió a las filas del Racing de Ferrol, como segundo de Emilio Larraz. Tras su salida y con la llegada de Cristóbal Parralo y Javier Manjarín llevó a cabo diferentes tareas en el club, tanto como analista como haciendo el scouting de los rivales. Un trabajo en la sombra pero eficaz, avalado por su gran conocimiento de las últimas tecnologías.
Juega esta noche ante el Dépor cuando aún no se ha cumplido un mes desde su llegada al Ourense CF. Por delante, el reto de un apasionado del fútbol de lograr una heroica victoria y pase en Copa.
Ha recortado cuatro puntos con la salvación |
La llegada de Pablo López ha reactivado al Ourense CF. El coruñés tomó las riendas del cuadro azulón tras la undécima jornada, con el equipo en la penúltima plaza con 7 puntos, a cinco de la salvación. Tras estrenar la nueva era con una derrota en casa del Celta Fortuna (1-0), han encadenado tres victorias frente al Tarazona (3-2), el Real Unión (0-1) y la Ponferradina (2-1). Una racha que les ha colocado a un solo punto de la permanencia. El central Álex Zalaya y el delantero Javier Carbonell han sido incluidos en el once de Primera RFEF del pasado fin de semana.
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