El objetivo era la clasificación para los octavos de final de la UEFA Youth League y no se consiguió. El Dinamo Kiev eliminó al Deportivo en la tanda de penaltis después del 2-2 al final del tiempo reglamentario. En cambio, el equipo de Manuel Pablo consiguió muchas otras cosas en una noche inolvidable. La afición blanquiazul tenía tantas ganas de Champions que se volcó con el Juvenil. Más de 20.000 personas se dieron cita en el estadio de Riazor para dar aliento a una generación de oro de la cantera deportivista. El partido contra los ucranianos tuvo de todo: cuatro goles, una expulsión, un intento épico de clasificación y un desenlace amargo en la tanda de penaltis.
El comienzo de partido del Deportivo-Dinamo parecía de todo menos una eliminatoria a partido único. Sin control, sin reservas y con mucho atrevimiento, tanto españoles como ucranianos se lanzaron al ataque sin complejos desde el pitido inicial. No se habían cumplido ni cinco minutos y el conjunto local ya estaba por delante en el marcador gracias a un córner, que fue la acción posterior a un posible penalti por mano en una acción de Mella. Yeremay se plantó en el área con un año, Mauro sacó un tiro cruzado con la zurda que el portero visitante no pudo atajar y Nájera, en boca de gol, firmó el 1-0. La reacción del Dinamo fue casi inmediata y también en un saque de esquina en el que Tsarenko también ejerció de oportunista cazando una bola muerta en el segundo palo. Pero el inicio de encuentro no fueron solo los goles sino también transiciones, acciones individuales de calidad y mucha verticalidad. Un cuarto de hora frenético.
Estaba siendo uno de los futbolistas más destacados del Deportivo tanto en ataque como en defensa. En fase ofensiva porque tiene calidad, agilidad, movilidad y frescura para jugar a pocos contactos y dar velocidad en la circulación de balón y en defensa porque es un portento físico que no para de correr y, además, lo hace con todo el sentido del mundo. Decía Manuel Pablo en la rueda de prensa posterior a la eliminatoria que al equipo le había pedido, precisamente, lo que hizo Rubén en el 2-1: presionar hacia delante sin complejos y con convicción. Puso por delante al Depor por segunda vez en el encuentro en el minuto 26 pero, diez después, dejó al equipo en inferioridad numérica al ver la segunda tarjeta amarilla por una clara entrada por detrás en campo propio. Rubén fue importante por su trabajo el tiempo que estuvo sobre el terreno de juego y por el 2-1 pero también lo fue negativamente –parte del aprendizaje– por la expulsión en el primer tiempo al actuar con demasiado ímpetu. Felicidad por un gol inolvidable en Riazor, pero amargura por dejar al equipo en inferioridad.
Madurez
El Depor supo resistir en inferioridad numérica y forzar los penaltis
El Deportivo no fue inferior al Dinamo Kiev en los primeros minutos del segundo tiempo a pesar de jugar en inferioridad numérica. Yeremay hizo las delicias de los aficionados blanquiazules con acciones técnicas de auténtico mago pero, con el paso de los minutos, el fuelle del Depor fue a menos y el Dinamo acabó empatando en una acción defensiva demasiado pasiva por parte de Víctor Guerra y Seydi. En el tramo final, Brais fue protagonista evitando un 2-3 que parecía cantado. El conjunto coruñés resistió como pudo, con orden y mucho trabajo y disciplina, hasta la tanda de penaltis. Y, desde los once metros, ya saben qué sucedió.