Riazor volvió a sonreír y a disfrutar de una victoria. Porque en este 2025 aún no había celebrado el Dépor el sumar de tres en su feudo. Y lo hizo por la puerta grande ante un Almería tibio. Puede que la afición blanquiazul ya supiese algo, porque cuando sonaba por megafonía el nombre de Zakaria Eddahchouri la ovación era notable. El club, a través de la megafonía del estadio, hizo un llamamiento para que ondeasen las bufandas y la afición respondía de forma masiva.
Menor seguimiento tenía el entonar la canción 1906 que suena ya de forma continuada en los prolegómenos de los partidos del Dépor. Y eso, a pesar de que en los videomarcadores se podía seguir la letra de la canción, como si de un multitudinario karaoke se tratase. Aunque atronaba la música, era palpable que aún hay que estudiarse bien la letra para que se cante al unísono.
Tras el minuto de silencio por el fallecimiento del utilero del Fabril, Fino Fonticoba, comenzaba un encuentro en el que la afición disfrutaba y cantaba con más fuerza que en otras citas. Bramaba con la caída de Soriano en el área pero casi no tenía tiempo de afearle el gesto al colegiado porque aclaraba rápidamente la garganta para festejar el primer tanto de la tarde. Lo marcaba Zakaria, nuevo ídolo de la hinchada, que saltaba la valla de publicidad para fundirse con un abrazo con su nueva afición. La diana se celebraba en diferido, pues tenía que ser chequeada por el VAR. Mientras, se coreaba el “odio eterno al fútbol moderno” por el suspense. Gol concedido y fiesta en la grada.
No decaían los decibelios porque antes de que se cumpliese la media hora de juego el Dépor ya ganaba 3-0. Se apuntaban a la fiesta que había iniciado ‘Zaka’ Yeremay primero y Mella después. La segunda parte los decibelios oscilaban, aunque en el tramo final volvían a atronar en el templo blanquiazul.
No siquiera el tanto de Luis Suárez casi al final del partido, que concedía el VAR, quitaba un ápice de alegría a la hinchada. Una afición que entonaba el “Vivir na Coruña que bonito é”, revitalizada por un triunfo de mérito ante un Almería menos fiero de lo esperado y un Deportivo crecido, por fin, en casa.