El delantero Borja Valle pisó ayer de nuevo el césped de Riazor, pero junto a la Ponferradina. Su 'segunda casa' lo acogió con los brazos abiertos, pese a que el exdeportivista se fuese de vacío, tras la gran victoria conseguida por el Depor (2-0).
Bien es sabido por todos que las gradas de Riazor le tiene un gran cariño al ponferradino; por eso, tras el partido, el jugador se fue directo hacia la afición deportivista, que lo abrazó y se fotografió con él.