El Dépor mira hacia su pasado
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17º-23º

El Dépor mira hacia su pasado

El equipo comenzó mal el curso anterior y terminó subiendo . A estas alturas llevaba 7 puntos. La confianza de plantilla y cuerpo técnico es total
El Dépor mira hacia su pasado
Imanol Idiakez da indicaciones durante un entrenamiento en Abegondo | carlota blanco

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“Sabemos cómo empezamos el año pasado y también cómo acabamos. Hay que tener paciencia. Me voy a repetir como el año pasado, pero porque la situación es parecida, aunque evidentemente en diferente categoría. También estuvimos en puestos de descenso y al final acabamos consiguiendo el objetivo. Tengo confianza plena en esta plantilla, en este entrenador y en que las cosas van a salir”. Lucas Pérez lo tiene claro y así lo expresaba esta semana en sala de prensa.


De puertas para adentro saben que el inicio no es el soñado, tan sólo 4 puntos de 15 posibles, decimonoveno, en puestos de descenso y con problemas en la defensa del balón parado. Pero, también en ese vestuario y al abrigo del nerviosismo que se vivía en el entorno se fue alimentando esa familia y esa piña que al final acabó siendo el símbolo, la fruta también, del ascenso.

 

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No dista mucho el comienzo titubeante del Deportivo del que tuvo la pasada campaña, la primera con Imanol Idiakez a los mandos. Con siete puntos cerraron las cinco jornadas iniciales, con una victoria ante el Lugo (0-3) y empates contra Rayo Majadahonda, Teruel (0-0), Unionistas de Salamanca y Cornellà (1-1). 7 puntos de 15 y el equipo en séptima posición de una tabla que lideraba el Nàstic de Tarragona, con 13 en su casillero. 


Este curso, con muchos de los actores del año anterior repitiendo en las filas blanquiazules, el Dépor sólo tiene cuatro puntos. Escaso botín, fruto de una solitaria victoria, en Riazor frente al Racing de Ferrol 
(1-0), tablas a domicilio contra el Granada y tres derrotas (Oviedo, Huesca y Córdoba).


En una competición tan larga no pasa de ser una mera anécdota ocupar ahora esa zona peligrosa de la clasificación. Y, además, en el Dépor tienen la férrea convicción de que la situación se va a revertir, como ocurrió el curso pasado, por lo que hay, en palabras de Lucas, “preocupación cero”.


Hubo momentos la campaña anterior en los que el equipo parecía que había tocado fondo y mucho más avanzada la temporada. La primera vez, en la jornada 11, después del 3-0 que le endosó el Real Unión de Irún a un cuadro blanquiazul que se desangraba. Era el 5 de noviembre, el Dépor sumaba 14 puntos y estaba a 7 del primero, la Real Sociedad B, que contaba con 21.

 

Renacer de las cenizas


Fue ahí cuando los coruñeses marcaron su primer punto de inflexión. Siete jornadas sin perder, cuatro victorias y tres empates, para una reacción que aún así mantenía al equipo sexto, con 29 puntos, a nueve del primero, entonces el Celta Fortuna. El siguiente acontecimiento que marcó el devenir del Deportivo fue la derrota por la mínima ante la Cultural Leonesa. Corría la jornada 19, el conjunto herculino era sexto, con 29 unidades en su haber, a 10 de la Ponferradina, que era el flamante líder.

 

Datos
 


En su segundo renacer el equipo deportivista protagonizaba una increíble escalada, en la que firmaba quince victorias y cuatro empates, que le hacían campeón liguero, con un total de 78 puntos.
Un epílogo liguero que recuerda que lo importante es cómo se termina y no cómo se empieza. Por eso hasta los más jóvenes, como un David Mella ya con galones e importancia en el equipo, apelan a la necesaria calma.


“Deberíamos pensar en ir de fin de semana en fin de semana, no mirar la tabla en la quinta jornada. Espero que sea una temporada bonita como decimos todos y que salga lo mejor posible. Si se puede conseguir otro ascenso, pues otro ascenso, si nos quedamos nos quedamos y si es otro playoff pues otro playoff, pero no pensar en ascender en diciembre, porque no se puede”, decía en la presentación de las equipaciones blanquiazules que tenía lugar esta semana.


Y si el Dépor no se mira en su espejo y pasado más reciente, puede también fijarse en lo que hicieron algunos de los últimos ascendidos a Primera División en cursos anteriores.
Valladolid y Girona subieron con un inicio calcado al del equipo blanquiazul. El conjunto de Míchel comenzó la liga con un cuatro de quince, la misma puntuación que el actual Dépor, lo que le hizo ubicarse en la vigésima posición. 


Es más, los catalanes no consiguieron salir de los puestos de descenso hasta la jornada 13. Un remonte que estuvo en gran medida cimentado en los tantos del atacante charrúa Christian Stuani, que terminó con 24 tantos, hasta meterse en la promoción de ascenso como sexto clasificado. Ya en el playoff, el cuadro gerundense se deshizo de Eibar y Tenerife para conseguir el ascenso a Primera División.


Yéndonos al pasado más inmediato, la temporada 2022-23 en Segunda División, después de la disputa de cinco jornadas el Eibar era el colista con tres puntos, el Oviedo también ocupaba zona de descenso en la décimo novena plaza (tres puntos) y el Valladolid marcaba los puestos de permanencia en la décimo octava posición, con los mismos cuatro que el Dépor.


En el caso de los pucelanos, su actuación fue similar a la de los coruñeses en el último año de Primera Federación. A pesar de las iras de parte de la hinchada contra el entrenador Paulo Pezzolano, los vallisoletanos fueron capaces de crecer desde la defensa y lograr el ascenso directo, a pesar del clima enrarecido imperante. Ejemplos los dos de que la categoría es una carrera de fondo y que no hay que alarmarse cuando los comienzos no son los esperados.


Y luego están los casos contrarios, en los que un buen inicio no te garantiza un final feliz. Le pasó el año pasado al Zaragoza, que arrancó con pleno de victorias en las primeras cinco jornadas con Fran Escribá, pero que se fue diluyendo.


Víctor Fernández, el tercer técnico que pasó por la banqueta maña, evitó el desastre, pues el equipo llegó a coquetear con el descenso. También el Dépor vivió en sus propias carnes el ascenso y la caída. En el primer año de Borja Jiménez, en la temporada 2021-22, el equipo comenzaba lanzado, sumando cinco triunfos consecutivos.


El conjunto blanquiazul parecía poner la directa de regreso a Segunda, pero un terrible mes de febrero, marcado por la derrota en Riazor ante el Racing de Santander, daba alas a los cántabros. Firmaban una segunda vuelta de récord y ascendían de forma directa. El cuadro coruñés se colaba en el playoff y perdía de forma cruel la final contra el Albacete.


Como esta Segunda División ha demostrado ser una carrera de resistencia y no un esprint el Dépor sabe que tiene que ir poco a poco cogiéndole el ritmo y el pulso a la competición.
La exigencia de ganar siempre estará ahí, por ser el Dépor quién es, pero las urgencias no son nunca buenas compañeras de viaje.


Vestuario y cuerpo técnico lo saben y con el recuerdo de lo que se hizo bien el año pasado mantienen ahora ese discurso de calma, tranquilidad y de ir partido a partido.
“Venimos de Primera Federación y nuestros rivales también cuentan. Hay que pensar en hacer 50 puntos y a partir de ahí empezar a pensar. El año pasado todos asumíamos que era una obligación salir de Primera Federación, pero hay que ser humildes”, indicaba Idiakez antes de su estreno ante el Oviedo. El Dépor sabe que no ha comenzado bien, pero mira hacia el pasado para creer en un futuro mejor. 

El Dépor mira hacia su pasado

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