Carlos Marañón: "Mi vínculo con A Coruña y el Dépor es eterno, me acerca a Elena y a su presencia"
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Carlos Marañón: "Mi vínculo con A Coruña y el Dépor es eterno, me acerca a Elena y a su presencia"

Carlos Marañón: "Mi vínculo con A Coruña y el Dépor es eterno, me acerca a Elena y a su presencia"
Carlos Marañón, director de la revista Cinemanía | Foto: Real Sociedad

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A Coruña no llegó pronto a su vida, pero lo hizo para quedarse. Carlos Marañón (Barcelona, 1974), crítico cinematográfico, periodista, escritor e hijo de Rafa Marañón, una de las leyendas del Espanyol, mantiene un vínculo con la ciudad herculina, con Oleiros y con el Deportivo desde que conoció a Elena Taboada a principios de los 90. Su historia de amor está conectada con momentos importantes en la historia del club blanquiazul. “Me pasa un poco como Nick Hornby, guardo recuerdos del Dépor vinculados a Elena”, reconoce el director de la revista Cinemanía, quien en la actualidad, tras el fallecimiento de su mujer debido a un cáncer sarcoma en 2020, sigue conectado con A Coruña y Oleiros, donde viven sus suegros y donde pasa con sus tres hijos buena parte de sus vacaciones. “Soy deportivista y coruñés consorte. Para mí es un vínculo eterno porque me acerca a Elena y a su presencia”.


¿Cómo surge su vínculo con A Coruña y el Dépor?

Conocí a Elena, mi mujer, en Inglaterra. Yo no tenía vínculo con Galicia. Mi madre es de Gijón y es lo más cerca que me pilla de Galicia y de Coruña. A Elena la conocí en un viaje de adolescencia, me enamoré de ella y empecé a viajar a Coruña recurrentemente para verla. Mantuvimos una relación a distancia durante mucho tiempo, así que creo que conocí Coruña hace más de 30 años. Creo que el año del Xacobeo 93, la época en la que el Dépor ya había subido a Primera. Tengo grabado en la memoria el Estudio Estadio del partido contra el Murcia cuando ardió la cubierta de Riazor. Es verdad que en mi juventud y en mi infancia nunca coincidió el Dépor en Primera. Hasta que no ascendió en aquellos años no conocí realmente al Dépor, para mí era un equipo de Segunda. Pero a partir de ahí, mi mujer no era especialmente futbolera, pero el furor del Dépor arrastraba a todos los coruñeses y fue un equipo que empecé a seguir, siempre con cariño. Soy deportivista y coruñés consorte. Siempre ha sido un equipo simpático. Además, como periquito, somos todos blanquiazules. También vi muchas veces en Sarrià al Dépor.

 

"Mi primer vínculo con Coruña era salir por el Orzán, ir a la playa y tomar helados en La Marina y María Pita"

 

¿Cuáles son sus primeros recuerdos de la ciudad?

Mi relación con Elena al principio era de amor infantil, luego nos separamos porque la vida nos llevó por ahí, pero volvimos a coincidir. Los primeros viajes a Coruña eran más de conocer los sitios típicos. Ella vivía entonces en la calle Tren, al lado de la Plaza de España, y mi primer vínculo con Coruña era salir por el Orzán, ir a la playa y tomar helados en La Marina y María Pita. La mía con Elena es una historia de amor muy bonita, aunque el cáncer la truncó. Ella es mi primer amor y yo fui su primer amor. Al cabo de unos años nos volvimos a encontrar por esos azares que tiene la vida. Ella estaba ya establecida en Madrid, yo también, pero sus padres viven en Perillo y ese ha sido siempre mi vínculo. Ir allí todos los veranos, todas las vacaciones, Semana Santa y todo eso. Primero juntos como pareja y luego ya con la familia con mis hijos Nico, Guille y Álex. El pequeño, Álex, nació en Coruña, además, al lado del estadio en el Belén. Sigo yendo a Coruña habitualmente porque la relación con mis suegros es extraordinaria. En verano me reparto con el resto de mi familia, que es de Asturias, Navarra y Barcelona, pero mis hijos se instalan en Oleiros todo el verano. Luego vamos viajando, pero como base tienen la casa de mis suegros, Pepe y Blanca, que son unos fenómenos. Pasó allí casi todos los fines de semana de verano. Es una maravilla.

 

¿Y sigue al Dépor?

Sigo al Dépor, sí. Lo seguimos con cariño en casa y es uno de nuestros equipos. Mi suegro Pepe y mi cuñado Andrés son deportivistas. Nunca lo perdemos de vista y una vez al año vamos al estadio normalmente.

 

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¿Qué no puede faltar cada vez que viene aquí?

Mi suegra Blanca nos surte muy bien. Estamos sobrealimentados cuando estamos en Oleiros y en Coruña. Yo soy muy de un sitio que se llama Fonte da Saúde, en la Ría del Burgo, al lado del puente del Paraguas. Me parece que está muy bien, pero también me gusta ir a la calle de la Franja, a la calle de la Estrella... Cualquier sitio en Coruña, sobre todo para tapear, me encanta. Mis hijos son unos locos del marisco. Mis suegros siempre dicen que les van a arruinar, pero yo en cambio soy muy sencillito. Me gusta todo y como de todo, pero lo que más me gusta son los pimientos de Padrón. Me parece el sumun. Cuando bajo a Coruña desde Oleiros voy mucho a la Cadena Ser porque tengo que hacer cosas de cine en La Ventana y también suelo comentar los partidos del Espanyol. Entonces, bajo, aparco en la Plaza de Lugo y me muevo mucho por esa zona. Sé que es la zona más elegante o más pija, digamos, pero a partir de ahí me muevo por Los Cantones, Calle Real, María Pita, La Marina, que es un lugar emblemático y sensacional. A las playas de Riazor y el Orzán no solemos ir, somos más de las playas de Oleiros. Hay muchas algas, pero somos mucho de Bastiagueiro. Nos movemos entre Mera y Bastiagueiro, que la tenemos al lado. De Santa Cruz me encanta el enclave, pero la playa un poco menos. Es mi lugar favorito. Mi madre se llama Cruz, además, y le tengo muchísimo cariño. Me flipa. Siempre me paso un día por ahí a pasear o a tomar algo en el Preludio. 

 

Una vida tranquila y familiar.

Sí. También bajo a correr todos los días por la Ría del Burgo. Bajo desde Perillo, entro en Cambre, doy la vuelta por el puente del Pasaxe y subo. Son 7 kilómetros que, si puedo, hago casi a diario cuando estoy allí. También nos gusta Santa Cristina, aunque la playa algo menos, y con los chavales vamos a jugar por las canchas de Oleiros, que está lleno de pistas de fútbol sala por todos los sitios. Una vida muy normal. Mantengo el grupo de las amigas de Elena, que todos tienen hijos de la edad de mis hijos, y bajamos a tomar algo. Hago vida muy familiar. Familiar y deportiva.

 

"Mi suegro les compra a mis hijos las camisetas del Dépor"

 

Y una vez al año a Riazor.

Sí. Este año estuvimos hablando para ir a ver el debut contra el Oviedo y al final no nos cuadró. Pero seguro que a lo largo de la temporada, en Navidad, Carnaval o Semana Santa, nos podemos escapar para ir. El ambiente es estupendo. Una ciudad con un equipo que ha estado en Primera Federación en estos últimos años, que vayan veintitantos mil espectadores es un espectáculo. Cuando vino Lucas y dijo ‘es que no vengo a un equipo de Primera Federación, vengo al Dépor’. Es esa sensación. Mi suegro les compra a mis hijos las camisetas del Dépor, así que tenemos ese vínculo sentimental. Para mí es un vínculo eterno porque me acerca a Elena y a su presencia. Ella nunca fue futbolera, pero tenía esa relación sentimental con el Dépor. En ese sentido, yo soy de un equipo complicado como es el Espanyol. Es un equipo que no tiene una ciudad detrás, no puede tenerla, y esa particularidad nos hace diferentes. Los que son del Espanyol, lo son porque han tomado una decisión muy importante en su vida. Es diferente, pero tener el vínculo con el equipo de tu ciudad, te guste o no te guste el fútbol, también es muy bonito. Y eso es obvio que pasa en Coruña. El riesgo de que se rompiera eso por haber descendido y que los chavales se hicieran del Madrid o del Barça, es algo que no ha sucedido tanto como podría haber pasado. Porque el club tiene una entidad y una relación con la ciudad muy importante. Y eso es muy bonito.

 

"Mi futbolista fetiche es Fran"

 

¿Qué jugador del Dépor le ha marcado más?

Mi futbolista fetiche es Fran. Ha sido el mejor futbolista español... Sí, yo te diría que el mejor. Tenía un nivel sensacional. Siempre se decía, como pasa siempre, que tenía que haber fichado en un grande, pero estuvo en el mejor Dépor de la historia. Si hubiera jugado en el Madrid o el Barça, habría jugado 50 o 60 partidos más en la selección. Además, siempre teníamos la coña de que coincidía en clases de inglés con Elena. Cuando yo le hablaba de Fran, ella decía: ‘¡Ah! ¿Este es el chico que viene a inglés conmigo?’ Para ella, claro, jugaba en el Dépor, pero era un chico que, con perdón, no debía saber mucho inglés, que no era el número uno de la clase. Y yo le decía: ‘¡Pero si es Fran, zurdo, el mejor!’. En mi casa los zurdos con el ’11’ tienen muy buena fama siempre. Mi padre era zurdo con el ’11’ y mis hijos son todos zurdos. Menos yo, que rompí eso porque soy diestro. Entonces, a los zurdos con el ’11’ les echamos el ojo rápido. Para mí, Fran ha sido el número uno.

 

Protagonista en las dos mejores épocas del Dépor.

Pero también me acuerdo perfectamente del Dépor de Lasarte, que jugó la promoción por no descender. Ya me fijaba en ese Dépor porque yo conocí a Elena en el 91 y mantuve una relación con ella por carta, por teléfono, por cabina... Y ya me acuerdo de ese Dépor, de Fran y José Ramón. Me acuerdo de Kiriakov, por ejemplo. Luego ya fichó a Aldana, los brasileños y demás y empezó a convertirse en lo que luego fue. Y luego, el trauma del día del Valencia es algo que a todos nos ha afectado. A mí en particular además porque, como perico y antibarcelonista que soy, me dolió mucho. Era el año del Dépor. Aquel día fue muy triste. Me acuerdo como si fuera hoy. Yo volvía de jugar un campeonato de España de fútbol universitario en Valladolid. Iba en el bus con los compañeros, todos eran muy culés, pero yo venía hundido. Se me juntaron muchas cosas. También recuerdo el partido de las semis con el Oporto. Me pasa un poco como Nick Hornby, guardo recuerdos del Dépor vinculados a Elena. Con Elena perdí el vínculo a finales de los 90, pero cuatro o cinco años después nos volvimos a cruzar, y un día que quedé con ella se jugaba precisamente el partido en el que el Dépor la cagó. Bueno, por culpa de la expulsión, pero la cagó con el Oporto.

 

Ahora comparte equipo en La Cervantina con Nacho Carretero, un ilustre aficionado deportivista.

Sí, somos muy amigos. Él es un forofo tremendo. Comentamos mucho, sobre todo estos últimos años que hemos coincidido mucho. Desde la promoción contra el Mallorca, que eso también fue un drama. Después de ganar 2-0, esa última ocasión en el partido de Palma de Pablo Marí... Con Nacho jugamos juntos en La Cervantina. Siempre le digo que me avise para el partido que juega la prensa en Navidad, que estoy ahí, pero siempre se olvida de llamarme. Le tengo un poco cruzado por eso (ríe).

 

"Me casé en Oleiros y el día de mi boda jugué al fútbol en Abegondo con árbitro federado"


Cualquier ocasión es buena para jugar un partido.

Sí. Yo me casé en Oleiros, en la iglesia de Santa Eulalia de Liáns, pero que sepas que el día antes organicé un partido de fútbol. Soy un loco del fútbol, pero lo que más me gusta en el mundo es jugarlo, todavía hoy. Y montamos un partido para el mismo día de la boda. Alquilamos un campo en Abegondo, en la Ciudad Deportiva del Dépor. El día de mi boda jugué al fútbol con árbitro federado. Partido de 90 minutos, amigos de mi padre contra mis amigos. Salió un poco así porque dividimos el mapa de España entre este y oeste porque había gente de muchos lugares diferentes. Y yo, lamentablemente, me quedé con todos los maridos de las amigas de Elena. Eran, con perdón, un poco desastre y palmamos (ríe). Marqué el gol de la honra, pero palmamos. Los demás eran amigos de mi padre y mis amigos, que todos han jugado, y nos dieron un pequeño repasito. Es inolvidable el día de mi boda, pero además por haber podido jugar al fútbol.


Por último, como crítico y director de Cinemanía, ¿A Coruña alimentó esa otra pasión suya?

Echo mucho de menos los cines de Coruña. Cuando empecé con Elena pillé los últimos cines. Todavía pille el cine París, el Equitativa en la Plaza de Vigo, los Chaplin… Ahora sigo yendo al cine, pero a los centros comerciales, claro. Y alguna vez voy al CGAI, que tiene una programación estupenda.

Carlos Marañón: "Mi vínculo con A Coruña y el Dépor es eterno, me acerca a Elena y a su presencia"

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