Pocas lecturas positivas se pueden extraer del enésimo encuentro sin pólvora del Dépor 2024-25. Los blanquiazules dominan, juegan y generan. Pero una vez más no les llega. Ni siquiera cuando, por fin, en un partido en casa la chavalada tuvo espacios para correr.
Imanol Idiakez premió al equipo que pisoteó al Albacete. Repitió el once del Carlos Belmonte. No sin razón. Además de los cinco goles, Mfulu se hizo acreedor del sorpasso a José Ángel. Con Dani Barcia tampoco había ya dudas.
El Málaga parecía venir a cumplir el guion. Cometió dos faltas consecutivas antes de cumplirse los primeros 150 segundos de juego. Lo extraño es que solo incurrió en tres más en los 88 minutos restantes. Eso, y que el conjunto costasoleño comenzó atacando, forzando un córner en un centro de Manu Molina que despejó Pablo Vázquez. El propio central alejó el peligro, también con la testa, en el lanzamiento de esquina.
El Málaga perdió el control inicial pero dispuso, en el minuto 7, de su mejor oportunidad en todo el choque. Antoñito, la joya andaluza, aprovechó una pasada de frenada de Ximo para plantarse ante Helton. El jerezano estrelló el balón en el palo.
El rechace provocó algo prácticamente inédito esta temporada: un contragolpe del Dépor en Riazor. Segundos después de la ocasión visitante, Mella se escapó por la derecha para servir un pase de la muerte a Barbero. El delantero almeriense marró su remate, pero sí lo enganchó Yeremay, aunque su derechazo se encontró las piernas de un adversario.
Barbero cabeceó picado y a la izquierda del portal malagueño un buen centro de Obrador. Yeremay buscó su perfil bueno y la escuadra contraria, pero el balón siguió el mismo camino que el anterior. El canario maniobró de espaldas en tres cuartos, pasó picado para Barbero y el cuero le cayó en la media luna a Lucas, que con la zurda disparó a la derecha de la meta visitante. Todo ello, antes de cumplirse el cuarto de hora.
El Málaga se defendía como podía. En los siguientes minutos, Alfonso Herrero detuvo un flojo zurdazo de Barbero. El portero visitante adquirió mayor protagonismo cuando repelió un duro zurdazo de Mella y el posterior centro-chut de Lucas, con su pierna mala, que desbarató con su bota derecha.
Hasta ahí llegó el Dépor en la primera parte. El Málaga le pilló el truco y no le permitió volver a correr. Con todo, los pupilos de Sergio Pellicer tampoco agobiaron. Manu Molina disparó a las nubes. La tuvo más clara Larrubia. Barcia le flotó en exceso y le concedió una buena posición de disparo. Helton, bien colocado, capturó la pelota.
La segunda mitad comenzó con otra buena ocasión de los visitantes. El envío de Gabilondo se fue alto después de rozar en un defensa deportivista. El córner lo atrapó Helton, que vio a Lucas correr como un poseso. El saque del brasileño encontró al ‘7’ coruñés, que encaró a Gabilondo. El lateral derecho fue al suelo en el área. Lucas lo vio venir y forzó el contacto. El colegiado señaló el punto de penalti. La llamada del VAR hizo el resto. Cuatro minutos después, tras consultar las imágenes, el árbitro más joven del fútbol profesional rectificó su decisión. El contacto no fue el más intenso, pero existió. Como Petxarroman en El Alcoraz. Pero en Huesca, el VAR no dijo ni mu.
Idiakez no lo vio claro. Quiso más creatividad en el campo, dando entrada a Mario Soriano por Villares y a Herrera por Barbero con media parte por delante. El alcalaíno lo probó desde lejos. Alfonso Herrero abortó el intento en dos tiempos.
El partido empezó a parecerse a un combate entre pesos pluma. Bofetón tras bofetón. Obrador estorbó lo suficiente a Rahmani para que cabecease alto. Mella, lanzado por Mfulu, burló a Luismi, y con la zurda buscó el palo más cercano, donde aparecieron, de nuevo, las manos de Alfonso Herrero. Yeremay y Herrera conectaron y el delantero la intentó picar ante la salida del guardameta. El árbitro anuló la acción por fuera de juego. Habría que ver qué decían las líneas del VAR en caso de que la pelota hubiese acabado dentro de la portería.
Helton desvió a córner un disparo de Izan, antes de que tras el saque de esquina, Mella y Yeremay corrieran para que el pase de la muerte del canario acabase en poder del portero. Kevin Medina, nada más saltar al césped, probó a Helton, que rechazó para evitar problemas.
El gol estuvo más cerca que nunca cuando Lucas finalizó un contragolpe de Yeremay con un zurdazo raso que sacó astillas del palo izquierdo. El ‘10’, poco después, tiró de fantasía e intentó emular la vaselina de Djalminha en La Romareda.
Con poco más de dos minutos de añadido por delante, Idiakez realizó un extraño doble cambio. Bouldini y Gauto entraron por Yeremay y Mella. Desconcertante, por la consiguiente pérdida de tiempo. Y porque con Herrera y el marroquí juntos arriba a nadie se le ocurrió colgar un balón.
Ya son tres partidos de cuatro en Riazor sin mojar. Y cuatro en ocho jornadas. El muestreo es escaso. Aunque entre pitos, flautas y partidos a cero, el Dépor ya ha dejado pasar una quinta parte del campeonato.