Botes de la afición del Racing y rebote herculino en Riazor
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17º-23º

Botes de la afición del Racing y rebote herculino en Riazor

La hinchada vio como el equipo blanquiazul perdía contra el líder en el campo coruñés
Botes de la afición  del Racing y rebote herculino en Riazor
La afición no se pudo ir con una sonrisa de Riazor. Foto: quintana

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“¡Qué bote el Sardinero!” Los más de mil aficionados del Racing de Santander cantaban al unísono al finalizar el partido tras la victoria conseguida ante el Deportivo en Riazor. Del otro lado, la grada blanquiazul entre silbidos y el silencio después de la segunda derrota seguida de los coruñeses.


¿Qué pasó antes de ese cántico que duele tanto cuando lo hacen los seguidores visitantes? Sol, pero ambiente frío en la previa del partido ante el Racing de Santander. Poco que ver con el partido con el Eldense, con la hinchada herculina ayer algo más comedida.

 

Mucha seguridad


En los aledaños del estadio un helicóptero, varias grilleras de la policía, especialistas en control de explosivos y sensación de blindaje ante la categoría de partido de alto riesgo. La mayoría de los seguidores cántabros, familias. No obstante, dentro del interior del estadio fueron expulsados seguidores del Racing de Santander de la grada de Pabellón.


Antes del encuentro, el menú habitual en el canto de las alineaciones: música de viento para Idiakez y ovación para Mella y para un Yeremay que empezó desde el banquillo. Antes del 10 de partido llegó el primer gol del Racing, tímidos silbidos y acto seguido la afición volvió a animar. Aunque la grada se mostró más fría que en otros choques, motivado quizá por el momento complicado que vive el Dépor a nivel de resultados.


Llegó el 0-2 y enmudeció un poco el campo coruñés, que sobre todo dirigió sus iras hacia las continuas pérdidas de tiempo visitantes. Con poco, la hinchada de Riazor despierta y un par de subidas por la banda de Mella levantaron al respetable.


Unos seguidores que sufrieron, como Pablo Vázquez, cuando vieron como Villares estrelló, por segunda jornada consecutiva, su disparo en el larguero. Impotencia del zaguero y de los aficionados del Dépor ante la falta de puntería de un equipo que entonces mereció más.


Los aplausos se fundieron con los silbidos: no entendió el público la sustitución de Mella y lo hizo notar, pero celebró que Yeremay ingresase en el campo. Este encendió a la grada con su tanto e hizo que los seguidores creyesen en la remontada. Pero el Dépor volvió a quedarse a medias en su reacción. Mientras los aficionados cántabros botaban, la hinchada local se marchaba rebotada de Riazor. 

Botes de la afición del Racing y rebote herculino en Riazor

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