El Deportivo bajó ayer las revoluciones del entrenamiento con una sesión más de descarga, pero en la que el cuerpo técnico se afanó en pulir las jugadas de estrategia y el balón parado.
En una categoría tan igualada y en la que, en ocasiones, los partidos se deciden por detalles, los saques de esquina, faltas o centros laterales se convierten muchas veces en ocasiones manifiestas de gol.
Con el objetivo de seguir mejorando en esos recursos el cuerpo técnico dividió en el último tramo de la sesión a la plantilla en dos grupos, con Ian Mackay y Pablo Brea bajo palos. Primero una escuadra defendía y otra atacaba en diferentes situaciones como faltas, centros o córners. Distintos jugadores como Soriano, Juergen, Aguirre o Yeremay eran los encargados de poner el balón en juego.
El ‘staff’ técnico daba instrucciones de lo que hacer tanto en ataque, como en defensa, en función también la forma de jugar del Real Valladolid Promesas, al que los blanquiazules se miden mañana a las 17.00 horas en el Abanca Riazor. Tras varios ensayos, ambas escuadras intercambiaban sus papeles. Además de seguir trabajando la estrategia, a tenor de las pruebas podría ser Pablo Trigueros el elegido para acompañar a Jaime Sánchez, ante la baja, por cumplir ciclo, de Adrián Lapeña. También se postula para volver a la defensa Trilli, debido a la ausencia, por la ‘cláusula del miedo’, de Víctor García.
Serán las dos únicas bajas, y ninguna por lesión, en una semana que está siendo bastante tranquila en la enfermería, tras quedarse en nada sendos golpes entre Víctor García y Aguirre en el tobillo y una contusión de Jaime en la rodilla.
Antes de los ejercicios a balón parado, la plantilla realizó tareas de pase y conducción y los habituales rondos de pase, en una sesión que duró algo más de una hora.