La visita del Bilbao Athletic a Riazor el próximo domingo ofrece la oportunidad de hablar con un futbolista que se formó en Lezama y que vistió la camiseta del Deportivo desde enero de 2018 hasta el pasado mes de julio, cuando se desvinculó del equipo blanquiazul y fichó por el Olympiacos Nicosia.
¿Qué tal en Chipre?
Bien, me he encontrado un poco lo que esperaba o buscaba, una experiencia diferente, algo que me faltaba vivir, así que contento tanto profesionalmente como por cómo se está adaptando mi familia.
¿Por qué cambiaste de país?
La carrera del futbolista es corta, veía que el final estaba cerca y siempre había tenido esa curiosidad de poder compatibilizar este trabajo con tener esas vivencias en el extranjero que tanto me llaman la atención. Lo tenía en mente antes de dejarlo y era ahora o nunca.
Eres un fijo en el once inicial.
Sí, he jugado todo. Llegué tarde a la pretemporada y entre el calor, la diferencia de fútbol, de los campos y todo, al principio me costó un poquito adaptarme. Las primeras semanas decía, esto va a ser difícil, pero con los entrenamientos llegué a tiempo para el inicio de liga y el míster ha confiado en mí. El último partido tuve la desgracia de romperme la nariz, así que a ver si a partir de ahora juego con máscara. El equipo es humilde, pero está superando las expectativas. Contento.
Veía el final cerca y buscaba una experiencia diferente como Chipre
Vais cuartos en la liga.
En principio, el objetivo es mantener la categoría, pero este año parece que la liga está más igualada que otras temporadas, ha aumentado el nivel general y al ser una competición de pocos equipos, recuerda un poco a lo que fue el año pasado la Segunda B, con marcadores cortos y la gente nerviosa porque luego se parte la clasificación con los seis primeros peleando por la liga y los otros seis, por no bajar.
¿La fractura de nariz ha sido importante?
Bueno, el típico golpe que sangra muchísimo y te queda la nariz peor de lo que estaba (se ríe). Al principio, me dijeron que había que operar ahora mismo, pero después el otorrino me comentó que intentando colocarla con la mano, poniendo una escayola unos días y jugando con máscara, es mejor operar en verano. Yo también prefiero no perderme partidos de liga y operarme después, cerca de casa, que te sientes más cómodo.
¿Qué tal respiras?
Igual de mal que antes (se ríe).
¿Qué destacarías de tu experiencia allí hasta ahora?
Primero de todo, el aspecto más personal, que es ponerte en el aprieto de empezar de cero en un sitio donde no te conocen y hacerte un sitio, ver si eres capaz de ello porque es una cultura diferente. Y segundo, a nivel deportivo, que es otra liga y aunque hay gente a la que le puede parecer poca cosa por ser Chipre, pero es una primera división y tiene más nivel de lo que se puede pensar desde España. Además, estamos peleando por jugar en Europa el próximo año. Y a nivel de familia, hacerse a otro país y que nuestro hijo conviva con otras culturas y aprenda idiomas, acostumbrándose al inglés, aprendiendo griego... Es al que más duro se le está haciendo, pero es un tesoro que se lleva para siempre.
Cerraste tu periplo de tres temporadas y media en el Depor sin el ascenso a Segunda. ¿Fue un broche amargo?
Sí, aunque realmente ningún final de aquellas cuatro temporadas fue satisfactorio a nivel deportivo. Fuimos muy felices en A Coruña, pero deportivamente las cosas no salieron. Lo intentamos, sin duda me quedo con lo bueno y con la pena de no haber vivido más alegrías futbolísticas, ver cómo hubieran sido A Coruña y el Depor en los buenos momentos, pero tocó eso y en otros lados me tocó otra cosa. Pero yo siento todo el cariño del mundo hacia A Coruña, hacia el Depor y sinceramente estoy encantado de que este año le vaya mucho mejor que el pasado. No me queda nada malo dentro.
Me quedó la pena de ver cómo hubiera sido el Depor en los buenos momentos
Llegaste al equipo coruñés en Primera y viviste la caída a Segunda y luego a Segunda B. ¿Fue difícil de asimilar?
Sí, he vivido las dos partes del fútbol. Si te dedicas a esto, incluso sientes que de una semana a otra la vida te cambia. Un día, euforia; y al siguiente parece que no vales para nada, pero tú mismo, dejando al margen el entorno. Y en sitios con un gran sentimiento futbolístico como A Coruña eso se magnifica con lo exterior. El caso fue intentarlo y los que vivimos esto siempre nos quedará esa pena de llegar a un sitio en el momento equivocado o no en el mejor momento. En poco tiempo, el Depor va a volver a Primera o Segunda. Seguramente a Primera y esos años quedarán un poco más para nosotros. Quiero que al Depor le vaya bien para que la gente que ha sufrido estos años, sobre todo la afición, vuelva a vivir momentos buenos. No tengo ningún trauma.
¿Qué falló el pasado curso?
Respetando mucho las dificultades, que al Depor le llegarán durante esta temporada, pero el año pasado pienso que era más difícil por el choque que suponía después del gran shock que sufrió el equipo con el descenso a Segunda B. El enfoque de todos interiormente era que se trataba de un año de transición para volver a Segunda y, a veces, las excesivas expectativas acaban generando que pequeñas crisis se conviertan en grandes crisis. El formato de competición del año pasado también generaba esa sensación de inquietud, de urgencia. Serían varias cosas. Tampoco quito responsabilidad a los jugadores, que seguramente estuvimos por debajo de lo esperado. Subir de una categoría a otra es difícil, eso es evidente. La temporada pasada no se pudo, mientras que este año es posible que suba y, de momento, va muy bien.
Fíjate Miku, que en trece jornadas lleva seis goles, uno menos que en toda la liga pasada.
Es un poco todo. Seguramente el equipo le esté dando más de comer, él conoce mejor lo que se va a encontrar semana tras semana, y uniendo eso con la ilusión que él tenía por continuar en A Coruña y darle continuidad al buen final que hizo el año pasado, su rendimiento está siendo mayor. Eso demuestra que tal vez sí había nivel, pero no lo supimos sacar.
¿Sigues la Primera RFEF?
Veo los resúmenes, la clasificación y lo que voy hablando con excompañeros, pero desde aquí no es fácil seguirla.
Honestamente a los jugadores no nos gusta enfrentarnos a los filiales
El Depor se enfrenta al filial del Athletic. ¿Cambia la preparación de un partido respecto a un duelo con un senior?
Honestamente a los jugadores no nos gusta enfrentarnos a los filiales. El nivel es el mismo que el de tu liga, pero no te gusta ese apellido B en los equipos porque quizá eres más consciente de que estás ahí abajo y sientes esa mayor urgencia de conseguir la victoria. Son partidos un poco raros.
El Bilbao Athletic se quedó la pasada campaña a un triunfo de subir a Segunda y ahora está en puestos de descenso.
El filial del Athletic cambia completamente cada año porque generalmente los mejores jugadores dan el paso hacia delante. Dependes un poco de la hornada que toque esa temporada. El verdadero objetivo del club es que haya algún jugador preparado para subir al primer equipo. También han cambiado de entrenador, llevaban un ciclo muy bueno con Joseba (Etxeberria), y ahora es un ciclo nuevo. El curso pasado, por ejemplo, arriba jugaba Nico Williams, que hacía mucho daño, mientras que este año no está y quizá hay otro que no está igual de preparado. De todas formas, la liga no ha acabado y queda mucho.
El curso pasado, arriba jugaba Nico Williams, que hacía mucho daño y ahora no está
Pese a la mala racha, tiene jugadores como el portero Agirrezabala o Nico Serrano, que ya han jugado en Primera.
Sí, y hay jugadores que el año pasado lo hicieron muy bien y están todavía ahí, pero desde lejos no puedes saber si esos chicos se han quedado allí ilusionados o porque no les han dejado marchar. O si cuando Serrano sube y está de puente entre el primer equipo y el filial, está cómodo o le ha pasado factura, porque eso suele costar. El Bilbao Athletic la temporada pasada iba como un tiro y pasaba por encima de los rivales, pero este año no es así.
¿Qué supone ser un cachorro?
Para nosotros está el Athletic y luego hay otro mundo. Nosotros vivimos que si eres bueno, no hay nada mejor que acabar en Lezama y formarte allí. Desde pequeño tienes la aspiración de poder estar ahí, de jugar en el Athletic. Pero no es fácil porque eres un niño y te enfrentas a una experiencia especial desde los nueve años. Es tremendamente bonita, pero también tremendamente exigente.
Los juveniles ahora cuentan porque se les ve más proyección
Diego Villares, que dio el salto al primer equipo en febrero, se ha convertido en un jugador clave en la medular.
Diego ya fue muy importante el año pasado. Su calidad como jugador está ahí, lo ha demostrado y el tiempo le pondrá donde se merece. Además, la temporada pasada, sus características compensaban algunas carencias que tenía el equipo y su impacto fue inmediato. Normalmente en los jugadores el segundo o el tercer año suelen ser los más difíciles porque el primero, a veces, el propio entorno te lleva en volandas. Diego está demostrando que puede seguir creciendo, así que quiere decir que ahí hay jugador.
También se están abriendo paso los juveniles.
Ya antes de la Copa subió algún juvenil al primer equipo, me llamaron la atención y empecé a seguirles. Luego fue el ‘boom’ de la Copa. Hay dos cosas, es verdad que el club está en la tercera categoría y parece lógico que jugadores de la cantera den el nivel, pero si ahora se apuesta por ellos es porque hay más mimbres para hacerlo. Tal vez los chicos que están ahora son mejores que los de antes. Yo soy seguidor del Athletic y todo el mundo quiere que cada temporada quiten a un futbolista viejo y pongan a un nuevo, pero la labor importante hay que hacerla en formación, y luego los propios chavales son los que tiran la puerta en el 90% de los casos. Hay jugadores que, por muy jóvenes que sean, la propia plantilla acaba demandando que los pongan. Por ejemplo, Muniain en su día da igual que tuviera 15 años, que el propio capitán del equipo decía, necesitamos a este chico. Los juveniles del Depor ahora cuentan porque se les ve más proyección y tienen pinta de que van a dar ese nivel requerido. El Depor tiene a más de un chaval asomando la cabeza.
Todo apunta a que el equipo potente del grupo es el Depor
Nico Williams, Unai Vencedor, Oihan Sancet... el Athletic tiene buenos mimbres para el futuro. ¿Qué joven te gusta más?
Como jugador que podría llegar a ser un monstruo, de los últimos, sin duda escogería a Sancet. Tuvo la lesión de cruzado, que le cortó la progresión cuando se iba a comer el mundo, pero se ha recuperado bien y es un jugador que tiene en sus manos poder ser lo que quiera. Tiene un brillo especial y podría ser un jugador franquicia en el futuro.
Unai Simón se ha consolidado en la selección española, tras las críticas iniciales.
Cuando estuve en Lezama coincidí con Kepa, que volvía de una cesión, y Unai Simón, que era el chico del filial que subía para completar los entrenamientos. Veías un nivel tremendo en la portería. Lo más especial de Unai siempre ha sido la madurez que transmitía para su edad. Cuando el Athletic se quedó sin Kepa, todo el mundo vio que el relevo estaba ahí y el nivel que está dando no es ninguna sorpresa ni para mí ni para los que le conocen de joven. Tal vez, que sea titular en España sí puede sorprender más porque eso depende más de momentos puntuales. Es un portero para jugar muchos años en el Athletic, sin ninguna duda, aunque va a tener competencia interna porque Agirrezabala se lo va a poner muy difícil.
¿Te duele mirar a la clasificación y ver a la Real Sociedad tan arriba y que el Athletic no termina de engancharse a Europa?
En absoluto. Cuando jugaron la Copa del Rey, evidentemente quería que ganara el Athletic y prefiero que quede por encima de la Real en la Liga, pero la Real Sociedad es un equipo que sigo mucho más que otros, que un Betis o un Villarreal, conozco a los chicos jóvenes, me hace ilusión verles debutar, crecer. Después de verles en Segunda B, te apuntas un nombre en la agenda y ese chaval rompe la puerta poco tiempo después, como Guevara, Zubimendi o Le Normand. Ahora están en un ciclo que aciertan con todo, con los fichajes y con los chicos que suben al primer equipo. Son esos ciclos de los que hablaba cuando estaba en el Depor, que decía que los ciclos negativos te llevan a más derrotas y los positivos, a más victorias, porque hoy en día, jugar en la Real Sociedad o ser un chico joven en la Real, no te digo que es más fácil, pero sí tienes esa alegría alrededor que te contagia y te lleva a hacerlo mejor. Los ciclos son así y hay que agarrar uno bueno.
En ese sentido, puede que ahora sí el Depor haya iniciado un ciclo bueno para volver al fútbol profesional.
Tiene toda la pinta, todo apunta a que el equipo potente del grupo es el Depor, pero están cerca el Racing y la UD Logroñés, que también son plantillas buenas. El Depor va a estar cerca de conseguirlo, por qué no. Pero con dificultades, seguro.