A Rafa de Vicente la derrota le dejó algo más que mal sabor. Con un ojo a la virulé, atiende a dxt Campeón en Abegondo tras el primer entrenamiento de la semana. Luce el sol como si estuviera en su Málaga natal, aunque al norte ya se acostumbró en Santander. Curtido en mil batallas, con tres promociones de ascenso a sus espaldas y con la espina de haber ascendido pero no haber podido jugar en el fútbol profesional, el centrocampista resta importancia al bache del equipo y desea sacar la guitarra, primero en los partidos, ya que así celebra sus goles, y también si dentro de unos meses hay algo más que festejar. Si eso sucede, sacará su vena flamenca.
¿Cómo está el vestuario después de estos tres primeros tropiezos?
Se respira un ambiente de tener ganas de darle la vuelta a esta situación que no es más que simplemente fútbol. Con muchas ganas de que llegue el sábado y poder ganar. Eso sobre todo.
Veo que tienes una marca de guerra en el ojo.
Sí, además (risas), en una acción en la que me pitan falta a mí, pero son acciones de partido y ya está. Nada importante.
Hablando de árbitros, y aunque no tiene que ver con el Depor, ¿cómo ves la jugada polémica de la fina de la Liga de Naciones?
Estábamos viendo algunos compañeros el partido y no éramos capaces de entenderlo tampoco. De hecho, lo primero que hicimos fue meternos en Twitter a ver si alguien entendía exactamente qué era lo que estaba pasando porque no tiene mucho sentido que tengas dejar pasar el balón para que te piten el fuera de juego. Tienen que darle una vuelta a eso porque yo creo que por mucha explicación que se le haya dado tampoco queda muy claro.
Aún me queda el sueño más bonito, el de debutar en el fútbol profesional
¿El de Irún es de esos partidos que pierdes uno de cien?
Lo hablaba con un excompañero que tenía en Irún, que me reconocía que lo normal es que hubiésemos ganado nosotros. Encima después lo ves repetido, hoy (por ayer) que también hemos visto todas las acciones que hemos tenido, evidentemente hay que corregir errores, pero también todas las cosas buenas que se han hecho, se te queda ese mal sabor por la pena de que se haya ido esa victoria. Era para haberlo ganado, pero habrá otros partidos en que hagamos menos méritos y nos llevemos los tres puntos. No pudo ser, pero más no pudimos hacer por llevarnos los tres puntos.
¿Os falta maldad?
En los partidos anteriores, cuando tuvimos las cuatro victorias, ahí no faltado maldad. Es decir jugadores con calidad, jugadores buenos, los tenemos. Otra cosa es que haya momentos en los que la pelota no quiere entrar, la misma que remata Aquiles, que es verdad que el portero para bien, pero que da en el palo y el balón le vuelve al portero. Yo creo que si el balón entra, se hubiese puesto a favor y el partido nos lo llevamos. Y esas ocasiones que no entraron, hubiesen entrado con todos los que tuvimos en el partido.
Me refería a maldad a la hora de hacer falta. Como en la contra del 2-1 que no intercepta Soriano.
Puede ser que en algún momento... Ahí ya hemos visto que se producen una serie de errores que seguro que en los partidos que vengan ya tendremos la lección aprendida, pero bueno, es verdad que muchas veces, quizá, tal y como estaba el partido, te puedes ver tan superior y que las cosas van tan bien, que prefieres robar el balón y seguir atacando muchas veces, entonces puede que por ahí venga eso de no hacer falta, que si hubiésemos hecho falta pues se acaba el contraataque y punto, pero quizás esa ambición de querer ganar de querer tener el balón rápido y volver a atacar puede que en estos momentos te haga no parar el juego y que te hagan un contraataque, pero bueno son cosas que pasan en los partidos, decisiones que se toman, y yo estoy seguro que la lección está aprendida.
¿La trayectoria del equipo es para preocuparse?
No, porque ya el míster lo decía siempre, cuando llevábamos cuatro victorias, que en algún momento íbamos a perder o iban a venir rachas malas. Por mucho que tú juegues bien, habrá partidos que no ganarás como el de Irún y otros en los que serás muy efectivo en la portería contraria como en Tudela o en Calahorra. La temporada es muy larga. Queda un mundo. No hay que preocuparse por eso.
Tú has jugado tres playoff, así que estás curtido en estas batallas.
Sí, y al final sabes que las temporadas son muy largas y que te vienen rachas de cuatro o cinco partidos que ganas y que pareces invencible y que de pronto te bajan al suelo. Se está trabajando muy bien. Lo preocupante sería que no se hiciera buen juego, que no llegáramos a portería... Eso sí podría preocupar un poco más. Hay que estar tranquilo; ojo, no relajado ni mucho menos, porque es momento de apretar para poder ganar este sábado, pero sabiendo que la temporada es muy larga y que con este buen juego y esta idea seguro que estamos teniendo, van a llegar las victorias.
Celebro los goles con la guitarra, así un poco flamenca; empezó un poco de broma
¿Tienes la espina de no haber llegado a debutar en el fútbol profesional aunque en Málaga lo rozaste, con el Racing ascendiste a Segunda y con Murcia y UCAM te quedaste a las puertas de subir de categoría?
Sí, sí, por supuesto. Es que han sido muchas veces las que le ha tenido ahí y por circunstancias pues no he tenido esa oportunidad. Con el Málaga justo cuando podía debutar me rompo la rodilla; con el Racing, el último día de mercado, salgo de allí, y con el UCAM en el último partido nos pitan un penalti fuera del área y tampoco ascendemos... Son circunstancias del fútbol y de la vida pero yo sigo con la mente fuerte y pensando que va a llegar, y que sea este año.
En el UCAM eras capitán y has venido al Depor siendo uno más. ¿Cómo fue esa decisión?
Allí era capitán pero igualmente era uno más. O sea, nunca he considerado que ser capitán me diera más ventaja con respecto a mis compañeros. Al final, tienes que trabajar igual. Es cierto que estaba muy valorado, tengo un buen recuerdo de Murcia, la gente de allí espectacular, y aquí vine porque es dar un paso más en mi carrera, para seguir creciendo, saber que toca competir con jugadores de mucho nivel, que tienes que ganarte el puesto como uno más y al final eso a mí me hace mejorar también. Si quieres jugar, tienes que sacar lo mejor que tienes.
Has sacado del once a Villares, que desde que subió al primer equipo era intocable.
No creo que sea solo específico de un puesto. Ahí, en medio campo jugamos varios compañeros y competimos todos con todos. Va a depender de lo que quiera el míster para cada partido. Lo que queda es que si juegas de titular el domingo, a pelear por no salir del once.
Echando un vistazo a tus números, siempre has sido de marcar goles, ¿quizás estás jugando en una posición más retrasada?
Bueno, depende... Muchas veces también los goles llegan por dinámica. En esa posición de interior también jugué el año pasado, incluso llegué a jugar de ‘6’ al final de temporada y es más que en ese momento pues te lleguen los balones y el poder aprovechar la oportunidad de me disparar desde fuera del área. En Irún tuve dos, pero con muchos rivales por medio y rebotó en ellos.
Cuando llegue el gol, ¿cómo lo celebrarás?
(risas) Siempre tengo la celebración con la guitarrita, así un poco flamenca. Me acuerdo que empecé a hacerla hace dos o tres años. Sobre todo, dedicárselo a mi pareja, a mí gente.
¿Es solo una celebración o realmente tocas la guitarra?
Sí, toco la guitarra. Ya hace un montón de años. Me gusta mucho el flamenco. Todo empezó un poquito por la broma, porque había un amigo en la grada que tocaba la guitarra conmigo y le dediqué el gol y ya se quedó.
No pudo ser, pero más no pudimos hacer por llevarnos los tres puntos en Irún
¿También cantas?
Bueno, si estoy a gusto, me puedo arrancar.
O sea, que si hay fiesta este año ya sabemos quien va a salir ahí...
Si hay fiesta igual la saco, sí. Y, si no, me traigo a la gente del sur y la sacamos todos.
¿Qué tal te encuentras en Coruña?
Bien, al final a mí me recuerda un poco a Santander, incluso en la forma de la ciudad, con Riazor y el Sardinero en la misma playa, con la Torre de Hércules y allá el faro... incluso el clima. Es puro norte y muy bien. A mí siempre me ha gustado el norte. De hecho, veníamos mucho de chico con mis padres.
¿Habías venido a A Coruña?
Sí, de hecho, recuerdo que vine con mis padres y pasamos por Riazor y decir, lo que sería jugar aquí. En aquella época era el SuperDepor.
Al final cayó...
Sí, sí, es curioso dónde te lleva la vida.
Te habrá pasado en más campos...
Está claro que cuando eres un crío y tu sueño es ser futbolista, pues pasabas por algunos campos y pensabas qué gustazo sería jugar aquí. Y al final, pues bueno, vas cumpliendo pequeños sueños. Todavía me queda el más bonito, el de debutar en el fútbol profesional, y esperemos que llegue.
¿Cómo has visto a la afición de Riazor?
Pues me parece que estamos mejor que muchos equipos de Primera, entonces al final los propios números te indican que es una afición de Primera y sobre todo lo que ha vivido este club, llevar esta camiseta en una responsabilidad pero al mismo tiempo es una satisfacción enorme de decir: puedo estar aquí defendiendo esto y disfrutando cada vez que juegas, no solo en casa, también fuera, donde agradeces el apoyo de la gente, pero salir al campo en Riazor es una auténtica gozada.