Del Balcón de Alicante al Rincón de la Victoria, el australiano Michael Storer (DSM) disfrutó en la Costa del Sol de un magnífico doblete imponiéndose en solitario en una etapa marcada por una fuga que permitió ponerse la roja al noruego Odd Christian Eiking (Intermarché) y por una caída de Roglic sin consecuencias cuando marchaba escapado en el descenso del puerto.
Emociones fuertes en la décima etapa, entre Roquetas de Mar y Rincón de la Victoria. Doblete para el valiente Storer (Perth, 24 años), el mejor y más poderoso de la escapada; y premio gordo para un desconocido noruego, Odd Christian Eiking, que heredó la roja de Roglic por ser el mejor clasificado de la avanzadilla.
El calor sofocante no paró al nórdico, pero una caída sí detuvo la ambición de Roglic, quien cayó cuando iba en solitario bajando el Puerto de Almachar. Se levantó rápido, pero fue alcanzado por Enric Mas, Miguel Ángel López y Jack Haig.
Un exceso de riesgo, pero con accidente y todo, Roglic y los hombres del podio, que entraron a 11.49 de Storer, lograron endosar 37 segundos al grupo de los candidatos del Ineos, Egan Bernal y Adam Yates.
La general cambió, de manera ficticia, pero hay nuevos nombres. Eiking alucinaba con la camiseta roja, "sorprendido por algo totalmente inesperado". Se puso al frente, como su compañero Taaramae la primera semana, seguido del francés Guilaume Martin, a 58 segundos, con Roglic ahora tercero a 2.17. Al esloveno le siguen en la clasificación real Enric Mas, López y Haig a 28 segundos, 1.21 y 1.44 minutos, respectivamente. Bernal se aleja a 4.46.
La etapa por la Costa del Sol estuvo marcada por 31 corredores que se despegaron del pelotón en el km 64, poco después del paso por Nerja. El ritmo y buen rollo de "Verano azul" se acabó con una iniciativa de Andrea Bagioli (Deceuninck). Una multitud siguió la rueda del italiano. Ningún representante del Jumbo de Roglic ni del Movistar de Mas.
En la expedición costera entraron, entre otros, Luis León Sánchez, Aranburu, Jesús Herrada, aspirantes a una etapa, el francés Guillaume Martin, último rey de la montaña y pendiente aún de justificar su presencia en la Vuelta. El pelotón tardó en dar licencia, pero al final levantó el pie. El mejor clasificado era el noruego Christian Eiking (Intermarché), a 9.10 de Roglic.
El esloveno, encantado, pues llevar el jersey rojo pesa lo suyo. Después de cada etapa obliga a cumplir con la ceremonia del podio y atención a la prensa y eso quita tiempo. Mejor dejar a otro ese papel, que lo disfrute como experiencia inolvidable y al día siguiente que trabaje su equipo. Claro que Roglic quiere la camiseta roja, pero en Santiago el 5 de septiembre.
A 42 km de meta Eiking era líder virtual con amplitud, la escapada pasó con 12 minutos de adelanto por Algarrobo, donde el avituallamiento líquido fue recibido como una bendición. Mucho calor por la costa malagueña, algo de viento y humedad elevada. Nada redujo el entusiasmo de los rebeldes.
El triunfo estaba en la fuga y la camiseta roja, también. Empezaron los movimientos camino del Puerto de Almachar (2a), con la cima a 15 km de meta. Un ascenso de 10,9 km al 4,9 %, pero traicionero en los últimos 4 con rampas del 14 por ciento. Allí se fue solo Storer, perseguido por un grupo con el futuro nuevo líder, Eiking y Martin.
Storer coronó, se lanzó en el descenso y nadie le vio ya el pelo. Se presentó en meta solo, como en Balcón de Alicante, seguido a 22 segundos por un grupo con el belga Mauri Vansevenant (Deceuninck) y el francés Clement Champoussin (Ag2r Citroen).
Mientras llegaban los hombres de la fuga, Roglic decidió atacar a 2 km de la cima de Almachar. Sorpresa. Con la camiseta roja intacta se largó el doble ganador de la Vuelta, abrió hueco, coronó con 20 segundos sobre Mas, López y Haig, y alejó a Bernal y Yates, otra vez vulnerables.
Se jugó el tipo Roglic en un descenso peligroso. Mas sabía que no era una bajada para riesgos. Acertó el español. Su enemigo numero uno se estrelló contra el asfalto en una curva hacia la derecha. Enseguida se levantó, se subió a la bici, un par de toques en la cadena y a seguir bajando.
Pero la valiente iniciativa del entonces maillot rojo se acabó. Fue alcanzado por sus rivales más próximos, con quienes llegó sano y salvo a Rincón de la Victoria. Sin lesiones, solo el susto del trastazo. Lo mejor para Roglic, el hecho de soltar la camiseta roja. Tiempo tendrá para recuperarla. Mientras, a ahorrarse el tiempo del las ceremonias.
Este miércoles se disputará la undécima etapa, entre Antequera y Valdepeñas de Jaén, de 133,6 km, jornada de perfil escarpado con dos alicientes al final, el Puerto de Locubín (8,8 km al 5 por ciento) y la recta elevada de un kilómetro antes de meta con tramos del 25 %. Desenlace explosivo.