En Primera, Segunda y Segunda B. Podría ser una canción de los Riazor Blues, pero es el reflejo de los enfrentamientos de Alberto Lora con el Deportivo. El exjugador del Sporting de Gijón se midió siete veces a los blanquiazules y no conoce la derrota. En Riazor sacó tres empates y una victoria, la de su última visita. Ahora, acude con el Marino de Luanco.
“¿Invicto contra el Depor? Ostrá... Sé que en la época de Preciado metió Diego Castro al final y creo que centré yo, y recuerdo otra que nos empataron al final, que subió el portero a rematar y se había alargado el añadido. En la última, di dos pases de gol y salí con una brecha en la cabeza. No está nada mal...
Volver a Riazor en Segunda B, ¿se lo imaginaba?
Es una sorpresa porque he vivido el SuperDepor, cuando ganó LaLiga, cuando jugó Champions, aquella eliminatoria con el Milán, el Centenariazo contra el Real Madrid, porque yo estaba en el Madrid y me fastidió, me he enfrentado con el Sporting en Primera y Segunda y que ahora mismo esté ahí son cosas que les pasan a clubes grandes e históricos, que dan rabia, pero son las cosas del fútbol. Si no das el callo, puede pasar.
Aquí no se acaba de asimilar...
El descenso tuvo que ser duro. Pasar de jugar en estadios tremendos a campos humildes de Segunda b, que ya no tienen ni las cuatro gradas, campos en peores condiciones...
¿Sorprende que no se haya metido entre los tres primeros?
Esto hay dos maneras de verlo. Antes de empezar la competición, sí sorprende porque era el favorito en su subgrupo, como en el nuestro era el Numancia, que acababa de descender, pero el competir en Segunda B es difícil, el cambio de categoría, jugar en campos difíciles...
¿La ‘Pro’ es un ascenso o la permanencia?
Yo lo miraría dependiendo del equipo. Ahora mismo, en nuestro caso, el del Marino de Luanco, creo si conseguimos la Pro seria un ascenso porque no es el objetivo número uno ya que sabíamos que había equipos mucho más superiores. Pero en el caso de equipos grandes como el Deportivo, el Numancia o el Córdoba, para mí sería una permanencia.
Han firmado una gran segunda vuelta de la primera fase.
Este Marino ha sido las dos caras: la mala, en la primera vuelta. Nuestro objetivo era la salvación pero, por nivel de jugadores, no era para estar últimos y con cinco puntos. Con la llegada de Manel, el equipo se volvió a activar, jugamos con el Numancia, ganamos y eso produce un subidón por ganar a un rival fuerte. Fuimos con la flecha para arriba. El equipo compitió bien.
De hecho, golearon al líder, el Burgos.
Fue también una victoria increíble, de prestigio. Era el líder, estaba arrasando y meterle 3-0 no es nada sencillo. Nos vino fenomenal para ganarnos el respeto de los rivales.
El Depor está advertido.
A ver, al final no se pueden fiar. Antes de que empiece el partido entiendo cómo puede estar la cabeza de los jugadores o aficionados, el Depor es superior, el Marino parece la ‘cenicienta’, pero no te puedes fiar de nadie, cualquiera puede ganar a cualquiera. Vamos a ir a humildad, con respeto al Depor, como a todos, pero con la ilusión de ganar.
A estas alturas el Depor ya sabe que no es un camino de rosas la Segunda B.
Eso es de lo que pecan muchos que bajan de Primera a Segunda o de Segunda a Segunda B. Piensan que va a ser fácil, un paseo. A lo mejor los jugadores son más conscientes si han jugador en Segunda B y hoy en día está comprobado que no hay nada fácil.
Tú tienes experiencia en Riazor, pero ¿en el vestuario qué supone jugar aquí?
Vamos a ir a competir, pero el grupo lo considera como un premio. Tenemos jugadores que están empezando sus carreras, han estado en Tercera y Segunda B y ver la posibilidad de jugar en Riazor, ante un equipo como el Depor es muy ilusionante y motivante. Hay gente deseando que llegue ese día. El equipo está con unas ganas locas.
¿Qué ha cambiado Manel?
Cuando llegó parecía que nos conocía perfectamente y dio con la clave muy rápido. El cambio fue brutal para bien. Los entrenamientos mejoraron muchísimo, decidió cambiar el sistema sin olvidar el ataque. Esa mezcla con su experiencia como jugador ha ayudado mucho. Y la unión que hay.
Según él, eso es el 75 %.
Cuando las cosas no salen bien, siempre estás jodido, frustrado, pero cuando encima sabes que el grupo es bueno, sano, que hay buen rollo, es como que te da más rabia. Siempre hay algún vestuario más difícil que otro, y aquí somos como una familia, aunque sea un tópico.
Partís con una desventaja de puntos, ¿veis opciones?
Sabemos que partimos con una desventaja amplia, siete puntos con el Depor, cinco con el segundo, son seis partidos y no sabes cómo puede ir todo. Igual te da por ganar el domingo, pincha alguno y te ves cerquita. Son seis finales para nosotros y vamos a ir a muerte.
¿Qué piensas del formato?
Es algo raro, no es a lo que estamos acostumbrados, todo debido a no haber terminado la temporada el año pasado. Entiendo que no teníamos los medios como en Primera y Segunda para acabar e hiciesen lo que hiciesen iban a ser injusto. Han tenido que hacer un apaño y algo positivo es que vas a tener enchufados a los equipos hasta el final.
Coincidió con Bergantiños en Gijón, ¿cómo fue?
Fue mi ultimo año en el Sporting. Le conocía de habernos enfrentado, y se ganó el cariño bien pronto en el vestuario. Es súper humilde, muy buena gente, siempre dispuesto a ayudar. Le querían mucho.