El nombre y los apellidos Diego Armando García Fernández están, lo quiera o no, estrechamente ligados al éxito deportivo. Después de llevar al Juvenil A del Ural desde la Liga Gallega a la División de Honor y de convertirlo en el cuarto mejor equipo del noroeste de España, se marcó el reto de conseguir lo que nunca había logrado el Victoria después de tantos años de intentos: subir a Preferente. Lo hizo sin perder un solo partido y, tras meses de espera, llegó el estreno en la nueva categoría. Fue el pasado domingo, contra el San Tirso. Que ganó el Victoria sobra decirlo…
¿Se desarrolló el partido tal y como tenía en mente?
Hicimos un planteamiento para el partido que se jugó en la primera parte. En la segunda mitad no aguantamos el ritmo y el rival dominó el balón y el partido. Acabamos sufriendo bastante.
Ante el San Tirso, ¿se ha visto la versión del Victoria que desea Diego?
Somos conscientes de que falta mucho por mejorar, empezando por el aspecto físico. Necesitamos una preparación igual o mayor que la de nuestros rivales para poder competir en esta liga.
¿Cómo ha llegado el equipo a nivel de ritmo al inicio de la competición?
Ha quedado reflejado que necesitamos ser regulares en cuanto a mantener un ritmo alto durante los partidos. En diciembre estábamos mucho mejor que ahora.
¿Se ha visto a un Victoria diferente al de la temporada pasada en la primera jornada?
Hay cambios. Somos conscientes de que, a nivel técnico, el rival va a ser superior. Sigo pensando que no podemos ser los mejores en todas las facetas del juego y tratamos de explotar las virtudes del equipo. Se trata de ofrecer el contexto necesario a los jugadores para que den su mayor nivel. Seremos disciplinados a nivel táctico, con capacidad y con mecanismos para transitar.
El Victoria era favorito al ascenso en Primera Galicia. ¿Ha tenido que modificar el modelo de juego por ser un novato en la categoría?
Por el hecho de tener mejores jugadores que los rivales en Primera, la mayoría nos cedían el balón y, obviamente, preparábamos los partidos en función a esa circunstancia. Este año debemos trabajar otros registros y, en el primer partido, hemos demostrado que estamos capacitados para gestionar esos cambios.
¿Qué objetivos debe marcarse el equipo en esta liga?
El objetivo pasa por ser competitivos en cada partido. No habrá descensos, pero pensar en el ascenso a Tercera es desproporcionado. Debemos pensar en medirnos a cada rival con la intención de superarlo.
Las únicas victorias en la primera jornada han sido de los dos equipos recién ascendidos: Victoria y Betanzos.
No me sorprende el triunfo del Betanzos porque es un gran equipo, pero estos resultados son simplemente anecdóticos.
¿Cómo ha vivido desde el banquillo su primer partido en Preferente?
Quien me conoce sabe que vivo con tensión hasta los entrenamientos. Estábamos centrados en lo que pasaba dentro y no sentí una tensión especial.
También fue el primer partido del Victoria en la categoría. ¿Se vivió de manera especial en el club?
Por supuesto que fue una victoria especial. Primero por lo que significa para un club que ha estado tantos años en la pelea por el ascenso. Después porque la victoria nos da confianza para vernos capaces de poder afrontar esta competición. El domingo debutaron en Preferente trece jugadores de los 18 convocados. Es un plus para seguir creciendo.
¿Llegó a pensar que no habría liga esta temporada?
Di por sentado que no habría liga. Me inscribí en el curso UEFA PRO de la Federación para ocupar ese tiempo. Tenía mis planes y, que se iniciara, me cogió por sorpresa.
Después de tantos meses sin actividad o solo entrenando, ¿qué sensaciones le dejó volver a sentir la competición?
En la última semana te das cuenta de lo que echabas en falta competir: esa sensación previa al partido, ver al los futbolistas con otra cara… Ahí te das cuenta de cuánto lo hemos echado de menos y de lo bonito que es competir.