Motivos para creer
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Motivos para creer

Motivos para creer
Las futbolistas titulares en el Deportivo Abanca ayer ante el Rayo Vallecano, concentradas antes de que diese comienzo el partido y aprovechando para darse ánimos | pedro puig

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¿Te das cuenta de cuando le dicen a un niño: ves como sabes hacerlo? El Deportivo sabe hacerlo y muy bien. No se ha olvidado. El de ayer no fue solo un partido ganado ni tres puntos más, el de ayer fue un recital con dominio absoluto en todas las facetas del juego. El Rayo Vallecano no existió en Abegondo a pesar de que tenía en el campo a futbolistas de calidad como Sheila y Aedo. Hay motivos, por lo menos diez, para creer en la permanencia.


Primero. El ritmo del equipo. Las futbolistas blanquiazules pasaron por encima de las franjirrojas. Rematar catorce veces (nueve entre los tres palos y cinco fuera) cuando ocupas la última posición no es sencillo en ninguna categoría. Uno de los factores que mejor manifiestan la superioridad sobre el Rayo es el ritmo altísimo del Depor, mucho más intenso, con más carácter, raza y poniendo de manifiesto lo que había en juego en el partido.


Segundo. Partido en campo contrario. Tanto en la primera como en la segunda parte, el encuentro se jugó en la parcela de terreno del Rayo. La zaga blanquiazul apenas tuvo que defender centros laterales y hubo pocas situaciones en repliegue. El Depor propuso jugar, tanto en fase ofensiva como en fase defensiva, lejos del área de Sullastres. No solo lo consiguió sino que fue una de las claves de su superioridad.


Tercero. Presión alta. Con un trío de centrales no excesivamente rápido y con una jugadora de corte ofensivo y de buen pie como carrilera izquierda, el Deportivo entendió que sufriría mucho menos defendiendo hacia delante que hacia atrás. En bloque alto, consiguió desarticular cualquier tipo de intento de salida de balón en corto por parte del Rayo. Con muchas recuperaciones y muy pocas faltas, el equipo local hizo efectiva su presión avanzada.


Cuarto. Organización defensiva. Ante el juego directo del Rayo, Villegas o Blanco fueron las encargadas de la disputa aérea, Iris se posicionaba varios metros por detrás para cazar la prolongación. Si el Rayo circulaba la pelota en campo contrario, la estructura defensiva del Depor alcanzaba su mayor rigidez para impedir el juego interior del rival y para evitar que participasen con libertad tanto Sheila (10) como Aedo (17), las rayistas más desequilibrantes.


Quinto. Sistema eficiente. El 1-3-5-2 por el que apostó el Manu Sánchez contra el Rayo es un dibujo que permite que varias futbolistas blanquiazules alcancen su mejor nivel. Villegas sufre mucho menos de central en una línea de tres que de lateral o central en una línea de cuatro. Cris tiene más libertad ofensiva y menos exigencia defensiva como carrilera que como lateral. Hasta puede que Gaby se sienta más cómoda con más espacio al haber tres piezas por dentro y no cuatro (rombo).


Sexto. Movilidad para desajustar. El sistema por el que optó Manu Sánchez es una opción más que válida de aquí a final de temporada, pero no serviría de nada si no lo interpretasen bien sus jugadoras, que ni mucho menos se mantienen fijas en las posiciones. Llamó la atención ver en momentos a Cris (carrilera derecha) en posiciones de mediocentro o mediapunta, a Gaby volcada en la derecha, a Peke y a Athenea haciendo imposible que las centrales rivales pudiesen fijarlas. La movilidad de las blanquiazules, factor fundamental ayer.


Séptimo. Tono físico en la segunda parte. Una de las principales incógnitas que se presentaban en el Depor después de una primera parte con un ritmo tan alto era el nivel físico en el segundo acto. ¿Sería capaz de aguantar la intensidad del primer tiempo? Sí. El conjunto local no negoció la incertidumbre del tramo final si no conseguía ampliar la ventaja (1-0 al descanso). El Deportivo no decayó físicamente sino que mantuvo el ritmo y se lo puso aún más difícil a un Rayo incapaz.


Octavo. Individualidades al servicio del equipo. Athenea, con dos goles y con un verticalidad que rasga a las defensas; Iris, con un saber estar sobre el campo y un capacidad pasmosa para decidir bien; Gaby, con un surtido de acciones técnicas reservadas solo para unas pocas; Alba, con una personalidad que la convierte en el alma del Deportivo; Cris, Ainoa, Peke… Las individualidades, tan importantes para decidir partidos, han estado al servicio del equipo. Y vaya si se nota.


Noveno. Pasión dentro y fuera del campo. Iris hizo correcciones, Sullastres también trató de organizar desde su posición, Alba también tiró de sus compañeras en determinadas fases. No solo ellas. Desde la línea de banda, Manu Sánchez vivió el partido con tensión, reclamando saques de banda para las azules. Desde la grada, ‘Pana’ las animó a todas: “¡Atenta, Steph! ¡Buena, Eva!”.


Décimo. Pegada. Los nueve motivos anteriores carecerían de peso si el Deportivo no hubiese ganado. Resucitó en Abegondo el equipo de las goleadas. Y el de las goleadores. Athenea marcó el 1-0 tras un centro lateral desde la derecha y el 3-0 tras un buen pase atrás de Eva Dios. Alba Merino firmó el 2-0 después de una gran jugada por el costado izquierda con último pase de Gaby. “Un partido sin goles es como un domingo sin sol”, que decía Di Stéfano. Con o sin sol, el Depor volvió a brillar. 

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