Ahora toca jugar
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Quién nos iba a decir, en aquel invierno frío en Pocomaco, que veinticinco años después, casi los mismos que tenía yo cuando entraba por la puerta de aquella redacción, estaríamos celebrando el cuarto de siglo del «DxT», aquel periódico cuyo nombre casi nadie entendía y en el que pocos creían. Era una apuesta arriesgada pero moderna, con periodistas muy jóvenes, un diseño novedoso y aquellos ordenadores Macintosh que entonces eran lo más y que hoy nos parecerían mucho más lentos que cualquier móvil de los reguleros.

 

Eran los tiempos del SuperDepor, de las competiciones europeas y del Liceo campeón, aunque esto último no ha cambiado. Internet aún era algo muy incipiente y las fichas y las crónicas de delegados, corresponsales o entrenadores llegaban a través del fax y había que 'picarlas' –un verbo muy periodístico que ha caído en desuso– a mano. Los móviles tampoco existían y al entonces concejal de Deportes, Juan Manuel Mato 'Palau', la mejor forma de localizarle para conseguir unas declaraciones era llamarle al local donde tenía la segunda 'oficina', su bar de referencia, donde ya nos conocían y donde siempre nos atendía.

 

En estos años, hemos ganado en rapidez y en inmediatez, aunque a veces pueda resultar contraproducente; en interacción con la audiencia, gracias a las webs y a las redes sociales, y más que nada, en salud, porque ya no se puede fumar en las redacciones, que parecían Londres en una tarde de niebla. Ha cambiado la forma pero también ha cambiado, y mucho, el fondo. Hace 25 años, el deporte femenino que aparecía en las páginas del dxt eran Arantxa Sánchez-Vicario, el Sal Lence, el Ventorrillo y poco más.

 

Las protagonistas habituales de las páginas no eran las chicas pero las que las escribían, tampoco. A pesar de que en aquella redacción inicial del dxt había bastantes más mujeres de lo que se solía ver en cualquier sección de deportes, lo cierto es que a finales del siglo pasado todavía era raro ver a redactoras en los campos. Los contenidos, hoy sí, incluyen cada vez más mujeres deportistas y más competiciones de deporte femenino. En lo de las redactoras, poco a poco, vamos avanzando también.

 

Sigue habiendo pocas compañeras, en parte porque seguramente no son muchas las que eligen este camino y en parte porque las exigencias para ellas suelen ser mayores que para ellos: nunca se cuestiona si un hombre “sabe” de fútbol pero en el caso de las mujeres siempre hay alguien que mira de reojo para comprobar qué dominio tiene del fuera de juego.

 

Como primera mujer presidenta de una entidad de 116 años de historia como es la Asociación de la Prensa de A Coruña –solo tardamos 113 años en llegar–, entiendo que el camino es largo y, desde luego, no es fácil.

 

Si hay una sección en la que faltan mujeres, es en la de deportes. Tras demostrar lo que saben en el campo como jugadoras, como entrenadoras y como árbitros, es el momento de que también lo demuestren –si las dejan– en las redacciones. Las radios ya no dicen aquello de que “es cosa de hombres” y ya nadie nos mira raro cuando aparecemos en las ruedas de prensa, cuando estamos a pie de campo o cuando nos toca retransmitir partidos.

 

Pero los (y las) periodistas nunca debemos ser la noticia. Es el momento de dejar de ser «la primera mujer que» para convertirnos, como siempre sucede en el deporte, en uno más del equipo. Hemos llegado hasta aquí, ahora toca jugar.

 

Doda Vázquez - Presidenta de la Asociación de la Prensa de A Coruña

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