Deportivo y Racing de Santander se ven las caras este domingo en un duelo calificado de alto riesgo, pero que al margen de consideraciones de seguridad tiene todos los ingredientes para que puedan saltar chispas. Se jugará, además, bajo el halo de cierta atmósfera de venganza.
¿El motivo? Los últimos precedentes entre ambos conjuntos, que se han encontrado en los últimos años en diferentes circunstancias pero con un denominador común: tras esos encuentros el equipo herculino salió ‘tocado’.
Unos antecedentes que el Deportivo no olvida de cara al choque de este fin de semana. El más reciente, el encuentro del pasado 27 de octubre, que se saldó con derrota 1-2. Tres puntos que se esfumaron y que le costaron el puesto a Imanol Idiakez.
A ese choque llegaba el cuadro santanderino como líder de la categoría, con 26 puntos, tras la disputa de 11 jornadas. Mientras, el Deportivo transitaba por diferentes derroteros y con el crédito del técnico vasco muy mermado. Solo dos victorias (ante Racing de Ferrol en Riazor y la goleada contra el Albacete en el Carlos Belmonte) y el equipo hundido en la tabla. El Deportivo entonces marcaba el descenso, con 10 puntos.
“Tenemos una oportunidad magnífica, a ver si les llega su primera derrota fuera y nos empuja hacia arriba”, deseaba Idiakez en la previa de un partido en el que desvelaba que no contaba con realizar muchos cambios. Y eso a pesar de que el Dépor venía de perder en un partido muy flojo ante el Levante (2-1).
“¿Revolución? La última, la francesa. No es un concepto que maneje. No se ajusta a mí esa palabra”, explicó Idiakez. Pero al final en el once ante los santanderinos sí que la habría. Porque la sorpresa saltaba cuando se constataba que Yeremay era suplente, tras ser de la partida en las once primeras jornadas ligueras.
Su posición era ocupada por Cristian Herrera, mientras que por la izquierda ejercía David Mella. Pintaban bastos para el Deportivo ante el conjunto de José Alberto. Pablo Rodríguez y Arana ponían por delante al Racing de Santander e Idiakez miraba al banquillo para tratar de taponar la herida por la que se desangraba el Dépor y que hacía tambalear su cargo. Daba entrada a Yeremay poco antes de que se cumpliese la hora de partido. Había algún silbido y gritos en contra del preparador de un público que no entendía por qué se había reservado el talento del futbolista canario. Su cambio desplazaba a Herrera, que se iba a la derecha (Mella ya no estaba en el campo) y el carril zurdo era para el mago Yeremay.
Ni cinco minutos tardaba en desquitarse. Diego Villares robaba el esférico y le servía un pase. Yeremay regateaba a varios jugadores en una baldosa y con la derecha batía a Ezkieta. En el 81 estaba a punto de hacer el segundo que habría rescatado un punto, pero al final los tres volaban para Santander.
“No me preocupa que empiece a pesar el tema anímico. Sabemos cual es el camino a seguir. Hemos pasado por muchas. Este grupo demostró que es capaz de darle la vuelta a la situación”, comentaba Idiakez tras el choque, el que sería su último como técnico del Dépor. Al día siguiente, en Abegondo se encontraba con su cese antes de que comenzase el entrenamiento. Su imagen saliendo de la Ciudad Deportiva con sus pertenencias en unas bolsas de basura se hacía viral. Un daño colateral de la derrota contra el Racing de Santander.
Pero ya antes el Dépor se la ‘tenía guardada’ al Racing de Santander. En la 2021-2022, en Primera Federación y con Borja Jiménez como técnico el Dépor, antes de medirse a los cántabros en la jornada 21, era líder con 46 puntos, a seis del Racing. Ambos tenían que enfrentarse el 30 de enero pero el equipo entonces entrenado por Fernández Romo notificaba un brote de coronavirus. El Juez Único de Competición de la Real Federación Española de Fútbol decidía aplazar el partido un día antes de su disputa. Eran un total de tres casos: (Soko, Íñigo y un miembro del cuerpo técnico). Una decisión que generaba cierta controversia, pues nunca se había suspendido un encuentro con tan pocos positivos. Esto supuso un parón en el gran momento de forma que llevaba el Dépor, que acumulaba trece partidos consecutivos sin perder.
El encuentro se jugó el 16 de febrero, el Dépor perdió por la mínima con un gol precisamente de Íñigo. La victoria supuso un punto de inflexión para el Racing de Santander y un duro golpe para el Dépor.
Los cántabros ascendieron de forma directa, tras 19 jornadas sin perder y el Dépor tuvo que conformarse con jugar el playoff. Un partido trágico ante el Albacete, la peor guinda posible al curso.