Óscar Gilsanz prepara el encuentro de este domingo ante el Huesca con el debate al que llegan todos los entrenadores después de una derrota que rompe una racha positiva. Modificar a las primeras de cambio, ese tan manido agitar el árbol, o darle una nueva oportunidad al grupo apostando por la continuidad del bloque que venía sacando los partidos adelante.
Porque más allá de lo que pueda parecer, el técnico de Betanzos no se ha mantenido al margen de ir retocando piezas en sus equipos semana a semana. Bien sea por lesiones, bien sea por rendimientos, apenas ha repetido alineaciones. El pasado domingo sacó en el Pepico Amat de Elda el mismo once que atropelló al Almería en media hora en Riazor. Era solo la segunda vez que calcaba un equipo de una jornada a otra. La primera, también en este 2025, fue premiando a los 11 futbolistas que se llevaron el triunfo en El Plantío ante el Burgos. En ambos casos, la confianza fue devuelta en forma de derrota. Contra el Levante entonces, frente al Eldense hace unos días.
Como suele ocurrir tras un fiasco como el reciente, el foco se pone sobre la línea defensiva. De primeras, la tentación puede ser revolucionar la retaguardia, pero analizando cada caso queda poco lugar para la sorpresa. Ximo Navarro está siendo uno de los mejores jugadores del Dépor esta temporada y Petxarroman ha dejado más dudas que certezas cada vez que le ha tocado salir de inicio. La última vez, en Tenerife, tuvo que ser sustituido con una amarilla ante el riesgo de expulsión... o conceder un gol. En la izquierda, Obrador se ha hecho definitivamente con el puesto y su indisposición del domingo precipitó el estreno de Tosic, de momento verde para lo que exige la competición.
Con Helton Leite fuera de la ecuación —fue el mejor ante el Eldense evitando un resultado más grave—, las posibles modfiicaciones se reducen al centro de la zaga. Ahí espera paciente Dani Barcia. El canterano ha tenido un regreso a la actividad más lento de lo esperado después de su lesión muscular. Ante el Eibar demostró no haber perdido el paso, pero el buen momento de Pablo Martínez ha provocado que Gilsanz haya decidido seguir apostando por el francés. En circunstancias normales no habría chance para el de O Temple, pero el que ha abierto esa puerta es Pablo Vázquez. Su rendimiento ha bajado en las últimas jornadas y lo ha jugado todo, por lo que considerar un descanso para recomponerse no sería descabellado. El problema en ese caso sería juntar a dos centrales zurdos —Martínez y Barcia— en una pareja inédita en el Dépor y una repetición de pierna dominante que no suele convencer a los entrenadores.
A la hora de entregar el timón del equipo, es probable que el entrenador blanquiazul tenga ahora mismo más candidatos que nunca. Cuando tomó las riendas del banquillo tuvo que lidiar con las bajas de José Ángel y Mfulu, lo que se unió a la poca confianza que tanto él como antes Idiakez concedieron a Charlie Patiño e incluso Hugo Rama. Jurado se recuperó, pero por el camino cayó Nuke. El doble pivote le vino siempre más o menos dado y de pronto se encuentra con cuatro piezas a su disposición para componer esa pareja.
Reviviendo los buenos momentos de la medular que consiguió el ascenso, José Ángel y Villares han venido dando buen rendimiento en las últimas semanas, aunque es el andaluz el que, en la idea que busca Gilsanz, se ha convertido en indispensable. Es el que mejor combina esa capacidad para dar el primer pase sin perder presencia por delante de la defensa, tarea que además ha desenvuelto de forma sobresaliente desde que se recuperó de la pubalgia.
Toca pues decidir si se sacrifica de nuevo a un Villares que ya pasó por el banquillo cuando Mfulu estuvo disponible. El congoleño convenció a GIlsanz desde el primer momento y lo introdujo en sus onces nada más recuperarse de los problemas físicos que arrastraba a su llegada. Desde entonces solo otro paso por la enfermería le ha privado de minutos, por lo que para él sería la otra plaza en la zona ancha en caso de buscar más músculo ante uno de los mejores equipos de la categoría.
Y luego está la opción más arriesgada y sin duda la más revolucionada; activar la vía Genreau. Gilsanz ha ido introduciendo poco a poco al australiano desde su llegada, pero de momento no ha podido vérsele en situaciones naturales. Entró ante el Almería como mediapunta con el partido ya resuelto y en Elda tuvo que improvisar en la sala de máquinas junto a Mario Soriano. Su perfil encaja en lo que el Dépor le pide hoy en día a Villares, por lo que no hay que descartar su primera titularidad.
Y donde no debería haber muchas dudas es en el frente de ataque, pero Yeremay ha sembrado la duda. El futbolista canario no se entrenó este jueves e hizo saltar las alrmas que posteriormente apagó Fernando Soriano. No habrá parte médico, ya que se trata de un entrenamiento específico para controlar las cargas y evitar riesgo de lesión, con el director deportivo atreviéndose a asegurar que el ‘10’ estará disponible para medirse al cuadro aragonés.
Si su palabra se cumple, esa línea de tres cuartos seguirá siendo tan intocable como durante toda la temporada. El propio Yeremay y Mella no tienen competidor —ni relevo— y Mario Soriano se ha hecho con el carril central tras la marcha de Lucas Pérez. Los tres vienen jugándolo todo salvo el duelo de Ipurua, cuando Gilsanz le dio descanso a Mella en una semana muy exigente de tres partidos que venía de duelos con el Levante y Tenerife.
En esta parcela, la incógnita solía estar en la referencia. El ‘9’. No tanto por las necesidades del equipo, sino por una mera cuestión de incomparecencia. Barbero partía con ventaja sobre Bouldini, pero esta temporada no está siendo fácil para el goleador de Roquetas de Mar y el ariete marroquí se asomaba de vez en cuando a las titularidades sin acabar de aprovechar nunca la oportunidad para reivindicarse.
Zakaria Eddahchouri se encargó de resolver esta incertidumbre de un plumazo. Entre el nivel de su competencia y una puesta en escena sobresaliente, el delantero holandés se ha ganado crédito en apenas tres partidos para consoldiarse ahora mismo como una de las piezas más seguras en las alineaciones deportivistas.
Lo que venía anticipándose desde principio de temporada es ya una evidencia en la zona ofensiva, donde la distancia entre titulares y suplentes es sideral. Además de los dos delanteros ya citados y su clara derrota en la batalla con ‘Zaka’, esperan para revulsivos sin más aspiración salvo momentos puntuales futbolistas como Juan Gauto, que ahora mismo ejerce de primer cambio, un Cristian Herrera que ha ido claramente de más a menos y Diego Gómez. El canterano, repatriado del Arenteiro, espera todavía su oportunidad después de haber pasado rápidamente a ser el fichaje de iniverno con menos minutos.