Diego Gómez pasa al final de la cola
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Diego Gómez pasa al final de la cola

Diego Gómez pasa al final de la cola
Diego Gómez sale al campo en el Deportivo - Levante

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Todavía en shock por la despedida de Lucas Pérez, la afición del Deportivo recibió el pasado jueves 23 de enero la noticia del regreso a casa de uno de los hijos pródigos de Abegondo. Con ya varias semanas de la ventana de invierno quemadas sin movimientos, el club blanquiazul anunciaba que inauguraba el mercado con la llegada de Diego Gómez.

 

Fue un movimiento que parecía tan evidente como terminó siendo de inesperado y sorprendente por las alturas de mes en las que se ejecutó. Una operación que tuvo también su corriente escéptica entre parte de la afición, que veía en esa especie de rey puesto para rey muerto un intento de desviar la atención de la salida del capitán de Monelos. No ayudó, claro, entregarle el ‘7’ al de Amoeiro nada más poner un pie de vuelta en Abegondo.

 

Las formas empañaron un fondo en el que prácticamente todos coincidían. La temporada del zurdo en su cesión al Arenteiro estaba siendo sobresaliente, reforzando la valiente decisión que el propio jugador tomó en verano sin ningún tipo de duda cuando se le presentó la oportunidad. Si era el momento de repatriarlo o, especialmente, si los motivos eran los correctos, aparecía como una cuestión que solo el tiempo respondería.

 

El escenario tampoco era el peor. La marcha de Lucas le entregaba definitivamente la mediapunta a Soriano, que junto a Mella y Yeremay forman una segunda línea de ataque intocable. Pero más allá de los tres ‘bajitos’, las certezas eran escasas. La polivalencia de Diego Gómez, enganche de origen al que Espiñedo terminó de pegar a la cal, y el entendimiento con Gilsanz, del que fue pilar en ascenso y permanencia con el Fabril, invitaban al optimismo y abrían la puerta a la posibilidad de que pronto escalara peldaños en la reducida rotación blanquiazul.

 

Desafortunadamente, no se puede decir que la puesta en escena esté siendo idílica. Apenas unos días después de firmar su vuelta, Diego Gómez redebutó en Riazor, continuando su sueño después de los primeros minutos disputados con la camiseta blanquiazul ante el Cornellá la temporada pasada. Fue apenas un suspiro en el descuento ante el Levante, pero que al menos podía entenderse como un guiño del técnico de Betanzos con uno de sus alumnos aventajados de la factoría Abegondo.

 

Intermitente

Desde entonces el Dépor ha jugado otros cuatro partidos y Diego Gómez solo ha participado en dos. Y poco. Unos días después del estreno, volvió a salir al campo en Tenerife, también para participar en los últimos minutos del encuentro. No jugó en Eibar, como tampoco lo hizo hace unos días en el partido ante el Eldense en el que el cuadro blanquiazul buscaba la remontada. Su hoja de servicio se completa con cuatro minutos ante el Almería cuando el partido ya estaba resuelto.

 

Esta falta de continuidad, este no arrancar, ha provocado que ahora mismo el ourensano ya haya pasado a la cola con respecto a los otros refuerzos que llegaron en enero, aunque más tarde. Encabeza la lista Eddahchouri, que cayó de pie en Riazor marcando nada más pisar el césped herculino. En sus tres encuentros disponible, el delantero holandés se va ya a los 171 minutos. Genreau supera la media hora de juego en apenas dos partidos y Tosic, el último en aterrizar, acumula 44 después de tener que relevar a Obrador en el Pepico Amat.

 

No es la única carrera en la que ha quedado para el final. Cuando casi ha pasado un mes desde su regreso, Diego es el único de los cuatro refuerzos que no ha tenido su presentación oficial ni ha hablado para los medios de comunicación. Aunque en este particular poca responsabilidad tiene él o Gilsanz.

 

Peligro de enfriarse

Y no debería ser un problema de ritmo de competición. Contrariamente a lo que sucede con muchas de las incorporaciones a mitad de campeonato, Diego Gómez venía de jugarlo todo en el Arenteiro. 20 partidos, más de 1.600 minutos y dos goles, el último una semana antes de cambiar el verde por el blanquiazul. Entre los recién llegados, únicamente Eddahchouri le aguanta la comparación. Lo supera, incluso, con más de una veintena de encuentros y por encima de 2.000 minutos. Genreau apenas superaba los 10 encuentros con el Tolousse sumando liga y Copa, situación similar a la de Tosic en el fútbol suizo.

 

Solo queda esperar que Diego Gómez empiece a encontrar su sitio en el equipo pronto antes de enfriarse y tener que empezar de cero de nuevo cuando le llegue su oportunidad. Por lo que venía demostrando hasta hace unas semanas, estaba más que listo para echar una mano.

 

Solo por delante de Jaime, Hugo Rama y Patiño

La caída de Diego Gómez al fondo de la rotación no es únicamente en comparación con los fichajes que llegaron en enero. El Deportivo ha afrontado recientemente una semana de tres partidos y el calendario ha exigido a Óscar Gilsanz mover el banquillo para mantener la frescura del equipo. Prácticamente toda la plantilla ha participado recientemente. Y prácticamente todos más que el de Amoeiro.

 

Contando la serie de cinco partidos que el canterano ha estado disponible tras su vuelta a Riazor, únicamente hay tres jugadores que no alacanzan los ocho minutos que figuran en su ficha. Jaime, con siete entre los encuentros en Tenerife y con el Almería, Hugo Rama y Charlie Patiño. Estos dos últimos no han participado y, en el caso del inglés, lleva dos semanas consecutivas sin entrar en las convocatorias.

 

Futbolistas que han sufrido lesiones como Mfulu registran más participación e incluso Cristian Herrera, que apenas cuenta, iguala ese tiempo sobre el césped. Gauto, su principal competidor en el puesto de extremo, ha participado en las cinco jornadas para repartir los casi 100 minutos que ha jugado en el último mes. 

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