LeBron James, a solo 89 puntos de ser el máximo anotador de la historia de la NBA y que este martes se convirtió en el cuarto máximo asistente de la liga, se mostró orgulloso por colocar su nombre entre las grandes leyendas del baloncesto.
“Estoy feliz de estar unido a algunos de los mejores, por supuesto”, dijo en la rueda de prensa tras la victoria de Los Angeles Lakers frente a los New York Knicks después de una prórroga (123-129).
Tras su triple-doble de 28 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias ante los Knicks, LeBron solo necesita 89 tantos más para superar la legendaria marca de Abdul-Jabbar (38.387 puntos).
Teniendo en cuenta que está promediando 30,2 puntos por encuentro y que los Lakers tienen otros dos partidos esta semana fuera de casa (Indiana Pacers y New Orleans Pelicans), el récord podría caer el próximo martes contra los Oklahoma City o el jueves contra los Milwaukee Bucks, ambos partidos en casa.
Además, LeBron superó este martes a Steve Nash y Mark Jackson para convertirse en el cuarto máximo asistente de la historia.
Por delante solo tiene a tres legendarios bases: John Stockton, Jason Kidd y Chris Paul.
“Es increíble. Es lo que me encanta hacer: involucrar a mis compañeros, intentar poner el balón a tiempo y en el punto exacto para mis compañeros”, indicó.
Su mejor guardaespaldas en los Lakers, Anthony Davis, apuntó que toda la franquicia está con muchas ganas e ilusión por ver a LeBron alcanzando el récord de máximo anotador.
“Estamos emocionados (por él). Es un enorme logro”, dijo el pívot.
“Probablemente será un momento surrealista para todos nosotros pero lo será más para él”, añadió.
En otro sentido, LeBron aprovechó la victoria ante los Knicks, que rompió una racha de cuatro derrotas seguidas de los Lakers en la prórroga, para volver a criticar a los árbitros por el polémico final de la semana pasada en el partido ante los Boston Celtics, cuando cayeron en el tiempo extra después de que no se pitara una muy clara de Jayson Tatum a la estrella angelina.
“El partido (contra los Knicks) se decidió por los jugadores. En Boston se decidió por los árbitros”, sentenció.