MENUDA ALEGRÍA DISFRUTAMOS AYER, con ese espectacular oro en la prueba de marcha por equipos. María Pérez y Álvaro Martín llegaban a París como dos de las grandes opciones de medalla. Hace unos días, de manera individual, ya se subieron al podio, pero no al escalón más alto. Eso lo consiguieron ayer, dando una lección de cómo hay que hacer las cosas.
Alejados de la fama y con una rutina muy estricta de entrenamientos, la andaluza y el extremeño ya empiezan a saber lo que es ser famosos. Y ello gracias a que siguen triunfando. Si en estos Juegos Olímpicos no hubiesen conseguido buenos resultados, ahora pocos se acordarían de ellos, a pesar de ser campeones del mundo. Así de triste es el mundo del deporte que está alejado de los grandes focos.
Y, como ya he dicho en más ocasiones, siempre un éxito es más grande cuando lo han conseguido deportistas que has visto competir muy cerca. En este caso, en el Gran Premio Cantones. En la próxima edición, a la que seguramente no faltarán, María y Álvaro podrán presumir en el circuito coruñés de sus títulos olímpicos. Y los aficionados podremos volver a verles en acción, como durante estos días tan bonitos en París.
Me alegra enormemente que gente que realmente se lo merece alcance sus metas. Personas sencillas, que aman lo que hacen y que, por qué no decirlo, son los mejores. Porque la modestia y la humildad no están enfrentadas con el orgullo y la satisfacción por el trabajo bien hecho.