Hoy voy a hablar del ‘Clásico’, pero no del de ayer sino del mal denominado ‘Clásico’ del fútbol femenino, el que enfrentará a Barcelona y Real Madrid en cuartos de la Champions el próximo marzo. Y aprovechando, con humildad y sin ser maestra de nada, corregiré algún dato histórico que no aparece bien documentado en la Wikipedia.
Comenzamos mal si, en vez de dejar que el fútbol femenino escriba sus propias páginas, le subrogamos episodios impropios de su trayectoria. Llamar clásico a un Barça-Madrid en clave femenina es no tener ni idea, no querer tenerla o vender un producto inexistente. El futfem tienes sus propias normas y su propia historia. Y así debe de ser. Después de tantos años hay que seguir siendo coherentes y no plegarse a situaciones que pueden ser muy beneficiosas en otros ámbitos pero no en éste. Con todo el respeto, el Real Madrid acaba de llegar a esta carrera que lleva miles de kilómetros en sus piernas y no es comparable, en años, trabajo y tradición, a los grandes del fútbol femenino en España.
RCD Espanyol (en el que yo jugué hace la friolera de 37 años), Levante, Athletic de Bilbao, Rayo Vallecano…Solo por decir algunos de los que siguen al pie de cañón. ¿Qué pensarán las jugadoras, pero sobre todo los dirigentes y entrenadores históricos de estos clubes que observan como en dos telediarios se les pasa por encima y se le cuelga la medallita a un recién llegado con una filosofía podríamos calificar de ‘distinta’ a la esencia del futbol femenino español?
Como fuere, el Barça-Madrid de Champions se jugará en el Camp Nou. Rezan las crónicas que por tercera vez en la historia se abrirán las puertas del mausoleo blaugrana al fútbol de mujeres. Siguen contando las hemerotecas que la primera fue un partido de chufla (muy típico) en 1970 entre señoras de la alta burguesía catalana, y la segunda un ‘clásico-derbi’ de los de verdad entre Barcelona y Espanyol en enero del 21, en plena pandemia y sin público.
Pues ahí va el dato. En junio de 1988, un grupo de futbolistas representando a Galicia y lo propio representando al País Vasco saltamos al onírico césped del Camp Nou a jugar la final del Campeonato de España de Selecciones Territoriales. En el estadio, alrededor de 10.000 espectadores. Vamos, nadie. Dos días antes, nuestra selección había dejado en la cuneta a la propia Cataluña en un partido dominado del 1” al 90”.
De vuelta a la final, todas llevábamos muchos partidos en pocos días, andábamos justitas de piernas y el Camp Nou es muy, muy grande. En un choque bastante igualado y no lo recuerdo como brillante, le ganamos a Euskadi 2-1. La selección gallega se hacía con el título y refrendaba la absoluta superioridad del Karbo Deportivo a nivel nacional. El 90% de las jugadoras procedíamos del cuadro surgido en Os Mallos.
Como capitana, tuve el placer de recoger el trofeo. Fue un momento de esos que dejan huella. Se estaba escribiendo un trocito de nuestra historia, de las jugadoras, de nuestros técnicos, del fútbol femenino, del fútbol gallego…. Y es que no todo el mundo puede decir, “yo jugué y gané en el Camp Nou”.
Salud y suerte!