Ni un pero. El San Tirso cayó en la primera ronda de la Copa del Rey ante un Espanyol seis categorías por encima pero ganó el fútbol modesto. Ganó un equipo que se mudó de O Monte a Riazor para dar una nueva lección de competitividad, de entrega y de deportividad. El 0-4, una anécdota final. El equipo de Fabio Rodríguez aguantó con 0-0 hasta el 53 y con 0-1 hasta el 85.
Ha querido ser así para hacerlo todavía más especial. El San Tirso ha disputado el primer partido de un Riazor ya octogonario. El estadio coruñés cumplió 80 años el martes y lo celebró dos días después con el encuentro de Copa del Rey con la visita del Espanyol a un humilde equipo del concello de Abegondo, que hizo suyo el vestuario donde el domingo se ató las botas Lucas Pérez y donde Imanol Idiakez dio su última charla como entrenador del Deportivo.
Fabio Rodríguez, entrenador del San Tirso, tuvo un dilema, un auténtico quebradero de cabeza, los días previos al partido. “Lo más difícil y doloroso para mí es decidir quién no va a jugar. Firmaría un 0-8 y que pudieran jugar once en cada parte”, reconoció en una entrevista a este diario esta misma semana. Pero el míster eligió y optó por la lógica, aunque con alguna pequeña sorpresa.
En primer lugar, debía dejar a un jugador fuera de la convocatoria, tal vez la decisión más ardua. Le tocó a Unai. El siguiente mensaje a su plantilla fue el del once titular. El fútbol es de los futbolistas y contra el Espanyol salieron de inicio muchos de los esperados.
Adri, protagonista en la tanda de penaltis de la ronda previa contra el Selaya, fue el portero. Iván Rellán, que llama la atención por su potencia –cómo olvidar el recital físico en la final de la Copa Diputación en junio ante el O Val–, ocupó el lateral izquierdo. La pareja de centrales entrañó una novedad: Carlos Gamallo, la responsabilidad y la serenidad sobre un campo de fútbol, fue una de las sorpresas, no por su presencia en el once sino por actuar en la derecha y Pablo Vigo, que cumplirá 40 años dentro de un mes, lo hizo en la izquierda para protagonizar su particular ‘The last dance’. Jorge, que llama la atención por zancada y disciplina, completó la línea defensiva en el costado derecho. Por delante de los cuatro defensas, un doble pivote formado por Christian Rey –quién le iba a decir cuando jugaba en los juveniles del Perillo que acabaría viviendo una noche tan mágica– ejerciendo de eje, de motor y de ‘stopper’; e Iago Meijide, incansable y siempre al servicio del compañero. Las bandas fueron para Carlos, robusto y combativo, en la derecha; y Xian, atrevido y crecido en Riazor. Las dos piezas más adelantadas fueron Denis, un incordio para Sergi Gómez, que dejó un regate mágico en el lateral del área al filo del descanso; y Álex Segade, eléctrico y atrevido que estuvo a punto de dar un susto a Pacheco con un centro chut.
El partido pudo romperse en el minuto 14 con el penalti de Gamallo a Cardona después de que el ‘24’ perico corriese más que Pablo Vigo. Pero antes de eso ya hubo chicha. Rellán provocó un córner en una internada por el costado izquierdo, Xian sacó un tiro desde fuera del área tras realizar un gran quiebro en tres cuartos y Adri realizó un paradón a un tiro potente desde la frontal. Precisamente el portero del San Tirso adivinó el lanzamiento desde los once metros de Pere Milla, que disparó al palo. El guardameta local tendría otras dos grandes intervenciones en el primer acto, una de ellas a cabezazo de Véliz a bocajarro en el área pequeña. El San Tirso fue mejor que un equipo seis categorías por encima en el último cuarto de hora. Denis generó peligro, primero en una acción en la que el control se le fue largo cerca de Pacheco, y después con un gran regate provocando una falta peligrosa a centímetros del lateral del área. La primera mitad se durmió con un nuevo disparo a la madera de Pere Milla.
No habían transcurrido ni diez minutos del segundo período cuando llegó el momento muy pocos querían que llegase. El Espanyol se adelantó en una acción que nació con un centro lateral desde la dercha, que fue directo al segundo palo, donde estaba Cardona. El atacante perico colocó el interior de su bota izquierda para que la bola entrase en el área pequeña y Véliz esperaba para cabecear a placer a la red. 0-1.
Fabio arriesgó –a sabiendas de que podría haber lesiones por sobrecargas en los últimos minutos– realizando las cinco sustituciones posibles antes del 65. Cristian Quintás, Ferreiro, Antón, Sito y el portero Lameiro se unieron a la fiesta de Riazor con la intención de mantener el nivel competitivo del San Tirso que decayó con dos goles consecutivos (en el 85 y el 86) de Cardona y Véliz, que cerraría el marcador firmando un hat-trick.
El San Tirso intuía que podría terminar fundido y así fue. El conjunto de Fabio Rodríguez se dejó el alma y un poco más sobre el césped de Riazor en una noche mágica de 31 de octubre en la que demostró ser un equipo como la copa de un pino.
San Tirso 0-4 Espanyol |
SAN TIRSO: Adri (Lameiro, min.64); Jorge, Pablo Vigo, Gamallo, Rellán; Carlos (Cristian Quintás, min.55), Christian Rey (Ferreiro, min.55), Meijide, Xian (Antón Cambeiro, min.61); Segade (Sito, min.61); Denis. |
ESPANYOL: Pacheco; Sánchez (Almansa, min.57), Catalá (El Hilali, min.57), Sergi Gómez, Oliván, Pere Milla (Pol Lozano, min.73) (Kral, min.78); Bauza (Unuvar, min.73), Aguado; Cardona, Veliz, Roca. |
GOLES: 0-1, min.54: Véliz. 0-2, min.85: Cardona. 0-3, min.86: Véliz. 0-4, min.91: Véliz. |
ÁRBITRO: Cordero Vega (Cantabria). Amonestó a Segade (11), Denis (56), del San Tirso; y a Sergi Gómez (24), Bauza (72), del Espanyol. |
CAMPO: Riazor. 3024 espectadores. |