Va a ser cierto eso de que la Copa mola. El equipo de un pueblo de menos de 2.000 habitantes se enfrentará a un club de Primera División –el míster, Fabio Rodríguez, quiere al Celta– en la primera ronda de la Copa del Rey. El San Tirso tuvo que superar once rondas para llegar a Riazor. Sí, a Riazor. Nada más finalizar el partido contra el Selaya, a jugadores y entrenador se les escapó, aunque con la boca pequeña, el nombre del escenario soñado.
El hecho de que la ronda previa de la Copa del Rey se jugase entre semana, un miércoles cualquiera del mes de octubre, no hizo que el Selaya Fútbol Club se presentase en O Monte desemparado. El conjunto cántabro contó con el apoyo de unos 200 aficionados que aportaron colorido a las dos gradas del singular campo de O Monte. Colorido y protestas porque, en lo de meter presión al trío arbitral, no se notó que el San Tirso fuese el local.
Sobre el campo, los verdaderos protagonistas; en la grada, un sector con prendas verdes y otro con camisetas rojiblancas; y en el particular e improvisado palco de O Monte, al lado de las cámaras y de la zona de prensa, dos presidentes: Rafael Louzán, el de la Real Federación Galega de Fútbol; y Carlos Fernández, el del San Tirso.
Lo bonito y real del fútbol modesto es que en el descanso no hay catering para las personalidades, que no hay zonas VIP, que los que se sientan en el palco lo hacen sobre unos cojines improvisados en forma de almohadilla, que los periodistas trabajan en mesas de colegio, que no hay butacas numeradas y si cae una tromba como en el minuto 80, la grada se encoge en modo acordeón para que los que estaban a la intemperie puedan resguardarse de la lluvia.
Si se dice, en momentos de alegría y de sufrimiento, que los jugadores y entrenadores de clubes profesionales son de carne y hueso, qué decir de los que dedican gran parte de su tiempo libre al fútbol prácticamente de forma desinteresada. Solo así se entiende que, cinco minutos después de que Brichu anotase el penalti de la clasificación, Fabio Rodríguez, míster del San Tirso, se acercarse a la grada para fundirse en cuatro abrazos estremecedores con su pareja, su suegra y sus padres. En la megafonía sonaba a todo trapo ‘Potra Salvaje’, pero en el extrarradio de ese momento mágico sólo se respiraba emoción.
Poco después surgió la figura de Pablo Vigo, el veterano del equipo que cumplirá 40 en diciembre y que se marcó más de dos horas de partido como cuando jugaba de niño en su Camariñas natal. Su forma de celebrarlo, con su mujer y su hija a escasos metros de la familia de Fabio, fue totalmente diferente; con incredulidad pero una inmensa alegría.
Siguiente paso
Los posibles rivales en el sorteo de esta mañana (13.00 horas) son, por orden clasificatorio, Atlético, Villarreal, Osasuna, Rayo Vallecano, Celta, Betis, Girona, Sevilla, Alavés, Espanyol, Real Sociedad, Getafe, Leganés, Valencia, Valladolid y Las Palmas. Los únicos cuatro equipos de Primera División con los que no se pude cruzar (por ahora) son Barcelona, Real Madrid, Athletic y Mallorca, que están exentos por disputar la Supercopa de España.
Plantilla, cuerpo técnico y directiva presenciarán el sorteo en el Concello de Abegondo tras una noche de intensa fiesta. Quedará grabada su reacción al conocer el rival, que si bien será positiva en cualquier caso, tendrá un punto extra de euforia si se da el derbi contra el Celta o si se cruza con un histórico del fútbol español.