Álex Suárez: "Les transmití a los jugadores dos claves: confianza y tranquilidad"
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Álex Suárez: "Les transmití a los jugadores dos claves: confianza y tranquilidad"

El entrenador del Betanzos habla de las cuatro jornadas en las que salvó al equipo y del futuro
Álex Suárez: "Les transmití a los jugadores dos claves: confianza y tranquilidad"
El técnico de Mera, durante su visita a la redacción | XULIO CAPELÁN

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Álex Suárez (Mera, 1974) firmó por el Betanzos el pasado 24 de abril. Cogió al equipo en puestos de descenso a falta de cuatro jornadas para el final, y once días después lo tenía virtualmente salvado. Se ha ganado la renovación y de cara a la próxima temporada tiene un objetivo -llevar al club a la zona tranquila- y una petición, mantener la base de una plantilla con la que se deshace en elogios, destacando tanto la actitud que ha tenido como su talento futbolístico.

 

¿Cuándo contactaron con usted?

Después de la decisión de que saliera Noé. Me llamó el ‘presi’, me explicó la solución del equipo y me dijo que quería buscar una solución urgente porque no quedaba tiempo.

 

¿Cómo se encuentra al vestuario el día del primer entrenamiento?
Bien. Un poco sorprendido, pero desde el punto de vista anímico, de compromiso y motivación, bien. Lo que pasa es que era una situación que no se esperaba nadie, y menos ellos, pero me dieron facilidades, comunicación y vi ganas de sacarlo adelante. Me llamó la atención esa actitud positiva, porque cuando llegas como sustituto a un equipo, los jugadores suelen estar decaídos anímicamente.

 

¿Qué intentó aprovechar del anterior cuerpo técnico y qué trató de cambiar?
Aproveché un montón de cosas. Es justo decir que la inercia competitiva que llevaba el equipo es gracias al cuerpo técnico anterior. Cuando entras en estos casos es importante hacer un diagnóstico rápido de en qué momento está el equipo, qué le puedes pedir, y qué necesita. Yo creo que en cuanto a preparación y compromiso estaban al 100%, por lo que realicé pequeños ajustes y trabajé mentalmente para jugar con calma y tranquilidad. Sobre todo, generar confianza, que vieran que eran un buen equipo. Queríamos trasladar tranquilidad y les dijimos que éramos una herramienta más para ayudarles a salir de la situación en la que estaban.

 

Entiendo que basó su mensaje en el plano mental.
Sí. Yo creo que cuando llegas a equipos con problemas hay que tirar del componente psicológico, porque como entrenador tienes poco tiempo para trabajar aspectos físicos y tácticos. Se trata de recuperar mentalmente a aquellos jugadores que lo necesitan y a aquellos que no contaban tanto, para que estén al 100% y con las orejas tiesas. 

Cuando llegas a equipos con problemas hay que tirar del plano psicológico


Y más en la situación en la que llegó, con tres partidos en apenas una semana.
Claro, necesitábamos la aportación de todos. Dijimos dos palabras claves: tranquilidad y confianza. No estar agobiados y creer en las condiciones del equipo; teníamos que ser optimistas. El problema que hay en estas ligas es que aunque los empates sean de mucho mérito, desde el punto de vista clasificatorio casi no tienen repercusión. Por ello lo importante era ganar, y para ganar teníamos que darnos cuenta de que había que atacar, proponer algo en el plano ofensivo, y esos fueron los ajustes que introdujimos.

 

Es decir, quería cambiar más cosas en lo ofensivo que en lo defensivo.
Bueno, hicimos ajustes defensivos; pero sobre todo nos centramos en decirles que con balón teníamos que ser capaces de hacer más daño. Yo tengo experiencia en jugar este tipo de partidos, los equipos se protegen muchos por atrás, no exponen mucho, y eso nos iba a obligar a tener que mejorar o dominar situaciones del juego y probablemente atacar.

Nos centramos en decirles que con balón teníamos que hacer más daño

 

¿Algún ejemplo de dónde vio eso puesto en práctica?
El partido contra el Viveiro. Pese a que bajo mi punto de vista fuimos algo superiores, fue un partido sin casi ocasiones, pero cuando se quedaron con diez lo entendimos, nos volcamos, los encerramos y al final marcamos en el descuento. Esto tienes que prepararlo también, porque si no lo preparas luego cuando sucede en el terreno de juego el equipo no lo sabe interpretar.


Y luego como apretaron todos los equipos de abajo, ¿no? Porque pese a ganar tres partidos y empatar uno, al Betanzos solo le sobró un punto.
Sí… Es bastante típico cuando llegas a un equipo en esta situación que te pregunten cuántos puntos harán falta. Calculábamos seis o siete viendo los calendarios, pero creo que también nos mantuvimos un poco al margen de todo esto. Yo les decía que no podíamos hacer cuentas hasta al menos el último partido, que teníamos que salir a morder y ganar los tres primeros, porque todo lo que te lleves a la última jornada es un riesgo brutal, pueden pasar mil cosas que no controlas. También es cierto que ni en el mejor de los sueños creíamos que íbamos a ganar los tres primeros. Era posible, pero también muy difícil. Y luego siempre es muy importante ganar el primer partido, ganar rápido, eso es un chute de energía brutal para todo el mundo, porque confirma lo que estás trabajando.

Era posible ganar los tres primeros partidos, pero también muy difícil

 

Ya me habló del partido contra el Viveiro. Pero, ¿cómo fueron los dos de casa ante Atlético Arteixo y Rápido de Bouzas; merecieron ganar?
El nivel del equipo en los partidos de casa, que eran los que a priori tenías que ganar casi sí o sí, fue muy bueno. El Arteixo propone un partido más abierto, que también tenía que ganar para intentar entrar en la fase de ascenso, y nosotros en el primer tiempo estuvimos excelentes, con muchas ocasiones. Lo mejor de lo que llevamos aquí. Luego en la segunda parte mejoraron y a nosotros se nos notó la tensión, pero creo que fuimos merecedores de la victoria. En cuanto al Bouzas, es un partido distinto, lo plantean muy bien posicionados y jugando directo a Cellerino. A nosotros nos coge muy fuertes mentalmente, con una dinámica ganadora de dos partidos y ese gol en el descuento en Viveiro, que fue brutal e hizo que el equipo pensara que había que cerrarlo aquí. Además no teníamos jugadores tocados y pudimos mantener el equipo base. Fue un partido claramente nuestro, apenas nos tiraron a gol, defensivamente estuvimos muy sólidos y contundentes, y después generamos como para ganar 2-0 o 3-0, sin sufrir.

 

¿Está ilusionado con el hecho de continuar?
Ilusionado y además contento, porque después de esto que ha sucedido era una intención por parte del club continuar y a nosotros también nos apetecía, porque ha sido una experiencia muy positiva en todos los aspectos: por el grupo humano de jugadores, por la gente que colabora en el equipo, por nosotros mismos que hemos estado muy a gusto… Daba la sensación de que era lo lógico, pero había que organizar todos tenemos vida fuera del fútbol y hay que organizar horarios, temas de cuerpo técnico, etc. Pero para mí lo importante es que la plantilla, que es una base importante de todo esto, estaba convencida de que debíamos continuar juntos para crecer en el proyecto, para no mirar tanto hacia abajo y buscar zonas más tranquilas.

 

¿Cómo prolongar en el tiempo este ‘amor’ de primavera?
Esto es como todo, hay que intentar mantener la base del bloque, buscar las incorporaciones y salidas que se necesiten, y acomplarlas bien, rápido, porque hay una columna vertebral que está muy bien delimitada, que viene de un ciclo ganador de casi tres años, desde Primera Galicia hasta Tercera Federación. No se trata de cambiar, sino de evolucionar. El equipo tiene unos hábitos de entrenamiento y sacrificio muy buenos, da gusto trabajar con ellos, y además tiene fútbol, y por ahí es donde tenemos que desarrollar la idea y ser capaces de convertir al Betanzos en un equipo que sea capaz de dominar, que tenga muchas versiones distintas. 

Los hábitos de entrenamiento son muy buenos, da gusto trabajar con ellos

 

Una trayectoria ligada a dos equipos

Pese a que en la década de los 2000 se sentó en los banquillos de Orzán SD, Español y Marino de Mera, a Álex se le recuerda más por su primer paso por Betanzos y Montañeros, donde rozó la permanencia en categorías nacionales en situaciones de mucha desventaja.

 

¿Cuál ha sido su criterio a la hora de elegir los proyectos?

Mi carrera futbolística está ligada a sitios donde he tenido algún tipo de vinculación. Por mi carrera profesional no he podido dedicarme al fútbol de manera intensiva, porque viajaba mucho, por mis obligaciones familiares, etc. pero me gusta estar en los sitios donde tengo buenos amigos y estoy a gusto, y no me suelo mover por inercias de mercado. Al final, la gran mayoría de los casos siempre se han dado por situaciones en las que necesitan que eches una mano porque es un momento complicado. Tengo muy claro que si está en mi mano siempre pueden contar conmigo, pero no ha sido de forma habitual porque no tenía tiempo y el fútbol lo necesita. Esta categoría no es profesional, pero el tiempo de dedicación es casi el mismo que en las superiores, estás todo el día metido en esto. En ese sentido, quiero destacar el cambio que ha experimentado el fútbol gallego en los últimos veinte años, todo está muy estructurado y te encuentras a gente con muchísima formación.

No he podido dedicarme al fútbol de manera intensiva

 

¿Qué recuerdos tiene de su primera etapa en el Betanzos y de ese momento en Segunda B con el Montañeros?
Para mí fueron dos situaciones similares en cuanto al tiempo, pero totalmente distintas por el momento que tenía el equipo. Cuando llegamos al Montañeros estaba en mala dinámica, el último, pero creo que había una gran plantilla. Teníamos un equipo para estar peleando por otras posiciones. En aquel momento conseguimos cambiar la dinámica, nos enganchamos y conseguimos hacer 28 puntos en la segunda vuelta. Era un equipo que se podía haber salvado sin ningún problema, lo que pasa es que cuando entras en dinámicas complicadas a veces no logras salir, pero en cuanto dimos con la tecla se vio. En Betanzos fue totalmente distinto, era un equipo en una situación complicada, pero no teníamos la misma plantilla. Era muy limitado para Tercera, porque justo con nuestra llegada se marcharon 4-5 jugadores de peso. Sin embargo, competimos de maravilla, llegamos con opciones de salvación hasta la última jornada, con pocos jugadores con gol, algunos que habían jugado poco en Tercera…

 

¿Lo puede relacionar de alguna forma con lo hecho este año? 
Muestra que se pueden cambiar las dinámicas pero que si tienes una buena plantilla, como esta vez, es más fácil salir adelante que si pese a ser también un equipo muy competitivo hay un déficit de calidad. Este año lo detectamos rápido, el equipo tenía fútbol, era capaz de desarrollar un juego ganador en un partido, y eso por ejemplo en la primera etapa en Betanzos no pasaba. Éramos un equipo muy fuerte defensivamente, pero a la hora de atacar generábamos poco y vivíamos del balón parado.

Álex Suárez: "Les transmití a los jugadores dos claves: confianza y tranquilidad"

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