El Compañía de María tiene cantidad y calidad. Con dieciséis equipos y 110 licencias federativas, el club coruñés ha completado una temporada difícil de mejorar: el primer equipo ascendió a OK Liga Plata y los alevines, los infantiles y los juveniles conquistaron tres medallas de bronce en los Campeonatos de España.  

El coordinador deportivo del club colegial Josep Sellas, que llegó a A Coruña con 17 años para jugar en la cantera del Liceo y después de dar la vuelta al mundo sobre patines regresó a nuestra ciudad para ingresar en el organigrama del Compañía, antepone la formación a los títulos: “Las medallas están bien, pero somos un club formador y el objetivo es que los niños tengan una evolución a lo largo de la temporada”, 

¿Son los tres podios en los Nacionales una consecuencia de la mejora de los jugadores? “A veces sí, a veces no. Llegar a los sectores ya es complicado, cada año más. Llevo 17 en el Compañía y desde hace tranquilamente 10 o 12 metemos cada temporada al menos a un equipo en los Campeonatos de España. Algo debemos hacer bien”, celebra.

Subidón pospandemia

Sellas, que llegó a temer por la viabilidad de las categorías inferiores durante la pandemia y ante las duras restricciones en el deporte durante la desescalada, festeja que “volvemos a tener bastante cantidad de niños y ambiente”.

“Antes de la pandemia estábamos en unas 130 o 140 licencias. Con la pandemia, y al ser un deporte de equipo y de contacto, la cosa se puso fea y bajamos casi a las 70. Ahora estamos volviendo a acercarnos a los niveles anteriores”, destaca.

Destino: el primer equipo

El trabajo con la cantera también ha dado sus frutos en el primer equipo: “Hay una relación directa. La mitad de los jugadores que ascendieron con el primer equipo salieron de las categorías inferiores y alguno ha tenido un protagonismo muy alto. Es la razón de todo esto: dar salida a los pequeños, que no tengan que marcharse para poder jugar”.

El jugador tipo de Compañía de María es “bueno técnicamente y también buen patinador”, detalla Sellas, que moldea en la base a los chicos para tratar de que el paso a sénior no sea tan drástico.

“Se trabajan diferentes contenidos y objetivos por categoría. Cuando llegan al primer equipo tienen muchas cosas masticadas, pero es verdad que ya hay un salto grande de juvenil o júnior a Bronce. Y el salto a Plata es enorme”.