Patri Carballo, las manos coruñesas que cuidan del atletismo español
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Patri Carballo, las manos coruñesas que cuidan del atletismo español

Patri Carballo, las manos coruñesas que cuidan del atletismo español
Patri y Ana, en la camilla durante los Mundiales de Glasgow | RFEA

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Una foto junto a la reina del atletismo español le puso sobre los focos. “Es una de las pocas gallegas que puede presumir de haber ganado a Ana Peleteiro”, tuiteó la Real Federación Española (RFEA) durante los Mundiales de pista corta en Glasgow. En la imagen, la coruñesa Patricia Carballo Penas  (16 de febrero de 1996) aparece riéndose mientras trata a la flamante campeona de Europa en Roma, también cómplice.

 

Sólo unos meses de vida separan a la triplista de la fisioterapeuta y confidente de las estrellas españolas del tartán. Patri fue una de las rivales generacionales de Ana en categorías inferiores, pero las lesiones quemaron su prometedora carrera de velocista. “El atletismo perdió a una de las mejores gallegas de siempre, era sencillamente espectacular”, confiesa su entrenador en el Coruña Comarca, José Carlos Tuñas.

 

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La coruñesa, durante el Campeonato de España en 2014 | Alejandro García/EFE

 

Volvió al fútbol, que había dejado en 2014 por una beca en la Residencia Blume. Formada entre el Orillamar y el Orzán, probó con el Atlético y acabó en el Tacón, el germen del Real Madrid, pero en 2020 abandonó también el césped por su futuro en la fisioterapia.

 

Coruñesa afincada en Madrid desde que tenía 16 años, abrió su propia clínica en la capital de España. Ambiciosa y culo inquieto, se apuntó a una convocatoria de la RFEA para dos plazas en el equipo de fisioterapeutas. “Siempre había querido trabajar en la ‘fede’. Mandé el currículum, pero no me respondieron hasta mes y medio después. Cuando llegué a la entrevista, había ocho chicas más, y a las dos semanas me llamaron para decirme que contaban conmigo”. El sábado 15 de junio cumplirá justo un año de su llegada.

 

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Patri, durante los recientes Europeos de Roma | Cedida

 

En 2024 ha acompañado al equipo nacional en los Mundiales de pista corta en Glasgow, los de relevos en Bahamas y los recientes Europeos de Roma: “Nuestro día a día es divertido, pero muy intenso. Llegamos los primeros y nos vamos los últimos. En la zona de calentamiento suele haber una pantalla, pero tenemos poco tiempo. El último día de los Europeos me escapé para ver el 4x400 y un salto de Fátima [Diame, longitud]”, detalla.

 

Patri asume la dificultad para conciliar los viajes a grandes campeonatos con la gestión de la clínica y su vida personal: “Llevamos aquí nueve días [atiende la llamada desde Roma] y es complicado. Mi socia se está pegando unas palizas brutales y para mí es un cambio de rutina y un tute. Son muchos atletas y muchos tratamientos, pero merece la pena”, se sincera.

 

La coruñesa y sus compañeros en el cuerpo de fisios asisten  a los atletas minutos después de acabar la competición: “Se genera un vínculo muy fuerte. Cuando llegan a nuestras manos tienen la adrenalina a tope, bajan revoluciones y se desahogan. Todo lo que nos cuentan se queda en la camilla. Me siento un pelín partícipe de todo esto”, arguye.

 

El oro de Peleteiro

“Todos los gallegos son un encanto”, ensalza Carballo, que mantiene una buena relación con Adrián Ben, Belén Toimil o Ester Navarrete, pero con Peleteiro va más allá: “Nos conocemos desde que teníamos siete años, coincidimos durante toda mi etapa en el atletismo: unas veces ganaba yo y otras, ella, pero siempre nos llevamos muy bien”, confiesa Patri, que celebra el oro europeo de la ribeirense: “Fue una pasada. Todos confiábamos en que iba a hacerlo muy bien, pero la verdad que se le ha visto en una forma increíble y da muy buenas sensaciones de cara a  los Juegos Olímpicos”.

 

La fisio, sin embargo, no estará en París. “Es la competición estrella, hay pocas plazas y yo acabo de llegar, soy la nueva en la ‘fede’. Tengo compañeros que llevan veintipico años aquí y, lógicamente, les toca a ellos”, asume la coruñesa, que siempre había soñado con participar en grandes campeonatos. “Está siendo una experiencia muy positiva que me ha hecho reencontarme con el atletismo y con viejos compañeros con los que compartí muchos momentos en las selecciones inferiores. Ojalá pueda seguir aquí por mucho tiempo”, desea.

 

Una, dos y hasta tres ofertas del Depor Abanca recibió la Patri Carballo futbolista en los albores del proyecto blanquiazul. “Con Manu [Sánchez, su extrenador en el Orzán y técnico deportivista en aquel momento] hablé muchas veces, pero yo tenía claro que la prioridad eran los estudios y mi formación. ¿Si me hubiese gustado? Soy del Depor a muerte, es el equipo de mi ciudad y echo muchísimo de menos ir a Riazor cada domingo, pero no me queda ninguna espinita”, revela.

 

Colgar las botas

La coruñesa, que también anhela la cercanía del mar, vivió en el césped todo lo que había deseado –“el ascenso a Primera con un equipo de amigas fue lo máximo”– antes de colgar las botas: “Ya estábamos en dinámica del Real Madrid, por contrato y entrenando en Valdebebas, pero manteníamos el nombre y el escudo del Tacón. Con todo el barullo del covid tenía claro que no quería seguir jugando y cuando me dijeron que no me iban a renovar dije ‘hasta aquí’. Llevaba vinculada al deporte de alto rendimiento muchísimos años y quería otra vida. Acerté el momento de dejarlo”, explica.

 

Su adiós al deporte rey coincidió con la definitiva explosión del ‘futfem’, coronada con el Mundial de la selección española, un éxito del que se siente partícipe, como otras compañeras de generación: “Si me dices diez años antes que iba a tener un contrato profesional para dedicarme al fútbol no me lo habría creído. Todo esto es gracias a las que empezamos jugando desde la base con unas condiciones horrorosas. Ha dado sus frutos y lo he vivido con muchísima alegría”, aplaude.

 

Patri ha cerrado el círculo con su regreso al atletismo, un deporte que dejó “quemada por las lesiones” y le ha brindado una nueva oportunidad de disfrutar la élite en segunda línea. Las estrellas del tartán están en buenas manos, las de una coruñesa que “sigue formándose y nunca sacia ese apetito de crecer”, dice una buena amiga suya. “Con 15 años ya se le veía algo diferente, de otra pasta, un talento para destacar en todo”. Fútbol, atletismo, fisioterapia, ¿y qué más?

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