El OAR Coruña no pudo ofrecer un triunfo a su afición en la jornada final de la fase de ascenso a División de Honor Plata, a pesar de que su rival, el filial del Granollers, saltó a la pista con el pasaporte a la categoría superior ya en el bolsillo.
El equipo dirigido por Jacobo Novoa no sacó partido a este hecho, aunque es cierto que no se notó relajación alguna en las filas del joven conjunto catalán, que acabaría imponiéndose con claridad (29-36).
Lento y espeso en la circulación, flojo en lanzamiento y perdiendo un puñado de balones, el anfitrión recibió un saco de goles al contraataque: 4 de los 5 primeros del nuevo equipo de División de Honor Plata llegaron tras parada de Pau Panitti o posesión desperdiciada sin lanzar. Y no quedó ahí. El Granollers cogió pronto una renta de de media docena (4-10), gracias a 7 dianas a la carrera.
Novoa decidió hacer cambios en la dirección y ordenó una defensa más alta y agresiva, con Miguel Simón saliendo a presionar a 9 metros. Y funcionó. El OAR recortó la desventaja a la mitad (11-14) con un parcial de 5-2.
Sin embargo, asomó el talento de la mejor cantera de España. Dos misiles de Gerard Domingo (un nombre para guardar) desde 9 metros reabrieron hueco, ampliado en el tramo final de la primera, de nuevo como al principio. Paradas, esta vez de Pol Amores –quien mejoraría las ya de por sí excelentes prestaciones de Panitti–, y goles a la carrera (15-21).
En la reanudación, tras el tanto inicial de los visitantes, un parcial de 2-0 animó al OAR, pero encajó otro tanto a la contra y a continuación no supo sacar ventaja de una situación de superioridad numérica.
Para colmo de males, tres exclusiones en pocos minutos, dos de David Chapela –la primera, de risa– y una de Adrián Pérez, abortaron cualquier posibilidad de recortar distancias.
Con un cuarto de encuentro todavía por delante, ambos entrenadores dieron minutos a todos. El visitante, Sergi Rueda, incluso puso en cancha a su tercer portero, Lluc Borrell, que no desmereció a sus homólogos, como tampoco lo hizo Alex Naya cuando ocupó el lugar de un Iago Gómez que también ofreció un muy buen nivel.
Lo mejor del encuentro de cierre del Grupo II de la fase de ascenso llegó a 20 segundos para el final. Jacobo Novoa pidió tiempo muerto para que el cuerpo ténico y los jugadores aplaudiesen a la afición desde el medio de la pista, acción a la que se sumó el Granollers.
Un colofón precioso a fin de fiesta amargo de la temporada más triste de los 70 años de vida del club herculino. Un inmerecido cero en el casillero de un OAR cuyo balonmano estuvo, sobre todos en los dos primeros partidos, por encima de los resultados cosechados.
OAR Coruña, 29-BM Granollers B, 36 |
OAR: Iago; Chapela (6), Pablo Martínez (2), Francesco (4), Miguel Simón (2), Diego Martínez (5), Tolmos (2) –siete inicial– Joel, Adrián, Tello (2), Yoel (1), Julián, Efrén (1), McNamee (2), Naya (p). Granollers B: Panitti; Povill (2), Domingo (7), Ferrán López (4), Marc Vega (4), Massa (4) –siete inicial– Carreño, Guillem Vega (1), Campos (4), Armengol (1), Rovira (3), Romero, Cañas (1), Cantón (4), Amores (p), Borrell (p) |