María Sanjurjo (A Coruña, 2000) tiene carácter de campeona. No le gusta la derrota, así que se esfuerza al máximo para que eso no ocurra. “Cuando pierdo, me enfado una semana”, confiesa. Por suerte para ella y para desgracia de sus rivales (y muchas amigas), no le pasa muy a menudo. Hace un año, de hecho, que cumplió un gran sueño. Porque no solo se proclamó campeona de Europa con el Fraga, sino que lo hizo en A Coruña, delante de su familia y amigos, y marcando el penalti decisivo en la tanda que dictó sentencia en la final contra el Vila-sana. “No sabía cuándo se iba a volver a presentar una oportunidad así, no quería desaprovecharla”, recuerda ahora que vuelve a estar a las puertas de una nueva Final Four en la que le toca defender la corona. “Para mí, imposible tener más presión que el año pasado. En ese sentido estoy muy tranquila”, bromea la coruñesa, que en este final de temporada podría levantar hasta cuatro títulos: Champions este fin de semana, Intercontinental el próximo, Liga (líderes a falta de cinco jornadas) y Copa de la Reina. “Por poder... Claro que podemos. ¡Pero empecemos por el primero!”, se ríe.
Y ese es al que se enfrentan desde mañana en Palau. A las 16.00 horas toca el Telecable Gijón en las semifinales. “Venimos de competir durante todo el año bastante bien, tuvimos una fase de grupos muy dura y llegamos con buen ritmo”, analiza Sanjurjo. Los enfrentamientos con las asturianas llegan igualados. “Perdimos allí 3-2 y en casa ganamos 2-0”, apunta, por lo que disputarán un desempate cuyo ganador se enfrentará en la final al que venza en el duelo anterior entre las anfitrionas del Palau y las portuguesas del Benfica, de nuevo en la élite.
Para el siguiente fin de semana ya quedará pensar en la Copa Intercontinental, con viaje a Argentina incluido. Allí tendrá la inigualable oportunidad de jugar en el Aldo Cantoni, el templo mundial del hockey sobre patines, en unas semifinales con el Concepción local como rival (Aberastain-Vila-sana será el otro duelo por la final). Y después ya se podrá concentrar en lo que queda de Liga en la que el Fraga marcha líder con 55 puntos, uno más que el Telecable Gijón, aunque también con un partido más. “Pero nosotras ya hemos pasado los enfrentamientos directos. Ahora nos quedan jornadas contra equipos de la zona media de la tabla, que también se puede pinchar, pero en principio a ellas les quedan partidos más difíciles”, valora. Y cuando esta termine, la Copa de la Reina.
Cuatro opciones de ampliar el palmarés de una María Sanjurjo que todavía no ha cumplido 25 años y ya tiene dos Mundiales con la selección española, una Copa del Rey con el Telecable Gijón y la Champions con el Fraga. No hay discusión. Se ha quedado sin rivales en la carrera por convertirse en la mejor jugadora gallega de todos los tiempos. “No me da tiempo a pensar mucho en eso porque no paramos. Acabó el Mundial y ya estábamos en la Supercopa. Acabó la Supercopa, y en la Liga. Ahora en Semana Santa fui unos días a casa, otros a una concentración de la selección...”, enumera. Pero reconoce que la María pequeña no se creería todo lo que está viviendo la María mayor y que seguramente estaría “muy orgullosa”.
Se ha sacrificado para llegar hasta aquí. Se marchó de casa con 18 años para foguearse en Gijón. Regresó para liderar el proyecto del Liceo. Y se volvió a ir para enrolarse en un proyecto nuevo como el de Fraga, apostando fuerte por él. “Estoy lejos de la familia, de los amigos, he tenido que cambiar la vida varias veces...”, reconoce. Pero lo hace con gusto porque al final es una pasión que tiene desde siempre y sabe que es una privilegiada por poder vivir todas las experiencias que el hockey le está dando.
Otros sacrificios son los estudios. Los exámenes suelen ser a final de curso, que coincide con el momento álgido de las temporadas, como en este caso, dos meses en los que están en juego todas las competiciones y que tiene que compaginar con los trabajos y prepararse para llegar bien a las pruebas. Ella saca de forma online la carrera de Marketing y Publicidad y tiene facilidad para ir organizándose un poco en base a los partidos y sobre todo, a los desplazamientos. “Por mucho que te lleves el ordenador, al final no te da tiempo a nada. Así que he adelantado trabajo teniendo en cuenta que en las próximas semanas voy a estar bastante ocupada”, comenta.
Está lejos de casa, pero dos veces a la temporada, los Sanjurjo tienen una cita obligada cuando las hermanas, María, la mayor, en las filas del Fraga, y Claudia, la pequeña, en las del Bembibre, se encuentran en la pista. “Están peleando todos los partidos, incluso a nosotras nos lo pusieron muy complicado. Creo que son un equipo muy peleón y que si hace las cosas en la línea de lo que lo están haciendo esos meses, tienen la salvación”, analiza sobre el equipo en el que juega la pequeña de la casa.
Reconoce que, después de verla crecer, le sigue pareciendo raro enfrentarse a ella. “Impacta un poco, pero al final es lo que nos toca. Por suerte aún no estamos las dos en equipos con los que nos jugamos los títulos... Aunque creo que eso también llegará”, dice. Y ahí saltarán chispas. “Buf”, resopla, “yo no sé cómo llevaría eso... si me gana un título sí que iba a estar un tiempo sin hablar con ella”. No lo puede evitar. “Me pasa también con las amigas. Ya me conocen. Saben que tienen que estar una temporadita sin hablarme mucho. Con una semana me llegada. Soy mala perdedora, lo admito. Pensaba que alguna vez aprendería, pero creo que no”. Si todo va bien este fin de semana, acabará en celebración.