El Leyma Basquet Coruña continúa con su escalada, gracias a la octava victoria en las últimas nueve jornadas, la segunda consecutiva frente a un rival de la parte alta, en esta ocasión un Estudiantes que fue remolque durante todob el encuentro.

Abrió el duelo un triple de Barrueta. Pero, al contrario que en Lleida, la larga distancia no sería relevante en el los primeos minutos. Lo fue la circulación de balón ágil de los locales, que además generaron mucho juego y espacios penetrando y dividiendo y sacando ventajas de las ayudas en la línea de fondo, donde Lundqvist las leyó a la perfección y abasteció de balones a un certero Nwogbo. Esto, unido a una defensa que obligó al Estudiantes a lanzar de lejos –y a fallar mucho– y al control del rebote defensivo dio el mando a la marea naranja, tras el 5-7 conseguido por Alderete desde el arco.

Un parcial de 9-0 obligó a Javi Rodríguez a parar el partido, pero no paró al Leyma, que estiró hasta el 11-0 (16-7). El técnico visitante tiró entonces de un cinco más físico, una fórmula que le funcionó bastante bien: el conjunto colegial enlazó un 0-8 entre final del primer acto y el inicio del segundo.

Javi Vega y Simeounovic, con sendos triples, frenaron la reacción del Estu, que aunque endureció su defensa, sobre todo en el centro de la zona, volvió a ir a remolque de un rival en que, mediado este periodo, ya habían anotado los 11 jugadores usados hasta entonces por Diego Epifanio, y además el cuadro madrileño presentaba a esas alturas unos tristes 22 tantos.

Y así alcanzó la marea naranja una máxima renta de 13 puntos (33-20), a la que los visitantes no fueron capaces de limar más que dos canastas en lo que restaba hasta el descanso (40-31).

El paso por vestuarios no cambió ni un ápice el panorama. El Leyma siguió a lo suyo, defender, trabajar los ataques y anotar. Como se trabajó Lundqvist un 2+1 que recuperó la renta máxima (46-33). Dos jugadas después, un triple de Barrueta subía un nuevo tope al marcador (48-35). Todo iba sobre ruedas hasta que un par de malos pases de los locales los transformaron los visitantes en un parcial de 0-6 que llegó a Epi a pedir tiempo muerto.

Nueva máxima

El técnico burgalés devolvió a su equipo al rectángulo en una una zona 2-3 que el Estudiantes acusó. Otro triple de Barrueta mantuvo las distancias y uno de Jakovics sobre la bocina del cuarto estampó en el electrónico un suculento +15 (61-46). Un hueco importante después de media hora en la que que el Leyma funcionó cual reloj: 20, 20 y 21 puntos.

Las vacas flacas tardaron en aparecer. El arranque del acto final fue el segundo mejor posible para los locales. El primero habría sido anotar solo ellos, así que tuvo que conformarse con un corto intercambio de canastas (6-5) en los tres primeros minutos. El Estu, que en este periodo bajaría el triple de rebotes ofensivos que en los tres primeros, se saltó la cadencia con tres canastas seguidas, Nwogbo erró dos libres y Leimanis un triple liberadísimo para colocar el 67-60. 

Dos mates seguidos del exnaranja Sean Smith rompieron la barrera psicológica de la decena (69-61) a falta de 2 minutos. Una bombita de Filipovic al límite de la posesión la elevó de nuevo. Un error de Nwogbo, al cometer una antideportiva, supuso un saldo negativo de solo -2, ya que Leimanis erró los dos libres. El averaje particular seguía en un finísimo alambre, Tanto que al final quedó a la par, gracias a un triplazo de Jakovis a 4 segundos de la conclusión. Pero se lo queda el Estu por haber metido más puntos en el duelo de la primera vuelta (81-73).