El Liceo, en el mejor momento de la temporada, afronta el examen definitivo, la visita al Barça en el Palau Blaugrana (16.00 horas), un escenario que históricamente no le es favorable, como tampoco los precedentes de esta temporada, en la que los verdiblancos ya perdieron en dos ocasiones con su máximo rival, ambas en el Palacio de los Deportes de Riazor. Una en las semifinales de la Supercopa de España que abrió el curso (2-5). Otra en el duelo de la primera vuelta, en la cuarta jornada del campeonato (1-4). El equipo de Juan Copa, todavía en pañales en aquel momento, quiere quitarse esa espina, más que del resultado, de la sensación. Y hacer una demostración de lo en serio que va este proyecto que está en la carrera por todos los títulos.
“Tenemos muchas ganas porque creo que los dos enfrentamientos que tuvimos a principios de año fueron muy prematuros para cómo estaba el equipo. Realmente creo que estamos mucho mejor que entonces, como era de prever. Y justamente creo que ellos están un poquito peor”, avisa el capitán Dava Torres. “Es cierto que ellos en liga están intratables, pero los últimos resultados, si los analizas, les está costando más... Tenemos muchas ganas de intentar ir allí al Palau a hacer un buen partido”, añade el coruñés.
Un abismo separa a ambos en la clasificación por más que sean el primero y el segundo de la OK Liga. Los de la Ciudad Condal suman 48 puntos, pleno, por los 36 de los liceístas, que perdieron cuatro partidos, aunque tres de ellos fueron encadenados en las cinco primeras jornadas (Vic, Barça e Igualada). Desde entonces, allá por el mes de noviembre, solo volvieron a perder una vez, frente al Reus en el primer partido de 2025. Una derrota en cuatro meses en liga (más la sufrida en Lisboa contra el Benfica en la Champions) que pone en valor lo que están haciendo los coruñeses, con el extra de las porterías a cero, cinco seguidas, siete en total, haciéndose fuertes desde atrás, desde donde se ganan los títulos, porque con la calidad que hay delante solo es cuestión de tiempo, de trabajo y de terminar de encajar las piezas, que todo empiece a fluir.
Si el momento del Barça en liga no ofrece ningún tipo de resquicio, la situación del Liceo es mejor que la de su rival en Europa. Ambos jugaron el jueves. Los azulgrana en Barcelos, donde sumaron un punto (4-4)que no les sirvió para escalar en la clasificación del grupo de la muerte en el que marchan quintos. Los verdiblancos, en casa contra el Dinan Quévert, al que se impusieron por 2-0 para sellar su clasificación para cuartos de final. El Liceo no se metía entre los ocho mejores de la máxima competición continental desde 2018.
“Era un micro objetivo. Porque el objetivo quizás es conseguir llegar a estar en la final a cuatro. Pero desde luego sí que creíamos que era un micro objetivo porque nos veíamos con capacidad y creíamos que realmente debíamos de ser capaces de estar dentro de los cuatro primeros de nuestro grupo”, analiza Torres. Por eso ahora quieren más: “Nos vemos con opciones de no solamente quedarnos aquí, sino de ver hasta dónde podemos llegar. Creo que tenemos opciones de quedar segundos todavía y al final creo que hemos demostrado, no solamente con la clasificación, sino con los resultados, habiendo empatado contra el Oliveirense en casa, contra el Benfica, que hemos hecho muy buenos partidos e incluso podíamos haber ganado alguno más”.
El Liceo sigue optando a tres títulos. “Hay muchos objetivos encima de la mesa, entonces no sé cómo van a querer estructurarlos el cuerpo técnico, pero desde luego yo creo que la parte más importante la hemos pasado, porque además, como el otro grupo está tan loco con los cruces, no sabes qué puesto tiene más ventaja o menos”, añade el capitán en referencia a que próximamente el equipo cerrará la fase de grupos contra el Oliveirense y el Trissino y después afrontará la Copa del Rey. El ritmo no para. Y en el partido de hoy en el Palau se juega algo más que defender la segunda plaza frente a la presión del Reus, a un solo punto pero que tampoco tiene una salida fácil en el derbi contra el Calafell.
La trayectoria en liga del Barça es intachable: 16 victorias en 16 partidos con 80 goles a favor y 28 en contra. Pero es cierto que sus últimas cuatro victorias han sido por la mínima. Hace una semana se impuso al Lleida por 3-4 en un partido de altísimo nivel. En la anterior jornada a esa fue el Alcoi el que le puso en aprietos en el Palau Blaugrana (4-3) y lo mismo pasó con las visitas al Voltregà (2-3) y al Reus (1-2).
Sin embargo, los azulgrana, que parece que muestran una doble cara, están sufriendo todavía más en Europa, donde han dado síntomas de su humanidad y dejado algunas dudas. Perdieron tres partidos, contra Porto, Reus y Noia. Son quintos de su grupo y solo los cuatro primeros se clasifican, lo que sería un fiasco de proporciones históricas. Las reacciones en los encuentros contra el Porto, en el que el Barça perdía por 1-3 y llegó a igualar, lo mismo que el jueves en Barcelos, cuando iba 4-1 abajo y de nuevo consiguió empatar, no solo le mantienen con vida, sino que le permiten depender de sí mismo en las dos últimas jornadas continentales.
Son humanos los dioses culés, pero también saben bajar del olimpo y pelear en el barro. A su favor, además, está el hecho de que cuentan con una rotación más. “Una y media”, matiza Dava Torres. El Barça dispone de once jugadores en plantilla, uno se queda fuera y descansa en cada partido. El Liceo lleva un mes jugando con nueve por la pubalgia sufrida por Tato Ferruccio, que aunque ya ha regresado, todavía no ha sido con minutos significativos. No ha sido impedimento ni lo será hoy en el Palau.