El Liceo vuelve entre los grandes de Europa
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17º-23º

El Liceo vuelve entre los grandes de Europa

Un empate a una derrota del Valongo clasifica matemáticamente para cuartos de final a los verdiblancos, que ya tienen pie y medio en la siguiente ronda
El Liceo vuelve entre los grandes de Europa
Bruno Saavedra en el partido contra el Quévert | Carlota Blanco

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El Liceo se clasificó para los cuartos de final de la Champions League después de ganar por 2-0 al Dinan Quévert y la derrota del Valongo contra el Oliveirense (4-6). Aunque cumplir con su parte no fue tan fácil como podía esperar ante el colista del grupo. Primero porque a los verdiblancos les faltó frescura, notando la acumulación de partidos de las últimas semanas, y no estuvieron finos en el juego y menos en la definición. Los goles, de hecho, fueron en propia puerta el primero y el segundo, a puerta vacía en el último minuto. También el equipo francés estuvo muy bien situado sobre la pista del Palacio. Cuando estos dos factores coinciden, lo único que queda es apretar, mantener la portería a cero, como por quinta vez seguida consiguió Martí Serrá, ampliando el récord que ya había firmado la semana pasada; y esperar. Y ahora ya espera el domingo al Barça, a quien visita en la OK Liga.

 

No fue el mejor de los arranques el del Liceo. De hecho, los priemros cinco minutos fueron del rival, no por una salida en tromba de los franceses o porque sorprendieran con un planteamiento agresivo y descarado. Fue más bien por la propia falta de intensidad de los locales, que quizás contagiados por un ambiente un tanto gélido en el Palacio, tardaron en entrar en calor.

 

El Dinan Quévert aprovechó esta falta de mando para coger el control y con atrevimiento (desde luego no fue el típico rival pequeño que sale a encerrarse en su área y a esperar las contras), intentó acabar con la muralla construída por Martí Serra en los últimos cuatro partidos en su portería, imbatida por más de 200 minutos. El meta tuvo una doble intervención en el minuto dos, en el cuatro le salvó el palo a un tiro de Turluer y en el cinco evitó un mano a mano de Matteo García.

 

El Liceo se iba entonando, todavía sin su ritmo habitual, pero acercándose a la portería defendida por Bautista Acevedo. Aunque sin demasiado peligro en sus remates, un poco sin convicción en unas ocasiones, en otras buscando más la colocación que la potencia. El mismo resultado en ambos casos, insuficiente para abrir el marcador y empezar a poner brecha de por medio.

 

Juan Copa, notando el atasco, empezó a mover el banquillo antes de lo esperado. Los recambios tampoco aportaron nuevos recursos para crear peligro. Los franceses también taparon muy bien las líneas de pase, impidiendo que los verdiblancos conectaran con el jugador interior y no permitiéndoles correr, lo qque tanto les gusta, esas contras de apenas dos pases y gol que son ya parte de su denominación de origen 2024-25.

 

Y sin ellas, el encuentro se espesó, difícil de digerir como un chocolate al que el churro no consigue darle vueltas en la taza. Solo en los últimos minutos antes del descanso los coruñeses dieron un pequeño acelerón, con la vuelta de los titulares a pista. Bruno Saavedra, cuando el reloj marcaba que quedaba un minuto, se quedaba solo para iniciar una contra, pero en el momento que iba a dar el pase, la bola se quedó atrás y dejó en nada el peligro. Dava Torres le puso con dos disparos con coraje el punto y final a una primera parte que terminaba sin goles, sin intensidad y que po no tener no tuvo ni faltas. Cero a todo para marcharse a los vestuarios, donde esperaba Juan Copa con la pizarra.

 

Subió una marcha el Liceo en el inicio del segundo tiempo, intentando parecerse un poco más a sí mismo. Hizo la primera falta en el minuto 26... y uno después, marcó el primer gol. Con suerte, pero valió igual. Porque la jugada no tenía demasiada intención ni peligro. Un pase de Dava Torres que buscaba la otra banda y que por el camino se topó con el stick de Turluer, introduciéndose en la portería casi sin querer, llorando.

 

Toda la fortuna que acompañó al conjunto verdiblanco le abandonó en los minutos siguientes, cuando inició su ofensiva para sentenciar lo antes posible, con dos ocasiones seguidas de César Carballeira, a las que siguieron dos palos, uno del propio cinco y otro de Torres. Antes había dispuesto de una oportunidad Turlier para enmendar su error, con una jugada en la que dio la vuelta en el área hasta conectar el disparo que murió en las guardas de Serra, camino de firmar un récord que puede durar otro medio siglo más. 

 

El Liceo había mejorado con respecto a la primera parte, por lo menos en ritmo e intención, no en definición. En estos casos los entrenadores siempre suelen decir que lo importante es generar ocasiones. Esas sí que no le faltaban. Incluso a bola parada. Ricaille arrolló a Cervera en el área y los árbitros no se lo pensaron. Penalti. Salió el capitán a tirarlo, estrellando la bola contra Acevedo y haciendo que el partido entrase en los últimos diez minutos con el incierto 1-0.

 

El conjunto de Juan Copa buscaba ampliar el marcador, pero tampoco se podía despistar en defensa. Cualquier error o mala decisión le podía dejar sin el valioso botín de tres puntos, que a la espera de lo que pasara en Valongo (el partido comenzó al terminar el de A Coruña), le hacía acariciar los cuartos. Arnau Xaus tuvo la mejor ocasión, de nuevo el palo se quedó con su gol. Pero ya en el último minuto, con el Quévert jugando sin portero para buscar el empate en superioridad, el pichichi verdiblanco sentenció a puerta vacía con un tiro desde media pista.

 

Liceo 2 - 0 Dinan Quévert

Liceo: Martí Serra, César Carballeira, Nil Cervera, David Torres y Bruno Saavedra -cinco inicial-. Arnau Xaus, Jacobo Copa, Fabrizio Ciocale y Tato Ferruccio.

 

Dinan Quévert: Bautista Acevedo, Tomas Cardoso, Corentin Turluer, Guido Pellizzzari y Matteo García -cinco inicial-. Arthur Landrin, Facu Almiñana, Quentin Povedin y Roman Ricaille.

 

Goles: 1-0, min.28: David Torres. 2-0, min.49: Arnau Xaus.

 

Árbitros: Pedro Figueiredo y Joaquim Pinto (Portugal). Sin tarjetas.

 

Incidencias: Octava jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones disputada en el Palacio de los Deportes de Riazor ante 800 espectadores.

 

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