El Coliseum, con el aforo cubierto, dará este domingo (18.30 horas) el pistoletazo de salida a la histórica temporada del Leyma Básquet Coruña, la primera en la ACB, con un duelo de campeones: el último de la LEB Oro y el último de la ACB.
Dos campeones todavía en obras. El Leyma, porque ha incorporado a cinco jugadores y, sobre todo, porque dos de los 13 miembros de la plantilla de Diego Epifanio siguen inéditos. Olle Lundqvist, en la fase final de la recuperación tras operarse del hombro izquierdo al final de curso precedente, y Trey Thompkins, cuya mejoría en los últimos no le ha bastado para estar listo de cara al duelo contra el equipo en que jugó durante seis temporadas.
El plantel entrenado por Chus Mateo ha sufrido bajas importantes. Las primeras, dos ilustrísimos del baloncesto español, Rudy Fernández y Sergio Rodríguez, por final de carrera deportiva. No renovaron el veterano alero Fabien Causeur ni el pívot Vincent Poirier, harto de ser el suplente de Walter Tavares. Y ya con la pretemporada en marcha, el ala-pívot Guerschon Yabusele –capital la temporada pasada– se fugó a la NBA.
A cambio, el club merengue ha recuperado a dos ex, Usman Garuba y Serge Ibaka; ha dado la oportunidad de debutar en España al interesante combo guard Xavier Rathan-Mayes y de jugar en un grande al base Andrés Feliz, después de tres estupendas campañas en las filas del Joventut.
Tras perder contra el Unicaja Málaga por 80-90 en la final de la Supercopa ACB, Mateo declaró que “nuestra inquietud ahora es saber en qué podemos mejorar y en dónde incorporar a alguien”, por lo cual la plantilla no está cerrada. Todo apunta a un ala-pívot.
Ese encuentro fue el quinto del Real Madrid en lo que va del nuevo curso. Casi la mitad de los que ha disputado en el Leyma, que cerró la pretemporada con un balance de cuatro victorias (Fundación CB Granada, FC Porto, Breogán y Obradoiro) y cinco derrotas (FC Porto, Bilbao Basket, Flamengo, Valencia Basket y Breogán).
Nuestro plan empieza por controlar los errores (Diego Epifanio)
El último traspié fue, al igual que su oponente de hoy, con un título en juego, el de la Copa Galicia. En una final, disputada en Lugo, donde el anfitrión Breogán reventó a los naranjas en solamente 53 segundos. El último del tercer cuarto (canasta desde su campo de Darrun Hilliard) y los 52 primeros del último (parcial de 8-0).
El conjunto blanco, por su parte, únicamente ha perdido contra el malagueño. Antes había superado al Benfica (83-67), al Mónaco (77-75), al Varese (83-79) y, en semifinales de la Supercopa, al Barça (89-83).
El Madrid se mueve al son de dos solistas extremos, el base Facundo Campazzo y el pívot Walter Tavares. El argentino –vigente MVP de la competición doméstica– dirige y ejecuta, mientras que el caboverdiano es la muralla más intimidante del baloncesto europeo. Ataca, defiende, asusta... Posiblemente el jugador más determinante de la ACB. Y bastante más allá.
Pero reducir el campeón a dos estrellas es un tremendo error. Porque además están ahí Gaby Deck –el asesino silencioso por excelencia–; Dzanan Musa –MVP de la ACB 21-22–; Mario Hezonja –peligroso cerca y lejos del aro, y duda para hoy–; Ibaka –menos potente pero más sabio–; Garuba –físico, intensidad y un tiro lejano bastante mejorado–; Alberto Abalde –chico para todo– y Sergio Llull.
El Coruña es un equipo con muchísimas variables tácticas (Chus Mateo)
El combo menorquín merece un capítulo aparte. Cerca ya de los 37 años –le caerán el 11 de noviembre–, conserva intacto el poder de la mandarina, esa capacidad, única en él, al menos dentro del baloncesto FIBA, de ganar partidos con tiros imposibles. Su hoja de servicios acumula 620 comparencias ACB.
Un total de 1.020 suma el plantel dirigido por Epi, con Gus Lima (342) a la cabeza y Atoumane Diagne (4) a la cola. El pívot senegalés disputó 10 minutos con el Barça en la campaña 17-18. Solamente lanzó una vez a canasta. Y falló, por lo que hoy buscará sus primeros puntos en una categoría donde todavía no han jugado Ingus Jakovics, LJ Figueroa y Yunio Barrueta.
Duelo de campeones con bastante trabajo por delante hasta alcanzar la plenitud. Más urgente si cabe para un Leyma Básquet Coruña que, sobre el papel, pasará de sufrir solamente ocho derrotas en toda una temporada a perder bastantes más partidos de los que va a ganar. Que empiece el show.