Hace unas semanas que Lucas Yáñez ni siquiera estaba convocado para los World Skate Games. Pasó de estar de vacaciones a recibir una llamada por la lesión de un compañero de la selección y a colgarse el bronce. Así es como el coruñés hizo historia en Italia con la primera medalla mundial en categoría sénior. Ya logró el mismo color en el Europeo. Esto era subir un escalón más.
No era de extrañar su emoción, vestido del Dios griego que interpretó en su programa largo, tras bordar su ejercicio. Sus lágrimas daban a entender que no había sido una temporada fácil pero que la cerraba de la mejor manera. Pasase lo que pasase, lo que dijeran después las notas de los jueces, él estaba completamente satisfecho con lo que había demostrado sobre la pista. Un programa limpio, lleno de dificultad en los saltos, que sabe que son lo que le diferencia del resto y donde tiene que sumar más puntos porque sus rivales le superan en impresión artística. Cuando los clava, está arriba. Y lo había conseguido.
Defendía la tercera posición del programa corto. Pero por detrás venían trastlanticos. Salieron antes que él los también españoles Arnau Pérez y sobre todo Héctor Díez, posiblemente el favorito. Fueron marcando las referencias. Primero el catalán, con 222.40. Después el cántabro, con 223.93. Yáñez esperaba en el sofá, junto a su entrenadora Rosa García. Con tensión. Cuando salió la nota, volvieron las lágrimas. Otra vez de alegría. 230.56. Se ponía primero y quedaban dos patinadores por salir. Las matemáticas no fallaban. Tenía la medalla asegurada.
Después el portugués Diogo Craveiro, que se metió al público en el bolsillo haciendo del Ken de Barbie y que fue el mejor del programa largo, le superó con 238.31. Lo mismo que el italiano Alessandro Liberatore, que se llevó el oro en casa, frente a la grada de Rimini que estalló cuando el marcador reflejaba los 240.02 puntos que le hicieron campeón.
Plata júnior de Unai Cereijo (su nota le hubiese permitido ser cuarto sénior). Bronce sénior de Lucas Yáñez. Rosa García sigue haciendo Maxia desde su esquina de A Coruña, poniéndola en el mapa del patinaje artístico mundial.