Plata. Casi con sabor a oro. Porque cuando está en pista un talento descomunal como el de Guillermo Gómez, aunque ayer en Rimini más humano que otras veces, es prácticamente lo máximo a lo que se puede esperar. Pero Unai Cereijo se acerca. A base de trabajo. De esfuerzo. De no desistir en cada competición. Ejemplo de constancia y disciplina. En los World Skate Games de Italia los dos demostraron estar muy por encima del resto. Era entre ellos. Oro para el madrileño con 257.76 puntos. Plata para el coruñés (229.23), subcampeón del mundo júnior de patinaje artístico para unirlo a su título europeo de esta misma temporada. El del Maxia agranda su palmarés con la única medalla que le faltaba, la mundial. También era la primera vez que, por edad, podía participar.
Después del programa corto del pasado martes, el duelo parecía reducido a quién se llevaría la tercera plaza. Unai Cereijo defendía la segunda con 18 puntos de margen sobre el cuarto y 10 sobre el tercero. El orden de salida para el programa largo era el inverso a la clasificación, así que el pupilo de Rosa García ya sabía lo que tenía que hacer cuando se acercó su turno de participación, el penúltimo. Antes de que él saltara a la pista, el mejor había sido el local Daniele Ricci, que desbancó al argentino Juan Rodríguez del puesto provisional del podio. El italiano, con una actuación muy sólida, prácticamente sin fallos, sobrepasó la barrera de los 100 puntos, 115.40, para irse hasta los 182.10. Imbatible para el sudamericano, que no puso mantener su tercera posición y que con un total de 167.29 se quedó con el puesto que más duele, el cuarto.
Los 182.10 eran la marca de referencia para el coruñés. Es decir, tenía que lograr más de 100 puntos con su Pasión de Cristo, un programa largo que ya le había dado éxitos a lo largo de la temporada. Cereijo se mostró sólido en todas las recepciones de saltos, con buenas combinaciones, también en las piruetas, con incluso cuatro cambios de posiciones. Sin olvidarse de transmitir sentimiento con cada uno de sus gestos y miradas. Solo al final, ya cerca de la conclusión del ejercicio, tuvo un pequeño desequilibrio en unos giros que le obligó a llevar la mano al suelo. No supuso una deducción en la nota final en forma de penalización. Solo en el largo, 144.94 puntos. Más que seis de los diez finalistas en la suma de corto y largo. Una barbaridad que en su caso le sirvió para irse hasta los 229.23, asegurarse la medalla de plata y quedarse esperando a ver la actuación de su rival y si ocurría el milagro.
Guillermo Gómez no estuvo tan fino como otras veces. Se salió en dos ocasiones de la pista, le falló alguna recepción, pero su velocidad de patinaje y de giros, su plasticidad en los movimientos, su manera de deslizarse por la pista como si fuese flotando, con el efecto de añadido de parecer que lo hace sin ningún esfuerzo, le valieron 155.47 puntos, once más que los de Cereijo. No tantos si se tiene en cuenta que la distancia entre ambos tras el corto era de 18. Y entre los dos y el tercero, un abismo. 257.76 en el total del otro español. Seguramente más que con los que se ganará en la categoría sénior.
Esta tarde empieza la competición entre los mayores, con el premio para Lucas Yáñez, que se encontró con una convocatoria que no se esperaba ya que entró en el equipo por la lesión de un compañero. Sin presión y con descanso, el oleirense intentará aprovechar esta oportunidad. Su compañero ya le ha enseñado el camino al podio que él ya conoce y no hace de tanto, porque hace dos años en Argentina fue precisamente campeón júnior de los World Skate Games. A las 17.10 horas, programa corto. Los diez mejores pasarán al programa largo de mañana, a partir de las 22.10 horas.