“Ser o no ser, esa es la cuestión”. Así empieza el monólogo de Hamlet, una de las obras más famosas de William Shakespeare. La eterna pregunta y la angustia por el existencialismo no tienen cabida en la Copa del Rey. La cuestión está mucho más clara: ganar o irse a casa.
Calafell acoge desde mañana hasta el domingo la edición número 79 del torneo nacional de hockey patines más antiguo que se disputa en España. Nació en 1944 como la Copa del Generalísimo y desde 1999 se disputa en el formato actual: una fase final con sede única.
Los ocho mejores clasificados tras la primera vuelta en la OK Liga se cruzan en cuatro días de eliminatorias. Es la auténtica fiesta del hockey. Y no puede faltar el Deportivo Liceo, diez veces campeón –la última en A Coruña hace solo dos años– y que desde su debut en 1978 solo se ha perdido dos ediciones, en 2005 y 2006.
El equipo coruñés, que el año pasado cayó en cuartos de final, debutará mañana en la primera ronda contra el Caldes, un rival teóricamente asequible y que desde el trágico fallecimiento de su capitán, Alexandre Acsensi, suma siete derrotas y tres empates (contra el Barça y el Reus, eso sí) por solo tres victorias entre la OK Liga y la Champions.
Si gana, el Liceo se cruzaría en semifinales con el vencedor del Noia-Voltregà. Por el otro lado del cuadro viajan el Barça, vigente campeón, equipo más laureado de la competición (24 títulos) y gran favorito, que debuta contra el Igualada, el Reus y el Calafell, que chocaránn en el partido estrella de cuartos.
Los ocho mismos clubes protagonizarán la 5ª edición de la Mini-Copa en categoría juvenil, con idénticas fechas y sede. También en Calafell se disputará la Copa de la Reina, del 11 al 14 de mayo.