Pasan los Liceo-Barça y se tiene esa sensación de dejavú, de esto ya lo he vivido antes, esta crónica ya la he hecho, siempre igual. La efectividad marcó la diferencia. Y eso que esta vez los verdiblancos consiguieron ponerse por delante. Los azulgrana remontaron en 35 segundos de la segunda parte y la misión hasta el final ya se volvió imposible (1-4). Aunque hubo muchas más cosas pequeñas y grandes que estarán anotadas en la libreta de Juan Copa, que aún tiene trabajo en un equipo por hacer. Y para completar el dejavú, bronca final con Marc Grau como protagonista de los encontronazos con sus excompañeros. Lo clásico del Clásico.

El Barça aún guardaba en la retina el buen recuerdo de las semifinales de la Supercopa, de principios de mes. Y con ese empuje salió con la intención clara de ponerse por delante intentando sorprender a Martí Serra con un disparo lejano. Había fallado el meta liceísta en Vic en una jugada similar y seguramente quería probarle, incluso ponerle nervioso. Pero estaba avisado. Cinco sentidos desde el segundo cero. Y respondió con seguridad.

El Liceo salió a no arriesgar. Esa consigna de que te tengan que ganar, no facilitarles absolutamente nada. Porque tampoco es que lo necesiten. Pases seguros y cuando no lo vieran claro, para atrás y volver a empezar. O para fuera. Cualquier cosa antes que regalársela al rival. Pero también con buenas ocasiones, sobre todo una buena combinación que dejó a Ciocale solo en el área, aunque enseguida se le echaron encima dos defensores.

Misma medicina

Lo que no se podía esperar el Barça es que su táctica se le volviera en contra. Lo que se suele llamar recibir de su propia medicina. Era el minuto cinco cuando César Carballeira no se cortó. Desde el círculo central de la pista mandó uno de sus misiles directo a portería, todo potencia. Carles Grau, que después de dos partidos recuperaba la titularidad, fue el que, con pantallas delante formadas por jugadores de verde, no pudo hacer nada. 1-0 y Juan Copa pedía tiempo muerto. 

El equipo coruñés iba por delante pero no le duraba nada la posesión de la bola. Le costaba incluso pisar cancha contraria, con un Barça con las líneas de presión muy adelantadas. El técnico también empezó muy pronto con las rotaciones. Entraron Nil Cervera y Tato Ferruccio. El primero pudo ampliar el marcador en una transición rápida en la que Torres le asistió al medio, pero su bola se fue alta. También introdujo a Bruno Saavedra, que desde detrás de la portería buscó conectar con el argentino. 

El Liceo había hecho todos los cambios antes que el Barça el primero (Jacobo Copa, tocado de un tobillo, fue reservado por el entrenador coruñés). Mejoró también la aportación del banquillo local. Ferruccio dejó una muestra de su clase en una jugada en la que se revolvió en el área y dejó solo a Xaus en el primer palo, al que asistió. También Ciocale estaba inspirado y conseguía llegar a puerta a pesar de que le hacían continuamente falta. Pero el Liceo llevaba seis y el Barça 3. El listón no estaba situado a la misma altura.

En la recta final de la primera parte el Barça puso contra las cuerdas al Liceo. Uno, dos, tres disparos por cada ataque, como en un frontón. Serra aparecía por todas partes. Pero también fue un ejemplo de resistencia la defensa verdiblanca liderada por un César Carballeira que derrochaba esfuerzos en todas las partes de la pista para conseguir el casi milagro de que su portería llegara a cero al descanso.

Remontada en 35 segundos

Más o menos lo mismo que Dava Torres en el inicio del segundo tiempo. En una contra de dos contra uno del Barça, Alabart asistió a Font y cuando Serra ya parecía batido, apareció el capitán para cazar la bola en el aire con su stick y repelerla con rabia, como diciendo “no en mi casa”. Tanto esfuerzo para que al Barça le bastase con 35 segundos para firmar la remontada con Font como ejecutor. Disparo cruzado a la escuadra. Imparable. 1-1. Tiro raso al lado izquierdo de Serra. 1-2. 

Torres y Carballeira se miraban intentando conjurar a los dioses. Pero aún llegaría un tercer jarro de agua fría. Esta vez fue Alabart el que mandó la bola al mismo punto que Font en el primero. En menos de cinco minutos al Barça le habían entrado todas las que no habían podido marcar antes. Y para ser justos, habían sido unas cuantas. Aún quedaba tiempo, pero el Liceo ya no tenía las ideas tan claras. Los automatismos en las jugadas todavía están en camino. Algunos jugadores están en el proceso de encontrar su sitio. En ataque volvió a fallar la definición. Siempre al muñeco. Y en defensa, el balance sigue siendo un drama. Así llegó el cuarto de los azulgrana. Contra rápida y Font, muy solo y muy fácil en el segundo palo, hizo el tercero en su cuenta.

Ronda de directas

El conjunto local desaprovechaba en cambio sus transiciones. Llegaba más forzado, con un Barça muy rápido y patinador, pero también físico. Las faltas, sin embargo, empezaron a subir a su marcador cuando ya tenía la ventaja de goles. El Liceo tuvo una directa para, ya no meterse en el partido, sino para reflejar en el resultado lo que visto en la pista. Fue Ferruccio, que cada vez se va encontrando más cómodo. Lo hizo todo bien... Pero acabó tirando la directa al palo. Tampoco acertó Pablo Álvarez por la décima coruñesa. Serra tapó a la perfección el palo.

El partido terminó caliente. Marc Grau tenía cuentas pendientes. Se fue con roja en su última visita, en la Supercopa, por un golpe con el stick a Ferruccio. Ya su hermano Carles se desquitó, con total impunidad, en el final de aquel partido, en el que soltó el stick con rabia contra el suelo justo al lado de donde estaba tirado el argentino. Marc utilizó los últimos minutos de este para saldar deudas. Un poco antes ya había empujado a Ferruccio, con un poco de teatro del del Liceo en la caída. Y al final, con apenas unos segundos por jugar, seguía insistiendo, como si le fuera la vida en marcar un gol más. Con empujón incluso a Serra en el área. Se marchó discutiendo con todos y entre un tumulto en la zona de banquillos.

Es la salsa de los Liceo-Barça. No acaba uno bien. Gane quien gane. Es la tensión cuando se aceleran las pulsaciones y se miden frente a frente los dos mejores del hockey sobre patines nacional. 2-0 a favor de los azulgrana en los duelos de este curso. Y los verdiblancos se sitúan a seis puntos en la clasificación. Queda mucho. Trabajo. Pero también tiempo, que es lo que siguen necesitando los de Juan Copa. Ahora una semana por delante para preparar el duelo del próximo domingo en Igualada.