Si las jugadoras del Deportivo echan la vista hacia la jornada 10, es más que probable que entre sus sentimientos aflore la rabia. Rabia por haberse dejado tres puntos ante un rival directo como lo era —y sigue siendo— el Espanyol. Y es que en la primera vuelta, el equipo dirigido todavía por Irene Ferreras, mostró en Riazor ante las catalanas una de las peores imágenes de la temporada.
Hoy, las deportivistas tienen en su mano servir la revancha a las pericas a las 12.00 horas sobre el césped del Dani Jarque. Y no hay nada más frío que hacerlo en un momento en el que los puntos son cruciales para ambos equipos.
Desde aquel último enfrentamiento, las tornas han cambiado. En el banquillo del conjunto herculino ahora está Fran Alonso y las futbolistas de ambos equipos —dos recién ascendidos— ya están asentadas en la Liga F. No hay excusa posible.
Aunque es cierto que se trata de un duelo directo en la lucha por la permanencia, Espanyol y Deportivo llegan en unas dinámicas bien distintas. Cinco jornadas sin conocer la derrota merced a tres victorias y dos empates para las coruñesas. O lo que es lo mismo, 11 puntos de 15 posibles catapultan al conjunto herculino hasta el decimosegundo puesto con un total de 20 puntos.
En contraposición, las pericas acumulan siete jornadas sin lograr un triunfo. Para encontrar su última victoria liguera, hay que remontarse hasta el pasado 8 de diciembre, cuando un solitario gol de Natalia en el minuto 91 les dio los tres puntos ante el Valencia. Desde ese duelo, cinco derrotas y dos empates les hicieron caer hasta la decimocuarta posición, con 18 puntos. Eso sí, la zona baja está tan igualada, que los ganar hoy al Deportivo les haría colocarse por encima de las gallegas.
Ganar en la Ciudad Deportiva Dani Jarque supondría sumar por sexta jornada consecutiva y, lo más importante, dar un golpe sobre la mesa en la que comen los equipos que buscan la permanencia. Las sensaciones son buenas, pero la confianza excesiva puede ser el peor enemigo del Deportivo.
En frente estará una plantilla que lucha contra la presión de dejar atrás una dinámica negativa, pero también un equipo que convierte cada transición en una ocasión de gol. No dudan en hacer de la verticalidad su mejor aliado y en cuanto recuperan, fijan como meta directa la portería rival.
Arrancaron la temporada un poco mejor que el Deportivo, pero ahora el Espanyol necesita retomar el rumbo y volver a la senda de la victoria.
En su lista de cosas a mejorar, está el acierto de cara a puerta. El equipo dirigido por Sara Monforte —única entrenadora de la Liga F— logra generar peligro en el área rival, pero a la hora de finalizar, sus jugadoras no se muestran oportunas. 12 goles en 19 partidos reflejan un bagaje goleador pobre; sobre todo si se tiene en cuenta los tantos recibidos. 33 dianas encajadas les colocan como el tercer equipo con más goles en contra de toda la competición.
La técnica perica lo tiene claro y así lo manifestó en la rueda de prensa previa al encuentro: “Hemos de dar un paso adelante para demostrar que somos un equipo de Liga F, queremos quedarnos en esta categoría”. Para lograrlo, quién tirará seguro de oficio sobre el césped será Arola Aparicio. La gran referencia de las pericas se erige como la máxima artillera del conjunto catalán con tres goles.
Puede que hoy sea el momento de que Elyse Bennett entre en acción con la elástica blanquiazul. Fran Alonso alertó el pasado viernes, en la sala de prensa de Abegondo, que estas dos semanas le han venido de lujo para coger el ritmo necesario.
Además, el técnico madrileño ha podido recuperar a Marina Artero, una de las jugadoras más adaptadas a la ya habitual defensa de cinco. Incrustada entre las centrales, la ‘5’ deportivista se muestra agresiva en la presión, presume de criterio a la hora de jugar el esférico y aporta altitud para desactivar balones por arriba. Hoy, aunque seguramente no sea de inicio, no sería de extrañar ver su vuelta al césped.
Tendrá que seguir esperando será Henar, quien todavía realizó durante la semana sesiones específicas de recuperación al margen del grupo.