Liceo-Barcelona. Día grande en el Palacio de los Deportes de Riazor. Los nuevos proyectos verdiblanco y azulgrana se ponen a prueba este sábado en las semifinales de la Supercopa de España (18.30 horas). Antes saltarán a la pista el Reus y el Noia (16.00 horas) y el ganador esperará al que será el domingo su rival. O papá o mamá. Porque el duelo clásico del hockey sobre patines es una final anticipada. El anfitrión contra el vigente campeón. La última vez que ambos se vieron las caras en A Coruña con un título en juego, en la Copa del Rey de 2021, acabó en celebración liceísta.
Ninguno de los dos son los mismos desde aquel día. Por parte coruñesa solo siguen César Carballeira, David Torres y Martín Rodríguez además de Juan Copa en el banquillo. Repiten, pero en el bando contrario, los hermanos Grau, Carles y Marc, que ganaron el título con el Liceo y ahora están en un Barça que solo mantiene al coruñés Ignacio Alabart y a Sergi Fernández, además de recuperar a Matías Pascual, que vuelve a las pistas después de su grave lesión a final de 2022, y a Pablo Álvarez.
Los cambios en las plantillas, por tanto, apenas permiten hacer conjeturas más allá de que se espera, como siempre, un partido intenso en el que ninguno querrá regalar nada, menos los locales en su feudo. Al Liceo se le ha visto muy poco en pretemporada. Los capitanes están mejor acompañados y Juan Copa dispone de más variantes de juego, más alternativas y comodines.
Por una vez el que cambió más fue el Barça. La salida de un jugador como Pau Bargalló es un vuelco inmenso porque por él pasaban todas las jugadas. Tampoco es menor la de João Rodrigues, goleador nato, aunque sus sustitutos no se quedan atrás: Ferrán Font y Pablo Álvarez. También llegó Sergi Aragonés. Además, el equipo estaba acostumbrado al estilo de Edu Castro y David Cáceres, el nuevo inquilino del banquillo, también querrá dejar su sello personal.
El Mundial ha condicionado la preparación de ambos y puede que la Supercopa les haya pillado demasiado pronto, en plena construcción. Momento para otros argumentos, para el lado más pasional. El Liceo intentará llevar a su terreno el partido, pero tampoco huirá del cuerpo a cuerpo. Lleva dos meses esperando por este momento.