El Maristas Coruña inicia hoy la pretemporada de un curso de Liga Femenina 2 (LF2) muy distinto al precedente. Nueva configuración territorial y ocho equipos nuevos. Por dicho motivo, su técnico, el coruñés Fernando Buendía, no se plantea objetivos hasta que no vaya conociendo el potencial de los rivales.

¿Qué tal va todo?
Bien. Ahí andamos, con todos los líos típicos del inicio.

¿Hay nervios por empezar, o esto es algo reservado para los inicios de un torneo?
Hay ganas. Y algo de nervios porque vaya todo bien; es el año con más gente de fuera de A Coruña, y en el club queremos estar a la altura a la hora de recibirlas bien. Hay esa incertidumbre de un club pequeñito donde mucha gente tiene que hacer muchas cosas. Y luego ver cómo encajan las jugadoras, que es algo muy importante porque van a convivir mucho tiempo.

¿Ya han llegado todas?
Falta Julia (Razo), porque en Estados Unidos se toman con calma lo de los permisos y hasta mitad del mes no creo que llegue, y también la serbia (Marta Vulovic) porque tardarán un par de días en darle los papeles. Intentamos que ya vengan con todo, que no tengan que volver a por ellos porque no podemos asumir más vuelos. Siempre ha sido complicado, pero este año más, ya que la ley de contratos indefinidos también afecta al tema de los visados.

Plantilla de doce. ¿Siete renovaciones y cinco fichajes es un buen equilibrio?
Siempre nos gusta intentar mantener el proyecto, pero hay dos chicas coruñesas que lo dejan. Paloma (Dorda), que ha tomado la decisión de retirarse a causa de una lesión, y Laura (Martínez), que quiere dar un paso atrás, dedicar menos tiempo al baloncesto. Es una pena. Aun así, renovar a siete es un éxito para nosotros.

La propuesta es rápido, atractivo y ser valientes delante y atrás

De las cinco nuevas, cuatro proceden de la LF Challenge. ¿Salto de calidad, o resulta complicado hacerse con jugadoras de la misma categoría?
Es un poco una coincidencia. Son diferentes casos. Sendy (Basáez) viene de jugar muchos minutos y creo que nos va a dar el salto de calidad. Se había comprometido con el Almería, en Challenge, pero Almería desaparece. Se quedó sin equipo y eso nos facilitó llegar a ella. Carol (Arfinengo) también jugó mucho en Melilla, pero por un tema de conciliación buscaba equipo y nosotros se lo ofrecimos. El caso de las dos Martas, Moix y Vulovic, jugaron poco en Challenge y buscaban un sitio donde volver a ser importantes, y nosotros se lo podemos ofrecer. Todas han jugado en Challenge, a un nivel alto, por eso intentamos que nos den ese salto de calidad. 

¿Objetivos?
Es pronto para saber dónde podemos estar, sobre todo porque todavía no conocemos a los rivales. Por un lado está el reto de jugar en otras pistas, contra otra gente, pero hay desconocimiento. Pero te diría que el principal objetivo es asentar el proyecto, que el Maristas siga vivo, nutriéndose de gente de la casa, y ahora que parece que hay un vacío, que las generaciones junior no vienen nada fuertes, intentar vincular a gente de fuera para que las siguientes generaciones tengan referentes. 
Todas las chicas que hemos fichado este año van a hacer algo en el club: llevar un equipo de base o una escuela o va a ir a colegio a hacer actividades... Hemos fichado no sólo buenas jugadores sino también gente con ganas de involucrarse. Y esto es muy importante para un club pequeño y humilde como es el nuestro.

Algo lógico en una competición tan cambiada. 
Cuando hay ocho equipos de más de una Comunidad, es obligatorio repartirlos en dos grupos, por eso tenemos cuatro equipos catalanes en el nuestro (el curso pasado no había ninguno). Ellos se quejaban de esto, pero estaban jugando con otras reglas. Iban en metro a jugar y eso a nivel económico es muy diferente a los que nos pasaba a nosotros. Además, si puede ir a jugar en metro, eso te permite mantener a más gente de la casa. Nos toca ir cuatro veces a Cataluña y tres (una más que en la 22/23) a Canarias. Siete viajes en avión. Estamos intentando arreglar los horarios para poder ir y volver en el día, para facilitar las conciliaciones y el tema económico.

Es pronto para saber dónde podemos estar, porque todavía no conocemos a los rivales

Volviendo a la configuración de vuestro grupo, si tuvieras que elegir esta o la de la temporada pasada, ¿con cuál te quedarías? 
El año pasado se decía que nuestro grupo era el más potente a nivel económico, pero es cierto que los equipos catalanes son fuertes físicamente y juegan a pocos puntos. Mataró ha fichado bastante bien, Siglo XXI son las mejores jóvenes de España, entre ellas Iyana Martín, que es una crack (MVP del último Mundial sub-19), y Girona y Grupo Barna mantienen once jugadoras e la temporada pasada. A nivel viajar, me quedo con el grupo de este año, que los desplazamientos son menos complicados. A nivel deportivo es una incógnita.

¿Qué le dirías a los aficionados para que vayan a veros? 
Que vamos a intentar manterner el espíritu del año pasado: juego rápido, atractivo, donde niñas de aquí tienen muchas oportunidades de hacer muchas cosas y el equipo lo da todo en la pista. Me gustaría que fuera así desde el principio. En este sentido, la propuesta de estos años no ha sido nada rácana; es propuesta de correr, de ser valientes delante y atrás, incluso por momentos de más. Pero si jugásemos de otra manera, igual no seríamos Maristas. Ah, y que se apoye más al baloncesto local.