Mauro Barreiro (14 de enero de 1982, Arteixo) es uno de los copiltos de ralis más reconocido y admirados en el panorama gallego.
El arteixano, que debutó en el año 2004, estuvo con muchos pilotos de los cuáles guarda recuerdos imborrables, como su triunfo en el Campeonato Mundial Júnior junto a Jan Solans. Cuatro años después, regresa a esa competición de la mano de Roberto Blach, con quien espera el éxito logrado.
Antes de llegar a eso, Mauro quiso repasar su inicio en los ralis.
¿Cómo empezaste en el mundo de los ralis?
Siempre fui muy aficionado. En Arteixo, tenemos el circuito de autocross, entonces casi todo el pueblo es aficionado al autocross. Yo empecé a ir a verlo con amigos y después, nos animamos a ir a ver el Rally da Coruña, que estaba muy cerca. Fue esa la afición que tuve desde siempre. Me picó el gusanillo, siempre lo quise hacer y en 2004, con un amigo y compañero, fuimos a varias carreras del Campeonato gallego y del mundo de Portugal, decidimos comprar un coche y empezamos a competir.
Estando dentro del mundo, ¿qué fue lo que más te llamó la atención?
Ves todo de una manera diferente. Se disfruta mucho porque puedes ver los tramos enteros que si estás de público no puedes. No te imaginas como son las carreteras ni como te las vas a encontrar durante los días de la prueba.
¿Tenías algún ídolo cuando empezaste a competir?
La verdad es que nunca tuve un referente. Yo, desde el principio, siempre quise ser copiloto. Hice el curso de copiloto antes de ser piloto, pero como no tenía experiencia, era muy difícil que te llevaran. Después, compré el coche y empecé a competir de piloto, pero seguía ofreciendo a amigos para ir de copiloto. Al verme correr, aún era peor porque me tomaban a coña (risas). La verdad que me fue más difícil ser copiloto que piloto.
Llama la atención que siempre quisieses ser copiloto.
Pues sí. Siempre me llamó más la idea de copilotar. Yo conduciendo sé mis limitaciones, aunque disfrutaba, pero no era ningún Löeb ni aspiré a serlo (risas).
¿Era tan complicado conseguir ese asiento de copiloto?
Era muy complicado buscar asiento. Yo tengo que estar agradecido a la persona que me dio la primera oportunidad y luego a todos los pilotos que te llevan, te enseñan y te dan la oportunidad de crecer. Sin esa oportunidad que te dan, cada paso que das es gracias a un piloto.
Empecé a correr en Portugal, con un chico de Vigo, que me llevó a tres carreras: Vilanova, Vilaverde y Vila-real. Después, empecé a participar en el Campeonato Gallego, en algunas copas y luego di el salto a la Suzuki, al Campeonato de España.
Al final, fuiste mejorando y atraías nuevos pilotos. ¿Cómo era el proceso?
Pasaban muchas coincidencias de personas que dejaban de contar con un copiloto o lo necesitaban. Ibas y probabas con ellos. Yo siempre quise dar pasos despacito, nunca me metí en cosas grandes porque quiero estar preparado para ello. Luego, iba aprovechando al máximo las oportunidades que me daban.
¿Cuál es la clave para ser un buen copiloto?
Principalmente, tener mucha afición. Parece que no, pero no solo es el día de la carrera. Tienes que estar un tiempo preparándote. Pero, sobre todo es eso, tener mucha afición porque son muchas horas, muchos días y mucha dedicación.
Será difícil compaginarlo con tu vida laboral y personal.
Sí que se hace un poco complicado. Yo, por suerte, tengo una familia que me apoya mucho y trabajo en una empresa que me da muchas facilidades. Estoy muy agradecido con ellos, tanto con mi familia como con mi empresa, porque me ayudan a compaginar bien , tanto el tiempo que paso con ellos como mi horario laboral, para que pueda prepararme para los ralis.
De todos los pilotos con los que estuviste, ¿hubo alguien que te sorprendió?
No, porque todos destacaban en una cosa. Eran muy buenos. Uno podía destacar más rápido en zonas rápidas, otro destacar en las zonas lentas… También depende un poco de las distintas superficies. Por ejemplo, el padre de Javier Pardo, Francisco Javier, me sorprendió. Él me dio la oportunidad de subirme, por primera vez, a un 4x4, un Fiesta R5. Iba muy bien en tierra.
En asfalto, por ejemplo, tanto Jan Solans como Roberto Blach o Fran Oviedo iban muy bien. Al final, te podría decir todos porque cada uno tienes unas características.
Precisamente con Jan fuiste campeón del mundo júnior en el 2019. ¿Cómo fue esa sensación?
Fue algo increíble. Era cruzar la meta, pero los últimos kilómetros se hicieron larguísimos. Teníamos el rali ya decidido, desde la etapa anterior, porque llevábamos tres minutos de ventaja y solo pensábamos en llegar a la meta. Pensabas un poco en lo de Carlos (Sainz) y Luis (Moya) que se quedaron sin Mundial por 500 metros.
Cada vez que nos acercábamos a la meta, nos poníamos más nerviosos. Una vez que lo cruzamos, nos pusimos muy contentos. Era una oportunidad que nos diera la Federación Española, cumpliéramos el objetivo en el primer año, que no es fácil, y lo hicimos. Trabajamos mucho para lograrlo. Además, nos acompañó la Federación, amigos, personas de Galicia… Sin embargo, lo disfruté más cuando llegué a Coruña porque lo pude disfrutar con los míos, que me estaban esperando en el aeropuerto.
La clave fue acabar todas las pruebas.
Tal cual. Eso fue la recompensa al trabajo de todo ese año y del anterior. Con Jan, como hicimos ahora con Roberto, habíamos ganado la Beca de la Federación Española y entramos a formar parte del Rally Team Spain. Allí, tuvimos que demostrar todo el trabajo que veníamos haciendo y tener esa suerte para acabar. Al final, son muchos ralis, muchos kilómetros y cuanto mejor vayas preparado menos dejes al azar, por lo que entra menos el factor suerte. Nosotros preparábamos todo lo que podíamos, la suerte nos acompañó y ganamos.
Cuatro años después de tu victoria, regresas al Mundial júnior con Roberto Blach. ¿Estás más preparado?
Bueno, ahora tengo la ventaja de la experiencia (risas). Ese año era todo nuevo para nosotros y ahora sé todo lo que me puedo encontrar. Eso, a la hora de preparar el rali, me ayuda mucho y me quita ese nerviosismo que pueda tener. Con Jan, íbamos de nuevo, aunque teníamos la ayuda de su hermano Nil, que ya tenía experiencia y nos aportaba cosas. Pero claro, era todo nuevo para nosotros. Ahora, si que es diferente.
¿Cómo fue la experiencia de volver a correr en la nieve?
Fue bien. La verdad, es que es una superficie que me gusta bastante porque es muy difícil. Agarra más de lo que parece. Aquí, estamos acostumbrados a que nieve un poquito o que granice y como vamos con neumáticos que no son los adecuados, patina. Allí, llevamos neumáticos de clavos, unos 200 por rueda, por lo que agarra muchísimo. Diría que es la superficie que más agarra, incluso más que la tierra o el asfalto.
¿Teníais que gestionar más los neumáticos, al llevar puestos los clavos?
No, justamente, al contrario. Este año con Rober tuvimos bastante nieve, al contrario que con Jan, que apenas hubo y la tierra te comía los neumáticos. Si no coges zonas de tierra, acaban casi nuevos.
Si te quieres guardar algo en las zonas rápidas, vas a perder mucho tiempo
Además, para Roberto era la primera experiencia en nieve. ¿Qué te pareció su desempeño?
La verdad es que bien. No era un rali en el que decidiéramos atacar. Nuestro objetivo principal era acabar, sumar kilómetros y que Rober cogiese experiencia en nieve. Eran unos tramos muy rápidos, porque se desplazó unos 700 metros más al norte de donde corrí con Jan, y había mucha más rectas y zonas rápidas. Entonces, a algo que te quieras guardar algo en esas zonas, pierdes mucho tiempo . La idea, desde el principio, fue acabar porque no era una superficie en la que estábamos preparados para ganar. Creo que cumplió el objetivo que se marcó.
También sirvió para que los dos os adaptaseis al nuevo coche, el Ford Fiesta Rally3.
Exacto. Era coche nuevo para él y para mi. Estaba acostumbrado a correr con un coche de dos ruedas motrices, éste era un 4x4. También era un rali nuevo por lo que había mucho que aprender.
Ahora, hasta mediados de abril no es la siguiente prueba del Mundial.
¿Qué vais a hacer en este parón?
Intentaremos correr algún rali de asfalto. Es la especialidad en la que más destaca Rober. Siempre hizo mucho asfalto e intentaremos correr algunas carreras sueltas con un coche 4x4, y si puede ser con el mismo que usamos en el Mundial.
¿Tenéis alguna prueba pensada?
No. Barajamos el Rally da Coruña o el de Noia. En principio, cualquier prueba que sea de asfalto. Nos interesa que el asfalto este sucio porque, esos coches, en el Rally de Croacia, cortan mucho y ensucian la carretera. Nos interesa un rali un poco complicado.
En el campeonato tenéis rivales muy experimentados como William Creighton o Grégoire Munster. ¿Notabais esa diferencia?
Sí. De antemano ya sabes quienes son los rivales más fuertes y quienes van a destacar. Ahora viene el asfalto y van a cambiar las cosas. Suele haber especialistas en las distintas superficies. Creighton es el repetidor y es el que más destacará, pero el podio va a cambiar y tenemos opciones de luchar.
¿Qué pruebas esperas con más ganas?
Sobre todo, el asfalto. De las cinco carreras, el asfalto, en Croacia, es el que más vamos a pelear por los puestos de cabeza. Después, Cerdeña y Estonia también me gustaron cuando estuve. Ahí, ya va a ser un poco más complicado porque son pistas muy rápidas y hay muchos especialistas. Pero si espero uno, te diría el de Cerdeña. Con Jan, nos saliera bien aunque es un rali difícil y estrecho. Este año, incorpora un tramo de 50 kilómetros, que yo lo hiciera en dos partes, hacíamos 27 kilómetros, un descanso de 700 metros y volvíamos a hacerlo. Ahora, de esta forma, va a haber muchas diferencias.
Ahí no vais a poder gestionar tanto.
No (risas). Ahí tienes que saber el límite entre gestión y correr. Eso fue lo que más le sorprendió a Rober, que pensaba que igual nos guardaríamos un poco más por ser los tramos tan largos y tan duros. Se lleva un ritmo alto porque están los mejores del mundo y nadie se guarda nada.
¿Aprovechasteis los tiempos libres en Suecia para hablar con las grandes estrellas como Rovänpera o Tänak?
La verdad es que fue un rali que coincidimos poco con ellos. Salimos bastante atrás porque salías cada dos minutos, por lo que había unas dos horas de diferencia entre unos y otros. En otros ralis, como en Cerdeña o Croacia, se puede coincidir más con ellos.
¿Vais a seguir conservando en los siguientes ralis?
Aquí, vamos a salir a ganar. No digo que ganemos el rali pero sí que me gustaría estar el podio y pelando por la victoria. Es asfalto, es la prueba dónde tenemos que demostrar nuestro potencial. Tenemos la oportunidad de hacerlo y creo que podemos intentarlo.
Asimismo, tuvisteis una bonita pugna, durante los primeros días, con Raúl Hernández.
Sí, nos pasó en los primeros días. Más o menos estábamos usando la misma estrategia. Su coach es Jan así que estábamos igual (risas). Cuando fuimos juntos, nos saliera bien. Nosotros saliéramos a conservar, pero tuvimos esa suerte de que rompieran en la cabeza y acabáramos en el podio. Ahora, coincidimos los dos. Jan con Raúl y yo con Rober. El primer día si que estábamos con él. Luego, como quedas en puestos de nadie, el podio se aleja y los de arriba no abandonan, solo quedaba tirar. En condiciones normales, vamos a luchar con él.
Fue curioso que apenas hubiese abandonos en un rali tan duro.
Había un talud bastante alto, casi de un metro y algo, entonces te apoyabas ahí. De hecho, los tres que estaban en el podio llegan a las asistencias sin defensas de apoyarse. A los coches de arriba también les pasaba los mismo. Al apoyarte y ser un talud duro, te ayudaba en a aguantarte en la carretera. No era como en otros años, dónde había nieve recién caída y te podías acabar atrapado.
¿Se pude ganar algún tramo en los ralis venideros?
Yo creo que sí. Seguro que sí. Por cómo se va a dar el rali y por la experiencia que tiene Rober en asfalto, si que no tenemos excusa.
Quizás en la tierra, vais con un poco más de incógnitas.
Bueno, no tanto porque Rober mejoró mucho en tierra. Especialmente, en el último año de la beca y el anterior, tenía casi el ritmo del asfalto. Tiene un puntito más en asfalto porque se ve más seguro, pero si consigue trasladar esa seguridad que tiene el asfalto a la tierra, podemos estar peleando por el podio.
El objetivo será ganar, si no se puede este año, el siguiente.
Soñar siempre se sueña con ganar. Este año, siendo realistas es muy difícil pero nunca se sabe. La temporada acaba de empezar, es muy larga, con ralis muy duro y en cualquier momento te ves con opciones de ganar. El proyecto es de dos años, por lo que queremos coger toda la experiencia posible, sumar todos los kilómetros posibles para adaptar al coche y rezar para que el año que viene se repitan todas las pruebas (risas).