Después de que Rafael Louzán, presidente de la Federación Gallega de Fútbol y vicepresidente de la RFEF confirmase la información adelantada por dxt que Riazor va a estar entre las sedes escogidas para el Mundial 2030 que se celebrará en España, Portugal y Marruecos, el concejal de Deportes de Vigo, Manel Fernández, cargó contra el dirigente sospechando que “no le gusta Vigo”.
El motivo de esa afirmación es que desde la ciudad olívica quieren que expliquen y muestren los criterios de puntuación para la selección de una sede u otra. Y es que Riazor superó por unas décimas a Balaídos, provocando que este se cayese de las once sedes españolas.
El concejal vigués indicó que “queremos que Louzán explique los criterios de las sedes y queremos saber si en la valoración se infravaloró a Vigo”. Además, explicó que no tienen conocimiento del sistema de puntuación y exigió al presidente que lo haga público.
“A nosotros, la Federación todavía no nos ha dicho nada. No entendemos que no se explica cómo Louzán hace pública una puntuación que nosotros desconocemos. Ni sabemos si está autorizado para poder hacerlas públicas. Si lo está, que explique los criterios. Porque empezamos a sospechar que Vigo no le agrada”, sentenció Manel Fernández.
A pesar de ese descontento generalizado que hay en la ciudad olívica, el concejal confirmó que seguirá trabajando para ser sede del Mundial.
Y es que en los últimos días se está barajando la posibilidad de que España cuenta con trece sedes en lugar de las once que están previstas. Para ello, el Consejo Superior de Deportes y la Federación Española de Fútbol están negociando con Portugal y Marruecos.
Por parte del país luso ven con buenos ojos esta opción, mientras que Marruecos sólo aceptaría si la final es en su territorio algo que España no acepta. Aun así, hoy volverá a haber una reunión para abordar nuevamente el tema.
En cualquier caso, la posibilidad de haber trece estadios alegra y mucho a Vigo y Valencia que son las dos que se han caído de la lista.
La situación viguesa ya se conoce, mientras que la valenciana es un tanto más compleja ya que es Meriton Holdings (empresa de Peter Lim, presidente del Valencia), quien está poniendo trabas por la falta de avances en las reformas del nuevo Mestalla ya que quiere conseguir beneficios urbanísticos.
Esto es un problema porque el gobierno valenciano arde en deseos de que su ciudad esté representada en el Mundial. Sin embargo, unos problemas con los permisos y licencias de obra han provocado que la ciudad se pueda caer como sede.
Con todo, en el día de ayer ha habido un acercamiento entre club y ayuntamiento, quien ha recibido los informes para poder continuar con una obra que lleva parada más de quince años. Una vez que den el visto bueno, el Valencia retomará los trabajos en la mayor brevedad posible.
Eso sí, aparte de las licencias tienen que aprobar las fichas urbanísticas, que se deben pasar por el pleno y no hay acuerdo entre el PP y Vox que siguen negociando cómo presentar una moción conjunta que incluya, además del contenido de las fichas, algún tipo de garantía –no aval porque es contrario a derecho– mediante la cual el club se comprometa a tener todo el dinero que falta para acabar la obra y que no la detenga nada más empiece.
Esto es esencial ya que el acuerdo político es un requisito indispensable para que Valencia siga optando a ser sede del mayor espectáculo futbolístico del planeta, sobre todo después de que el CSD y el RFEF están luchando para aumentar a trece las sedes españolas y así se puedan estar tanto Vigo como Valencia.