La peor temporada de su historia en el fútbol profesional ha llevado al Lugo a Primera Federación después de once campañas consecutivas en Segunda, categoría en la que solo había estado con anterioridad en la campaña 1992-93.
 

Nunca antes había ganado menos encuentros (6), ni perdido tanto (23 partidos) como ahora, ni había recibido tantos goles (57), y solo en una ocasión había marcado menos, pero fue en hace 30 años y con 38 jornadas en lugar de 42: entonces anotó 23 y ahora, 26.
 

Los números son el reflejo de la pésima temporada que le ha costado al Lugo salir del fútbol profesional.
Fue un año de cambios profundos: se fueron el director deportivo (Mauro Pérez) y el entrenador de la temporada anterior (Rubén Albés) y también los tres capitanes. Carlos Pita pasó a la dirección deportiva, mientras que Fernando Seoane e Iriome González se desvincularon de la entidad rojiblanca.
 

Con Hernán Pérez en el banquillo comenzó la temporada con derrota ante el Albacete de Albes (1-2) en el Anxo Carro. Un primer tropiezo que fue contrarrestado con un empate en Tenerife (1-1) y las victorias ante el Leganés (1-0) y el Zaragoza (1-2).
 

Entonces, se las prometía felices, pero nada más lejos de la realidad. Hernán Pérez logró los mismos puntos en esos cuatro primeros partidos (7) que en el resto de su etapa en el banquillo, hasta que fue cesado tras un 4-0 en Andorra en la jornada 16.
 

Con su sustituto, Fran Justo, que procedía del Arenteiro, de Segunda Federación, el Lugo mejoró en defensa pero se anuló en ataque y, además, sufrió un duro golpe en forma de lesión, la de Juanpe Jiménez. Aun así, un triunfo antes de Navidad (1-0 ante el Granada) le dio esperanza.
 

El técnico gallego aportó siete puntos al Lugo en nueve partidos, hasta que un 2-0 ante el Albacete de Albés le costó el puesto. El tercer inquilino del banquillo lucense, Joan Carrillo, ni siquiera estrenó el casillero de triunfos: dos puntos de dieciocho posibles.
 

Las sensaciones mejoraron con Íñigo Vélez de Mendizabal, pero no los resultados. Con él, se consumó el descenso tras un 0-2 ante el Málaga en la jornada 37, a falta de más de un mes para acabar la temporada.
 

Por el camino, un partido clave, ante el Racing de Santander en la jornada 32: el Lugo ganaba 1-0 y los cántabros igualaron en la última acción y, además, con polémica, después de que a los gallegos no les pitaran un córner con el que, previsiblemente, habría acabado el partido.
 

Al técnico vasco (8 puntos en 12 partidos) se le resistió la victoria hasta el encuentro del adiós de los lucenses al fútbol profesional, este sábado en Burgos (0-1), donde pusieron fin a una serie de 20 jornadas sin ganar, más de 5 meses sin triunfos.
 

Una racha en la que acusaron la pérdida de su máximo goleador, Chris Ramos, que fue traspasado al Cádiz el último día del mercado tras haber anotado 7 goles de los 26 que convirtió el equipo en todo el curso. 
 

La política de fichajes, con muchos jugadores que buscaban una segunda oportunidad en el Lugo o que daban el saldo desde categorías inferiores, no prosperó y Carlos Pita duró solo unos meses como director deportivo. 
 

En realidad, casi nada funcionó: el brasileño Zé Ricardo pasó de titular indiscutible a la nada y solo Sebas Moyano y el portero Óscar Whalley se salvan del desastre.