El invierno de 2024 se anuncia como el de 2021. Al menos en lo que se refiere a la actualidad sobre Kylian Mbappé y su posible continuidad en el París Saint-Germain. Según publica este miércoles L'Équipe, el jugador no activará su temporada suplementaria en París, por lo que quedará libre en julio de 2024.
Cuando el 21 de mayo del año pasado todo el Parque de los Príncipes celebró la renovación del atacante francés, una oleada de alivio recorrió la ciudad, tras meses de intensas negociaciones y sucesivas embestidas del Real Madrid, que llegó a poner 200 millones de euros encima de la mesa.
Era un triunfo de los propietarios cataríes del PSG, pero una victoria parcial, porque en realidad el contrato de tres temporadas suplementarias escondía un detalle: la última era opcional y dependía de la voluntad del jugador.
Mbappé tiene ahora hasta el 31 de julio para activar o no ese año extra en el club al que llegó en 2017 tras el pago al Mónaco del segundo traspaso más alto de la historia (180 millones), y con el que cinco años más tarde firmó el mayor contrato que nunca ha conocido el fútbol. Y, según L'Équipe, no tiene intención de hacerlo.
A sus 24 años, el jugador se ha convertido en el más preciado del mercado, una condición que quiere aprovechar al máximo para elevar la exigencia de su club actual. Por eso les coloca sobre la cabeza la espada de Damocles de su continuidad, una advertencia de que el esfuerzo inversor no debe detenerse.
Si no activa esa cláusula, Mbappé será libre de negociar con otros clubes a partir de enero próximo, seis meses antes de que finalice su contrato. El PSG volverá a vivir las pesadillas del año pasado, el Madrid a alimentar la esperanza y el resto de Europa a soñar con atraer al jugador.
El PSG ya ha demostrado en el pasado que el francés es su prioridad absoluta, lo que resta opciones a una salida este verano, aunque eso le aseguraría una importante indemnización de traspaso, si bien el dinero no falta en Doha.
Pero de aquí al próximo verano el PSG tendrá que volver a desplegar todos sus encantos para convencer al futbolista que, en dos ocasiones, ya ha mostrado su deseo de ir al Madrid (en 2017 y, sobre todo, en el verano de 2021).
En diciembre pasado volvió a pedir su salida, pero esta vez de forma más tibia, al considerar que los fichajes del club habían sido de corto calado, lo que le obligaba a jugar de "pivote" en el ataque, lejos de la banda donde se considera más peligroso.
Ni la presencia de Neymar y Leo Messi a su lado parecieron suficientes para colmar su ambición. El equipo se ha convertido en una constelación de estrellas sin alma, colgado del empuje y del ímpetu del delantero francés, la auténtica locomotora de esa galaxia.
Ahora, Mbappé vuelve a tener todas las cartas en su mano, aunque el club parece menos nervioso que hace un año. En su favor cuenta con que el actual responsable de fútbol, el portugués Luis Campos, mantiene una estrecha relación con la familia del futbolista, lo que le coloca en buena posición para negociar una prolongación.
Pero el club, que multiplica las amarguras europeas, no tiene tiempo que perder para formar un equipo capaz de levantar la ansiada Liga de Campeones.
Ahí se jugará el futuro del futbolista, que ya ha tocado techo en lo referente a los emolumentos de su contrato. Si considera que el PSG es un buen navío para arribar al máximo trofeo internacional a nivel de clubs, podrá proseguir su aventura parisiense, pero de lo contrario iniciará su tercera aventura profesional en otra entidad.
El Madrid volverá a estar al acecho, pero el jugador ha mostrado también su aprecio por la Premier League, donde el Liverpool y el Manchester United podrían dar la sorpresa.